Desde su llegada al poder, los Kirchner nos han mostrado que solo saben como inducir a la fragmentación social, provocar enfrentamientos, intranquilidad y animosidad entre aquellos que les toca gobernar, llegando hasta la antinomia entre los distintos sectores de la sociedad, perfeccionando esto con su obstinación en las decisiones.
Tal vez crean que solo así podrán construir poder, promoviendo primero el juzgamiento a las Fuerzas Armadas, enfrentando luego a la Iglesia, mas tarde al sector agropecuario, y desde hace unos años el combate se da con los medios de difusión. Finalmente es hoy también el Poder Judicial quien esta en el banquillo de los acusados, no soportan la imparcialidad, mas bien parece molestar al oficialismo.
No es casualidad que todos aquellos fallos adversos a sus designios se han correspondidos con un torrente verbal desde todo el espectro de la Casa Rosada, contrario a lo que ocurre con los fallos favorables.
Se suma ahora la realización de los "juicios populares" a la ética periodística, prácticas deleznables si las hay, en los que ciertamente lograran condenas que seguro no conseguirán en los tribunales que la Constitución Nacional dispone. A la cual solo se ajustan para beneficio propio.
Hebe de Bonafini, quien encabezó este simulacro de juicio público contra periodistas, y a quienes tildó de “traicionar al pueblo y silenciar el horror”, confió en que pronto llegará el momento en que “pidan perdón”, y anticipó que se realizará un mecanismo similar con los jueces.
Néstor Kirchner, alentando esta practica de persecución dijo en la sede de la CGT ; "desde ahora en más, sin odios ni venganzas", (que la Justicia) "proceda a juzgar las responsabilidades como dijo la Presidenta no sólo de aquellos que lamentablemente les hicieron poner una capucha, sino de los responsables civiles e ideológicos del golpe militar de 1976".
Esta indicación al Poder Judicial reproduce la de Estela de Carlotto cuando señaló: "la dictadura se hizo entre muchos, militares y civiles, al servicio del exterminio y la apropiación de niños. Son los mismos que hoy pretenden volver a las recetas neoliberales que tanto daño nos han hecho", en su discurso en la ESMA.
Estos discursos, que ponen en serio riesgo los derechos y garantías que otorga la democracia para todos habitantes, presuponen una táctica en la que, agotados los adversarios -reales o imaginarios- los K comiencen juzgando a los ciudadanos civiles. En toda esta confusión caerían no sólo ex funcionarios del Proceso, sino también opositores actuales que incomoden al gobierno, con supuestas "pruebas" de conspiración.
Sin dejar de enarbolar esta cacería con la bandera de los derechos humanos, lo cual resultaría a esta altura de los acontecimientos una triste paradoja.
Pero las similitudes con gobiernos autocráticos, en la que su ideal es el de imponer el pensamiento único como el Venezolano, inquieta. Argentina vivió ese proceso en el siglo XlX, desde 1880 se profundizó el proceso de concentración del Poder político, alrededor del partido oficialista. El presidente buscaba remover a gobernadores no leales. Este se denominó el unicato; una fuerte concentración del Poder político en el presidente. A contramano de las actuales ideologías aquel fue un régimen liberal y conservador, el modelo de desarrollo económico para el país estaba basado en las exportaciones crecientes de la producción agropecuaria.
Las realidades actuales de los gobiernos de Chávez y Kirchner, son el avance descontrolado de la inflación. Ambos enfrentan el problema con las primitivas herramientas del control, Argentina con un personaje como Guillermo Moreno y en Venezuela existe una denominada "policía de precios".
En VTV, canal controlado por el chavismo, el programa La Hojilla se encarga de denigrar a los periodistas que denuncian presiones del Gobierno o critican algunas medidas. Esta especie de 6,7,8 venezolano, que al igual que el del canal oficial K, tiene como invitados a diferentes dirigentes del oficialismo quienes se retroalimentan en sus criticas a la oposición.
Al igual que los programas de espectáculos como el TV Registrada o Zapping, el programa oficial 6,7,8 se encarga de exhibir los tapes de los políticos de la oposición resaltando su antecedentes, como fundamento para criticar su postura actual o desmerecer sus opiniones. Todo esto, descuidando que los funcionarios Kirchneristas también tienen un archivo, en muchos casos oscuro, pero eso no se muestra.
Es por esto que la única opción de lucha que nos queda como ciudadanos es evitar que en los hechos el Gobierno sea el que marca la agenda.