La pista, que discurre por un asfalto que el resto de días está abierto al tráfico, consta de 19 curvas, 10 a derechas y 9 a izquierdas. Las curvas son de baja y media velocidad. En los tres sectores la velocidad media es realmente baja.
Pablo García / SIGLO XXI
Circuit de Monaco (© Formula One Administration Limited) |
Curvas lentas y asfalto resbaladizo
Empezamos el primer sector a unos 270 km/h en la recta de meta. A continuación un fuerte frenazo para afrontar en segunda la curva de Sainte Devote, donde es fácil pasarse de frenada y acabar visitando una de las pocas escapatorias que tiene Mónaco. Iniciamos la subida engranando marchas y llegamos a Massenet, curva rápida a izquierdas que se cierra abruptamente y reducimos hasta tercera, a unos 150 y teniendo cuidado con el subviraje, llegaremos a la zona del casino que se toma en segunda o tercera velocidad. No tendremos tiempo para descansar en la pequeña recta en bajada donde tenemos que posicionarnos a la derecha en una maniobra un poco antinatural debido a la existencia de una tapa de alcantarilla.
El segundo sector empieza con una frenada fuerte en Mirabeau donde también podremos visitar la escapatoria en caso de pasarse de frenada. Al salir de esta en segunda nos colocamos a la derecha para tomar Loews, la curva más lenta del mundial, en primera y a unos 45km/h. Sin descanso llegamos a la zona más técnica, Portier, donde veremos el mar mientras negociamos un acusado giro de derechas en bajada que desemboca en otro giro de derechas donde se roza levemente el freno para no salir “matado” en la mítica zona del túnel que se hace a fondo y confiando en la aerodinámica extrema que llevamos. Alcanzamos nuestra velocidad máxima al salir del túnel (280 km/h) y frenamos fortísimo para la Nouvelle Chicane, único punto donde se puede forzar un adelantamiento extremo. A partir de aquí nos espera las curvas rápidas de Tabac y la chicane de La Piscina, rapidísima y donde es muy fácil irse contra las protecciones si abusamos del piano interior.
El tercer sector comienza con otra difícil chicane que tomamos en segunda a unos 80 y aceleramos rápido para llegar a la zona más bonita del trazado, la mítica Rascasse, curva lenta y cerrada donde prima la tracción y que desemboca en otra curva muy técnica, Anthony Noghes, que debemos negociar con cuidado de no impactar con las protecciones de la derecha al entrar, y de la izquierda al salir, sin embargo pasar lo más cerca de las protecciones arriesgándolo todo en cada curva es la manera de sacar los tiempos en Mónaco
Adherencia y tracción
El Set-Up de Mónaco es el más extremo del campeonato. Los monoplazas van con carga máxima no porque primen las curvas de alta velocidad, sino porque no hay rectas y la velocidad máxima no es importante. Las suspensiones deben ser blandas debido a lo inusual del trazado, bacheado y lleno de desniveles, así como elevar la altura para que el fondo plano del monoplaza no roce con el suelo. Las marchas deben acortarse y buscar tracción porque es lo que nos dará las decimas que buscamos.
En Mónaco el piloto marca diferencias. El riesgo al tomar la curva, el túnel, el Casino, La Rascasse, pasar muy cerca las barreras, no perdonar los fallos y todo esto disfrazado de glamour y ligereza, hacen de Mónaco el mito en el que se ha convertido y que todos los aficionados a la F1 admiran y respetan.