El controvertido delantero del Sevilla FC, Luis Fabiano, ya cuenta sus últimas horas en el plantel hispalense. El Milán ha hecho una fuerte puja por el carioca, y a éste, como ya ocurriera el año pasado, se le han puesto “los ojos fuera de órbita”, pensando en la suculenta cantidad de dinero que podría ganar.

Ya se ve que no se lo ha pensado ni un instante. Habló muy claro hace meses ya: “saldré del club tras el verano”. Y no se andará con rodeos tras finalizar el Mundial de Sudáfrica. Y ante este panorama, todos los aficionados pensarán que se va uno de los insustituibles, uno de los mejores… ¿Qué hará ahora el Sevilla sin él? Pues yo les responderé, si me lo permiten.

En primer lugar, está claro que el brasileño es uno de los mejores, pero nadie es insustituible. Fabiano menos. Ya se ha visto esta temporada con su lesión; se han realizado múltiples opciones para tener una delantera más que asequible y no ha ido tan mal. En segundo lugar, no será la primera vez que se va uno de los “mejores”. Ya pasó con José Antonio Reyes, con Baptista, Alves… y un largo etcétera.

Bien es cierto que Fabiano tiene muchas cualidades dignas de elogiar, pero también hay que tener en cuenta que ya no quiere seguir en el conjunto sevillista. Si no quiere, que se vaya. Más claro, el agua. Y para tener a un jugador desganado, mejor dejarle ir y que venga savia nueva al club, ¿no creen?

Además, hay otra cosa que es lo que más coraje me da. Se le ha subido al señor Fabiano la fama a la cabeza. Parece que no recuerda que fue un jugador al que tuvieron que callar muchas veces; perdonar otras. No le veo muy agradecido al club que le ha dado todos los títulos que posee… y encima, que ahora reniega de él comentando que quiere recalar en un club grande donde gane lo que se merece (pobre chico, si es apenas gana unos cuantos millones de euros, qué lastima…).

Vamos, que ya lo dije antes. Si quiere irse, ahí tiene la puerta. Pero, sólo comento una última cosa más: no es que tenga edad para mucha más carrera, esperemos que no se le haya terminado la pólvora, porque mientras se aclimata y no a Italia… Y no olvidemos que en Sevilla tardó en despuntar dos años. En fin, sea lo que sea, que gane quien tiene que ganar, el espectáculo del fútbol y sus aficionados.