Brasil ganó un partido tosco y duro en el que Costa de Marfil decepcionó por su disposición en el terreno de juego. Luis Fabiano, el mejor de los brasileños con dos tantos, sigue demostrando que es uno de los delanteros con mayor eficacia del Mundial. Por su parte, Costa de Marfil dejó un mal sabor de boca y ve peligrar su posible pase a octavos de final
Brasil ganó a Costa de Marfil en un partido muy físico y trabado. (FIFA)
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| FICHA TÉCNICA | 3- Brasil : Julio César (2); Maicon (2), Lucio (1), Juan (1), Bastos (1); Melo (1); Gilberto (1), Elano (1), Kaká (1), Robinho (2); L.Fabiano (3).
1- Costa de Marfil: Boubacar (1); Demel (1), K.Touré (1), Zokora (2), Tiené (1); Touré Yayá (2), Eboué (1), Tioté (), Kalou (2); Dindane (1), Drogba (3)
Cambios : En Brasil: Daniel Alvés (1) por Elano (min.67) y Ramires (0) por Robinho (min.90). En Costa de Marfil: Gervinho (3) por Dindane (min.54), K.Keita (1) por Kalou (min.68), Romaric (1) por Eboué (min.77).
Goles: 1-0, m.24: Luis Fabiano. 2-0, m.50 Luis Fabiano. 3-0, m.62: Elano. 3-1: m. 79, Drogba
Árbitro: Stephane Lannoy (Francia) (1). Expulsó al brasileño Kaka’ por doble amarilla (min.85 y 88) Por su parte, en Costa de Marfil vieron la cartulina amarilla: Tiené (min.30), Keita (min.75) y Tioté (min.79’)
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada de la fase de grupos de la Copa del Mundo. 84.500 espectadores en el Soccer City Stadium. Terreno de juego en perfectas condiciones.
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DATOS DESTACABLES | Lo mejor: Luis Fabiano
Dos remates, dos goles. El delantero sevillista no perdonó en las dos oportunidades que dispuso en todo el partido.
Lo peor: Juego duro de Costa de Marfil
Los marfileños se excedieron en la segunda mitad al realizar entradas bastante duras y peligrosas. Elano tuvo que abandonar el choque por una de ellas.
El dato: Clasificación matemática de Brasil
Con su triunfo de hoy, los de Dunga ya están en octavos de final.
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José Moreno / SIGLO XXI
Muchos espectadores se preparaban con expectación para ver uno de los partidos que mayor entusiasmo parecía levantar en esta primera fase de grupos del Mundial de Sudáfrica. Brasil, puro genio y espectáculo frente a la potencia física de Costa de Marfil. Numerosos ingredientes para una noche mágica de fútbol, pero caprichos del propio deporte hizo que el espectáculo dejase mucho que desear.
El partido se inició con una clara oportunidad de Brasil. Apenas se llevaban cuarenta segundos en el marcador cuando Robinho dispuso de una excelente oportunidad. Una buena cabalgada en una contra acabó con un disparo que se marchó cerca de la portería del portero africano.
Costa de Marfil muy agazapada atrás controlaba la posesión en los primeros compases del encuentro pero no mostraba síntomas de peligro. Yaya Touré era el encargado de intentar crear el juego, pero su limitación para desempeñar este rol es clara y además sus compañeros no le ayudaban al no realizar movimientos de desmarque. Por su parte, Brasil jugaba de manera lenta y sus pases cortos no surgían efecto para romper el muro defensivo africano. Dunga desde el banquillo parecía feliz al ver como su equipo no pasaba apuros aunque su propia selección era reacia al ‘joga bonito’.
Robinho se desesperaba al ver que no le llegaban balones y retrasaba su posición para intentar una mayor fluidez en el ataque, hasta que llegó la jugada clave. En la primera combinación brasileña entre Kaka’ y Robinho cerca del área, el centrocampista del Real Madrid le dio el pase a Luis Fabiano que no perdonó. Un potente disparo se coló en la meta de Barry y permitía a los de Dunga respirar un poco más tranquilo.
Luis Fabiano y la picaresca
Cuando apenas arrancaba el segundo tiempo, a los 50 minutos, Luis Fabiano se internó en el área para buscarse solo la vida. Con dos enormes sombreros y el hábil auxilio de su mano (hasta en dos ocasiones) permitió al delantero del Sevilla poner tierra de por medio y marcar el segundo tanto de la ‘canarainha’.
Ante un marcador tan holgado y la escasez de oportunidades de los marfileños, Dunga y los suyos veían que la clasificación para octavos estaba más que asegurada para la verdeamarela. A pesar de ir tan cómodamente en el marcador y en el campo, Brasil seguía sin convencer.
A partir de ahí el partido se jugó en ring de boxeo. Con un intercambio de golpes entre un equipo algo más relajado que disfrutaba con el sabor del trabajo resuelto y otro que se estiró con más corazón y músculo que con cabeza. Drogba marcó de cabeza demasiado tarde, ya en una recta final en la que se endureció el juego y en el que un par de marfileños pudieron irse del campo y al final sólo hubo roja, absolutamente exagerada, para Kaká.
Empecinado en transmitir una idea defensiva a sus jugadores, Dunga tiene en los resultados una coartada perfecta para expandir su juego tan poco vistoso para un país que se da cuenta de que las victorias aunque sean sin sambas también valen.
Al más estilo de una selección de menos calibre, la propuesta brasileña es cuanto menos vistosa y estética pero sorprendentemente eficiente. Con la segunda victoria en su casillero, Brasil ya mira a los octavos de final y presenta, por sus números y no por su juego, los credenciales hacia el título. Por su parte, Costa de Marfil no dejó un buen sabor de boca y ve peligrar su pase a la siguiente ronda.