El magistral estado de forma de sus componentes coloca a los germanos entre los favoritos tras su goleada frente a Australia. Los balcánicos podrían repetir el fracaso de su último Mundial si no son capaces de detener la potente ofensiva teutona. La necesidad de mejorar algunos aspectos tácticos se convierte en la principal preocupación

Se espera otra exhibición de Alemania, sin embargo Serbia, que se la juega, no será una perita en dulce. (FIFA)

Alineaciones probables Alemania: Neuer; Lahm (c), Friedrich, Mertesacker, Badstuber; Schweinsteiger, Khedira; Muller, Özil, Podolski, Klose. Serbia: Stojkovic; Ivanovic, Kuzmanovic, Vidic (c), Kolarov; Stankovic, Milijas, Krasic, Jovanovic; Zigic, Pantelic. Árbitro: Undiano Mallenco (España). Datos: Estadio Puerto Elizabeth, Bahía Nelson Mandela / Puerto Elizabeth. Viernes, 18 de junio de 2010 a las 13:30 horas. Retransmitido por Canal+ Liga.

Rafa Julián / SIGLO XXI

Una vez más, parece que Alemania volverá a formar parte de la historia en la Copa del Mundo. Son siete las veces consecutivas que los germanos han alcanzado como mínimo las semifinales en tan importante cita, y tras la goleada a Australia por 4-0, vuelven a presentar de nuevo su candidatura para continuar con esta fantástica racha. No en balde, es la única selección junto a Argentina que nos ha deleitado con un futbol exquisito en este campeonato infestado de una notable decadencia de espectacularidad.

Liderados por un Özil intratable sobre el césped, una próxima victoria ante Serbia más que asequible les colocaría directamente en octavos de final, pudiendo labrar paso a paso este ansiado futuro hacia su cuarto Mundial. Porque el jugador del Werder Bremen lo tiene claro: “Nuestro sueño es ganar el título, es por lo que estamos aquí”. Cierto es que han plasmado la huella de una futura realidad en este objetivo desde que el balón empezó a rodar en Durban, pero para ello, el siguiente paso será vencer a las ‘Águilas’ de Radomir Antic.

Camino a la perdición
Los balcánicos se encuentran en el lado oscuro del Grupo D. Su derrota ante la ‘a priori’ inferior Ghana le ha llevado a perder los galones concedidos para terminar como segunda del cuadro. Galones que se consumieron en aquel fatídico momento en el que Kuzmanovic desvió un balón con la mano en el interior del área sin necesidad ninguna, firmando una pésimo desenlace para un conjunto sin ningún tipo de criterio sobre el césped, con jugadores descolgados de sus tareas y con ridículas aproximaciones directas desde 40 metros.

Sencillamente, la complejidad es su mayor punto débil. Y esto contra una aplastante Alemania te puede costar excesivamente caro. Ni siquiera los cuatro goles encajados por Australia en el primer choque han dejado entre sus compatriotas decepción comparable a la de los serbios, arrastrados por la vergüenza de la pasada cita mundialista en 2006 donde no consiguieron victoria alguna. El hedor del fracaso vuelve a acechar a los de Antic, obligándoles a una victoria utópica ante germanos si no quieren tener que dar explicaciones en su vuelta a Europa.

La ofensiva perfecta
No obstante, el sudor de la perfección todavía empapa la elástica teutona y acceder hasta un aprovechable error en ellos para hacerse dueño y señor de la contienda no será como rebanar pan en una cena para dos.

Porque el primer recital que dio Alemania nos enseño a desguazar su potente armamento. No sólo de Özil viven los tricampeones. Los atributos resaltantes de Vidic (carentes en el primer choque) tendrán que medirse con un Klose poseído por el espíritu “Klinsmann”. Tras recuperar su olfato de gol, el delantero del Bayern ha igualado la cifra del histórico internacional, silenciando las críticas que le situaban como suplente entre los once de Joackim Loew.

Tampoco quedará lugar para el desentendimiento en bandas como en el último envite si Kolarov e Ivanovic aspiran frenar las potentes alas ofensivas de su próximo rival. El esplendido estado de forma de los extremos alemanes Müller y Podolski ya causo estragos entre la zaga de los “socceroos”, materializando incluso un tanto cada uno.

Demasiados golpes en tan poco tiempo para Serbia si perece nuevamente ante una de las favoritas. Claro está que Sudáfrica ’10 no ha hecho más que empezar y que en 90 minutos lo que anteriormente parecía imposible se puede convertir en una realidad cercana. Y es que si en algo nos ha adiestrado este atípico Mundial, es que los sueños de los tapados jamás se habían vislumbrado con tanta facilidad.