Después de casi un año de vacaciones, en funciones le han llamado ellos, Mariano Rajoy ha vuelto a asentar sus reales posaderas en el banco azul del Congreso de los Diputados y en los mullidos y blancos sillones de Moncloa. Costó pero llegó, al final el gallego impasible repite legislatura, y además con un año de propina, el que ha pasado entre dos elecciones frustrantes para el PSOE y PODEMOS mientras Rajoy, tranquilamente sentado en los escalones de Moncloa, esperaba ver pasar por delante suyo el cadáver de su enemigo, y sin hacer nada y gratis et amore consiguió que la tropa socialdemócrata ajara más la ya marchita rosa del socialismo y abriera el puño que la sostenía para rendirse sin condiciones ante las voraces gaviotas carroñeras de los populares.

Los dirigentes del puño y la rosa adujeron como excusa para esta vergonzosa rendición incondicional que lo hacían por el bien de España, pero la verdad es que no tuvieron los redaños necesarios para enfrentarse a quienes de verdad mandan en la política española, aunque nunca se presenten a las elecciones, el PSOE no se atrevió a desobedecer a la oligarquía y al gran capital, han sido las empresas del IBEX-35 junto con la banca quienes han mediado para que Mariano Rajoy volviera a ostentar la Presidencia de un Gobierno que a los poderes económicos les ha ido muy bien durante el primer mandato del gallego impasible. Nunca hubo dinero para los servicios sociales, la sanidad, la cultura y la enseñanza, pero si lo hubo, y a mansalva, para rescatar a los bancos de su mala gestión durante la época de bonanza del tocho, llovieron millones a los bancos y, de momento, ninguno de los responsables del desaguisado ha pisado la cárcel. Se rescataron bancos en lugar de rescatar personas.

Y, con el nuevo Gobierno marianista, continuamos para bingo, hace pocas horas el Ministro del ramo ha dado a conocer que el Estado, eso que pagamos entre todos, se hará cargo de las autopistas cercanas a Madrid para evitar su quiebra. Nada, la broma serán poco más de 5.000 millones de euros para salvar la cartera, que no la honra, de los accionistas de estas obras faraónicas que, miren por donde son empresas participadas por los grandes bancos del país. Una vez más, como en los mejores casinos, la Banca gana y los demás nos quedamos con un palmo de narices y pagando con nuestra sangre, sudor y lágrimas.

Dice el nuevo Gobierno que quiere ser dialogante con Catalunya y para ello ha nombrado como Virreina de las tierras catalanas a Soraya Sáenz de Santamaría, la hija de aquel general franquista que hizo carrera política con Adolfo Suárez. Pero desde Madrid confunden dialogar con el ejercicio del monologo, la primera visita de la Virreina Soraya a Barcelona para tomar posesión de su despacho en tierras de misión comenzó y terminó con el besamanos político por el que pasaron Ciudadanos y lo que queda del PSC con Iceta al frente. La Virreina debe creer que el verbo dialogar se conjuga tan sólo en compañía de sus afines, al fin y al cabo debe sentirse más ufana y tranquila con sus “colonos” que con toda la “penya” adicta al referéndum que, lo único que hace, es darle dolores de cabeza y plantearle problemas.

Pero desde el despacho de la Virreina ya han comenzado a lanzarse las consignas y los gritos de rigor para que la prensa afín, que también la hay en Catalunya, se convierta en vocero de los deseos y las órdenes que se emitan desde Madrid. Ayer La Vanguardia, siempre con el poder sea el que sea, publicó un artículo suscrito por uno de sus politólogos de cabecera en el que, con datos sesgados, se ofrecía una visión irreal del movimiento independentista dando a entender que, si desde Moncloa ofrecen un poco de alpiste, el proceso quedará en agua de borrajas.

Pero como este frenazo a las ansías independentistas no se lo creen ni ellos siguen con sus ataques a todo lo que se mueva en el ámbito del deseo de celebrar un referéndum en el que, sin trampa ni cartón, se midan las fuerzas de unos y otros, no es tan difícil. Pero el PP sigue agitando la coctelera de su Tribunal Constitucional y toda su Brigada Aranzadi para intentar empapelar y meter en el trullo a quienes simplemente intentan llevar a cabo el mandato expresado en las urnas por la mayoría de votantes catalanes.

El dialogo ofrecido por el Gobierno del PP lo ven miles de catalanes cada mañana cuando llegan tarde al trabajo porque, una vez más, los trenes de Rodalies no llegan con la debida puntualidad a su destino porque España siguen sin hacer las inversiones previstas, y lo siguen viendo miles de catalanes cuando comprueban que sus impuestos siguen viajando a Madrid y nunca vuelve ni tan siquiera la parte que estipulan las leyes que debe retornar a Catalunya. Y encima los catalanes tienen que escuchar a personajillos como la sultana de Andalucía o el cacique del PSOE extremeño decir que ni un euro de sus regiones irá a parar a Catalunya, cuando la realidad es bien distinta y es la solidaridad y los impuestos catalanes, valencianos y baleares los que están manteniendo el bienestar en aquellas tierras. Un poco de vergüenza es lo que les hace falta a algunos mandatarios que con tal de seguir en el machito del poder no dudan en mentir y engañar a sus votantes. Dialogo sí, todo el que haga falta, pero en igualdad de condiciones, lo que quiere el Gobierno marianista es hacer creer a España que son los catalanes los que no quieren dialogar, y no quieren porque lo que ofrece el PP es más de lo mismo pero envuelto en papel de regalo.