Buenas tardes, Rafa. Acabó de ver tu victoria sobre ese Robin Soderling grande en lo tenístico y minúsculo en lo personal. Hoy sí le has podido, le has arrasado, vaya. Tanto, tanto que me he aburrido bastante en los dos últimos sets. No era nada fácil jugar contra un tío al que apoyan 20.000 personas, que es arrogante, y que sabe que ya te ganó una vez y quebró tu camino hacia la eternidad.

Hoy lo tengo más claro que nunca, Rafa. Pasarán cien años, cien, para que aparezca un tenista español de tu talento. Y digo cien porque Francia, por ejemplo, lleva ya 27 años sin ganar su Roland Garros, cuando el gran Yannick Noah asombró al mundo con su tenis en 1983. Pero lo tuyo es especial, Rafa. Si no hubiese nacido Roger Federer, te aburrirías tanto que te hubieses retirado a los 25 años. Técnicamente quizás no seas el mejor, pero tu fuerza mental es tan grande que acabas matando moscas a cañonazos.

Y no sólo en tierra te muestras monarca, ya has demostrado una progresión increíble en pista rápida y los ingleses se han rendido a tu raqueta en la moqueta verde de Winbledom. Eres una auténtica máquina, Rafa, un crack de los que casi no quedan. Bueno, en el deporte español hay unos cuantos, porque están los Gasol, Alonso, Pedrosa, Lorenzo, Mengual, Pasabán, Barrufet, Muñoz, Wildeboer, Domínguez, Gómez Noya, Cal,… es una pasada nuestra fábrica de estrellas.

Pero hoy –cuando escribo estas líneas de caluroso domingo- es el día tuyo, Rafa, el día que vuelves a ser el número 1 del mundo, el día en que ganaste tu quinto Roland Garros, el día en el que al fin te vimos llorar en público porque no has perdido todo lo humano que tienes, que es mejor aún que tu calidad deportiva. Por eso ganas y ganas tan fiero, tan rotundo.

Rafa, ya no sé qué escribir de tu idilio con el tenis porque ya estás entre los mejores de los mejores del Olimpo de este deporte. Puedes retirarte tranquilo, bueno, mejor no retires hasta que realmente veas que no le puedes ganar en fortaleza mental a un chaval de 17 que venga, más que a emularte, a echarte del circuito. Rafa, llora tranquilo, has superado todas las dificultades personales y profesionales de dos años realmente duros. Te has ganado el aplauso del deporte mundial. Vete a casa y descansa, porque ya por fin sabes que heredarás la tierra…