Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cartas al director
D. Martínez, Burgos

La “post-verdad” y la doctrina

|

En estos primeros días de 2017 estamos viviendo un capítulo, bastante oscuro, sobre la importancia de la veracidad de la información con motivo de la filtraciones, investigaciones, etc. entre los servicios de inteligencia rusos y americanos. No importa que sea verdad ni que grado de verdad, lo que importa es el grado de emoción que genera la noticia. No importa la verdad de la noticia sino mi verdad sobre el tema. Estamos en una situación de ‘post-verdad’.

Plantear la cuestión de la “post-verdad” significa referirnos no solo a lo que escribió en su día el filósofo Ralph Keyes en su libro “’’The Post-Truth Era: Dishonesty and Deception in Contemporary Life’’”. Significa analizar la preponderancia de quienes socialmente manejan las emociones. Una cuestión que ya estaba presente desde el Cármides y el Gorgias de Platón, las investigaciones sobre la propaganda de Theodor W. Adorno y los trabajos más recientes de Alain Badiou, o de Aaron James.

Si aplicamos este modelo a la presencia de la propuesta cristiana en este momento de la historia nos tenemos que preguntar qué referencias de liderazgo “post-verdad” están operativas y cómo se articulan.

No se trata solo, por tanto, de una respuesta crítica a la invención de la verdad de los populismos, o de la demagogia política. Se trata de una oportunidad para reflexionar sobre la relación entre doctrina y vida, doctrina y hechos históricos, doctrina, vida y comunicación, medios y realidad social.

La “post-verdad” y la doctrina

D. Martínez, Burgos
Lectores
viernes, 13 de enero de 2017, 20:32 h (CET)
En estos primeros días de 2017 estamos viviendo un capítulo, bastante oscuro, sobre la importancia de la veracidad de la información con motivo de la filtraciones, investigaciones, etc. entre los servicios de inteligencia rusos y americanos. No importa que sea verdad ni que grado de verdad, lo que importa es el grado de emoción que genera la noticia. No importa la verdad de la noticia sino mi verdad sobre el tema. Estamos en una situación de ‘post-verdad’.

Plantear la cuestión de la “post-verdad” significa referirnos no solo a lo que escribió en su día el filósofo Ralph Keyes en su libro “’’The Post-Truth Era: Dishonesty and Deception in Contemporary Life’’”. Significa analizar la preponderancia de quienes socialmente manejan las emociones. Una cuestión que ya estaba presente desde el Cármides y el Gorgias de Platón, las investigaciones sobre la propaganda de Theodor W. Adorno y los trabajos más recientes de Alain Badiou, o de Aaron James.

Si aplicamos este modelo a la presencia de la propuesta cristiana en este momento de la historia nos tenemos que preguntar qué referencias de liderazgo “post-verdad” están operativas y cómo se articulan.

No se trata solo, por tanto, de una respuesta crítica a la invención de la verdad de los populismos, o de la demagogia política. Se trata de una oportunidad para reflexionar sobre la relación entre doctrina y vida, doctrina y hechos históricos, doctrina, vida y comunicación, medios y realidad social.

Noticias relacionadas

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto