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La Vanguardia adelanta la inocentada del día 28 de diciembre

Colau ¿la quinta política más influyente de la UE?

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En ocasiones tenemos la impresión de que las cosas van tomando un rumbo que no hace más que hacernos pensar en la posibilidad, más que probable, de que España acabe siendo pasto de la serie de intrigas que se están maquinando contra ella. Es evidente que uno de los sistemas para alterar la confianza de la ciudadanía, de crear tensiones entre los españoles, de dejar desorientados a quienes les cuesta estar al día de este complicado intríngulis en el que se ha convertido la política nacional; es, sin duda, difundiendo bulos, explicando patrañas, vendiendo medias verdades o haciéndose eco de informaciones que tienen todas las trazas de haber sido amañadas, montadas expresamente para dar publicidad a cuestiones que pueden resultar de interés para quienes lo que buscan es promocionar un determinado ideario, difundir y darle notoriedad a una opción política que interesa que adquiera resonancia entre un determinado sector de una sociedad, a la que se quiere inclinar hacia opciones que, en el caso que nos ocupa, tendría un evidente sentido de extrema izquierdas, de sistemas de gobierno totalitarios y, en definitiva, de carácter eminentemente dictatorial.

Dentro de la línea habitual del grupo Godó, entregado tipográficamente a la causa separatista catalana, en el número correspondiente a este día, 8/12, del rotativo La Vanguardia, dentro del apartado de tema municipal, aparece una información, a dos columnas, en la que se hace referencia a una publicación, “Político”, que debe ser, seguramente, muy importante en Bruselas, pero que yo no he conseguido localizar; a la que se le atribuye ser una de las publicaciones de referencia en Bruselas, Washington y en los centros “de poder norteamericanos”. Sin embargo, no parece que lo que se afirma en ella tenga muchos visos de ser realidad, si lo que afirman es que: la alcaldesa de Barcelona, señora Ada Colau, se ha convertido, nada más y nada menos, que en la “quinta política más influyente de la Unión Europea”

Al parecer, siempre según la información que aparece en el diario catalán, la señora Colau, insigne agitadora anti hipotecas, antisistema de profesión y declaradamente opuesta a aceptar las leyes de su propio país, ocupa un destacado lugar en una lista encabezada por el actual alcalde laborista de Londres, Sadiq Kan, ocupada también, entre ambos lugares, por Frauke Petry, la derechista alemana; el presidente de Ryanair, Michael O`Leary y el exprimer ministro polaco Jaroslaw Kaczinski ( ambos también de derechas, una particularidad que para el informador los convierte en “más controvertidos”, lo que no encuentra en el resto de los incluidos en la relación). De la alcaldesa catalana se dice que “El futuro de España podría descansar sobre los hombros de la alcaldesa de Barcelona”, añadiendo “líder no oficial de la coalición de izquierdas que ganó las elecciones generales de Cataluña”.

No obstante, lo que resulta más interesante es cuando, el articulista de “Político”, menciona las “cualidades” en las que ha destacado la señora alcaldesa de Barcelona, entre las que figuran: “las multas impuestas a los bancos por tener pisos vacíos, las medidas para intentar controlar el flujo turístico en la ciudad y el enojo de los monárquicos por la retirada del busto del Rey de la sala de plenos”. No sabemos si serán estas “virtudes” de la alcaldesa las que la convierten en tan influyente o, si será que, para quienes le atribuyen tanta influencia en la UE, lo que cuenta en que haya conseguido encumbrarse a la alcaldía de la ciudad de Barcelona, a pesar de que carece de toda formación para ello, que no ha hecho más que meter la pata en todo lo que ha intentado, que muchas de las determinaciones que ha tomado ha tenido que retirarlas, porque los tribunales de justicia le han obligado a ello. No obstante, si lo ha conseguido no ha sido mérito suyo sino falta de sentido común de los separatistas catalanes que, con sus errores, le han abierto camino para ocupar espacios que antes cubrían ellos; de la ERC que, enfrascada en sus obsesiones independentistas, se olvidaron de atender a su flanco izquierdista, permitiendo que se les colasen los socios de BenComú de la señora Colau y, como no, por culpa de las rencillas entre los distintos partidos llamados constitucionalistas que, cuando se han dado cuenta, mientras se peleaban entre ellos, se les han colado de matute los comunistas bolivarianos de Podemos y sus franquicias en Barcelona, País Vasco y Galicia.

En todo caso, mucho nos tememos que, en esta información publicada por La Vanguardia, haya un mucho de imaginación, una parte importante de afán de notoriedad y no poca de intención de favorecer el plan de la señora Colau que, todo el mundo sabe, aunque ella lo vaya negando, que sus aspiraciones inmediatas se centran, no en ocupar el lugar del señor Rajoy, una perspectiva nada probable y que, en todo caso, estaría a años luz de lograr conseguirla, sino el hacerse con el puesto del señor Puigdemont, al frente de la Generalitat de Cataluña; algo que no sería de extrañar, si las cosas siguen el rumbo que llevan en la comunidad catalana, que no tardara mucho tiempo en conseguir.

La verdad, no vemos que esta presunta influencia de la señora Colau en la UE preocupe mucho al Parlamento de Bruselas, le cause mucha inquietud al nuevo presidente de los EE. UU, señor Donald Trump o sea causa de graves dolores de cabeza para la señora Cristine Lagard del FMI o el señor Draghi del BCE, lo que pueda o no opinar en Europa la reciclada señora Colau, que ha pasado de ser un Mr. Hyde, indomable, protestona, antisistema y activista callejera a transformarse en un Mr. Jekill, de ropa cara, gustos refinados y asidua asistente a ver ópera en el teatro más lujoso de la ciudad, El Liceo. Esto suele ocurrir con toda esta gente que por las calles grita contra los ricos, los empresarios, la policía o las personas de orden y empresarios que, cuando se convierten en acomodados, se les da poder y deben tomar decisiones, se vuelven más acomodaticios, se acostumbran a la buena vida y pronto, si los de abajo no se lo recuerdan, adquieren los mismos vicios de aquellos contra los que luchaban en su época de desarraigados y quema conventos.

Claro que será de ver, si la señora Colau se lo llega a creer y se le suben los humos, lo que van a pensar sus antiguos correligionarios de Podemos ( no nos olvidemos que Ben Comú, no es más que una antigua franquicia, algo desarraigada, del colectivo Podemos) y como se toman el hecho de que se la considere una directa futura aspirante a la Moncloa, los señores Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, el que les haya salido este grano en el trasero que pudiera interferir en sus aspiraciones a fundar un nuevo Frente Popular, bajo su mando y al estilo del que ha ostentado durante 50 años el extinto camarada Fidel Castro, sobre la empobrecida nación cubana.

En todo caso, aparte de lo que pudiera pintar en Europa esta señora que gobierna la alcaldía de Barcelona, lo que es evidente es que está consiguiendo convertir la capital catalana en una especie de sucursal directa del Klemlin, olvidándose de que la Constitución española respeta el derecho de propiedad y de que las leyes estatales están por encima de las que ella pueda dictar contradiciendo aquellas, sin que le importe ni mucho ni poco que, las sentencias de los recursos contra sus arbitrariedades le vayan tumbando, sistemáticamente, todas sus elucubraciones legales. Pero, como es evidente, este estado de cosas no puede prolongarse y ya ha llegado el momento en que alguien se ocupe de pararles los pies a todos estos descerebrados que se han creído que han venido aquí para imponernos sus ideas, aunque, la mayoría de ellas, estén enfrentadas o alteren los principios constitucionales.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos lamentamos de tener que soportar todo lo que, en esta tierra de nadie, dominada por las izquierdas y por los separatistas, los pocos o muchos que quedamos y seguimos siendo, ante todo, españoles; estamos condenados a aguantar, por la incuria de quienes nos gobiernan, un sistema de gobierno distinto al que existe en el resto de España, sin que nadie, ni blancos ni rojos, hagan algo para evitar que esta tierra se convierta en un satélite de la Venezuela del señor Maduro, ocupada por las izquierdas separatistas que nos han dejado el señor Pujol y su camarilla de burócratas corrompidos, cuando han sido apartados del poder.

Colau ¿la quinta política más influyente de la UE?

La Vanguardia adelanta la inocentada del día 28 de diciembre
Miguel Massanet
viernes, 9 de diciembre de 2016, 00:01 h (CET)
En ocasiones tenemos la impresión de que las cosas van tomando un rumbo que no hace más que hacernos pensar en la posibilidad, más que probable, de que España acabe siendo pasto de la serie de intrigas que se están maquinando contra ella. Es evidente que uno de los sistemas para alterar la confianza de la ciudadanía, de crear tensiones entre los españoles, de dejar desorientados a quienes les cuesta estar al día de este complicado intríngulis en el que se ha convertido la política nacional; es, sin duda, difundiendo bulos, explicando patrañas, vendiendo medias verdades o haciéndose eco de informaciones que tienen todas las trazas de haber sido amañadas, montadas expresamente para dar publicidad a cuestiones que pueden resultar de interés para quienes lo que buscan es promocionar un determinado ideario, difundir y darle notoriedad a una opción política que interesa que adquiera resonancia entre un determinado sector de una sociedad, a la que se quiere inclinar hacia opciones que, en el caso que nos ocupa, tendría un evidente sentido de extrema izquierdas, de sistemas de gobierno totalitarios y, en definitiva, de carácter eminentemente dictatorial.

Dentro de la línea habitual del grupo Godó, entregado tipográficamente a la causa separatista catalana, en el número correspondiente a este día, 8/12, del rotativo La Vanguardia, dentro del apartado de tema municipal, aparece una información, a dos columnas, en la que se hace referencia a una publicación, “Político”, que debe ser, seguramente, muy importante en Bruselas, pero que yo no he conseguido localizar; a la que se le atribuye ser una de las publicaciones de referencia en Bruselas, Washington y en los centros “de poder norteamericanos”. Sin embargo, no parece que lo que se afirma en ella tenga muchos visos de ser realidad, si lo que afirman es que: la alcaldesa de Barcelona, señora Ada Colau, se ha convertido, nada más y nada menos, que en la “quinta política más influyente de la Unión Europea”

Al parecer, siempre según la información que aparece en el diario catalán, la señora Colau, insigne agitadora anti hipotecas, antisistema de profesión y declaradamente opuesta a aceptar las leyes de su propio país, ocupa un destacado lugar en una lista encabezada por el actual alcalde laborista de Londres, Sadiq Kan, ocupada también, entre ambos lugares, por Frauke Petry, la derechista alemana; el presidente de Ryanair, Michael O`Leary y el exprimer ministro polaco Jaroslaw Kaczinski ( ambos también de derechas, una particularidad que para el informador los convierte en “más controvertidos”, lo que no encuentra en el resto de los incluidos en la relación). De la alcaldesa catalana se dice que “El futuro de España podría descansar sobre los hombros de la alcaldesa de Barcelona”, añadiendo “líder no oficial de la coalición de izquierdas que ganó las elecciones generales de Cataluña”.

No obstante, lo que resulta más interesante es cuando, el articulista de “Político”, menciona las “cualidades” en las que ha destacado la señora alcaldesa de Barcelona, entre las que figuran: “las multas impuestas a los bancos por tener pisos vacíos, las medidas para intentar controlar el flujo turístico en la ciudad y el enojo de los monárquicos por la retirada del busto del Rey de la sala de plenos”. No sabemos si serán estas “virtudes” de la alcaldesa las que la convierten en tan influyente o, si será que, para quienes le atribuyen tanta influencia en la UE, lo que cuenta en que haya conseguido encumbrarse a la alcaldía de la ciudad de Barcelona, a pesar de que carece de toda formación para ello, que no ha hecho más que meter la pata en todo lo que ha intentado, que muchas de las determinaciones que ha tomado ha tenido que retirarlas, porque los tribunales de justicia le han obligado a ello. No obstante, si lo ha conseguido no ha sido mérito suyo sino falta de sentido común de los separatistas catalanes que, con sus errores, le han abierto camino para ocupar espacios que antes cubrían ellos; de la ERC que, enfrascada en sus obsesiones independentistas, se olvidaron de atender a su flanco izquierdista, permitiendo que se les colasen los socios de BenComú de la señora Colau y, como no, por culpa de las rencillas entre los distintos partidos llamados constitucionalistas que, cuando se han dado cuenta, mientras se peleaban entre ellos, se les han colado de matute los comunistas bolivarianos de Podemos y sus franquicias en Barcelona, País Vasco y Galicia.

En todo caso, mucho nos tememos que, en esta información publicada por La Vanguardia, haya un mucho de imaginación, una parte importante de afán de notoriedad y no poca de intención de favorecer el plan de la señora Colau que, todo el mundo sabe, aunque ella lo vaya negando, que sus aspiraciones inmediatas se centran, no en ocupar el lugar del señor Rajoy, una perspectiva nada probable y que, en todo caso, estaría a años luz de lograr conseguirla, sino el hacerse con el puesto del señor Puigdemont, al frente de la Generalitat de Cataluña; algo que no sería de extrañar, si las cosas siguen el rumbo que llevan en la comunidad catalana, que no tardara mucho tiempo en conseguir.

La verdad, no vemos que esta presunta influencia de la señora Colau en la UE preocupe mucho al Parlamento de Bruselas, le cause mucha inquietud al nuevo presidente de los EE. UU, señor Donald Trump o sea causa de graves dolores de cabeza para la señora Cristine Lagard del FMI o el señor Draghi del BCE, lo que pueda o no opinar en Europa la reciclada señora Colau, que ha pasado de ser un Mr. Hyde, indomable, protestona, antisistema y activista callejera a transformarse en un Mr. Jekill, de ropa cara, gustos refinados y asidua asistente a ver ópera en el teatro más lujoso de la ciudad, El Liceo. Esto suele ocurrir con toda esta gente que por las calles grita contra los ricos, los empresarios, la policía o las personas de orden y empresarios que, cuando se convierten en acomodados, se les da poder y deben tomar decisiones, se vuelven más acomodaticios, se acostumbran a la buena vida y pronto, si los de abajo no se lo recuerdan, adquieren los mismos vicios de aquellos contra los que luchaban en su época de desarraigados y quema conventos.

Claro que será de ver, si la señora Colau se lo llega a creer y se le suben los humos, lo que van a pensar sus antiguos correligionarios de Podemos ( no nos olvidemos que Ben Comú, no es más que una antigua franquicia, algo desarraigada, del colectivo Podemos) y como se toman el hecho de que se la considere una directa futura aspirante a la Moncloa, los señores Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, el que les haya salido este grano en el trasero que pudiera interferir en sus aspiraciones a fundar un nuevo Frente Popular, bajo su mando y al estilo del que ha ostentado durante 50 años el extinto camarada Fidel Castro, sobre la empobrecida nación cubana.

En todo caso, aparte de lo que pudiera pintar en Europa esta señora que gobierna la alcaldía de Barcelona, lo que es evidente es que está consiguiendo convertir la capital catalana en una especie de sucursal directa del Klemlin, olvidándose de que la Constitución española respeta el derecho de propiedad y de que las leyes estatales están por encima de las que ella pueda dictar contradiciendo aquellas, sin que le importe ni mucho ni poco que, las sentencias de los recursos contra sus arbitrariedades le vayan tumbando, sistemáticamente, todas sus elucubraciones legales. Pero, como es evidente, este estado de cosas no puede prolongarse y ya ha llegado el momento en que alguien se ocupe de pararles los pies a todos estos descerebrados que se han creído que han venido aquí para imponernos sus ideas, aunque, la mayoría de ellas, estén enfrentadas o alteren los principios constitucionales.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos lamentamos de tener que soportar todo lo que, en esta tierra de nadie, dominada por las izquierdas y por los separatistas, los pocos o muchos que quedamos y seguimos siendo, ante todo, españoles; estamos condenados a aguantar, por la incuria de quienes nos gobiernan, un sistema de gobierno distinto al que existe en el resto de España, sin que nadie, ni blancos ni rojos, hagan algo para evitar que esta tierra se convierta en un satélite de la Venezuela del señor Maduro, ocupada por las izquierdas separatistas que nos han dejado el señor Pujol y su camarilla de burócratas corrompidos, cuando han sido apartados del poder.

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Pienso, y esto no deja de ser una opinión exclusivamente personal, que la literatura debe estar escrita siempre desde el foco de la ilusión y la esperanza. Son los esenciales avituallamientos para la creatividad. No digo ya que las novelas deban tener un matiz rosa y de amores platónicos que nos alejan de la realidad. Porque ante todo hay que tener presente el punto de unión entre la ficción y la realidad.

Estoy arrepintiéndome de votar, arrepintiéndome de leer páginas de opinión política en la prensa, arrepintiéndome de acudir a manifestaciones manipuladas, arrepintiéndome de ver noticiarios de televisión y, mucho más, tertulias generalistas con tertulianos mediocres.

El padre de la Constitución argentina, Juan Bautista Alberdi, en su obra "El Crimen de la Guerra"(1870), afirma: "No puede haber guerra justa, porque no hay guerra juiciosa. La guerra es la pérdida temporal del juicio". Asimismo, añade que "las guerras serán mas raras a medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las promueven y las invitan".

 
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