Asistimos a un tiempo de cambios, de compulsas manifestaciones en los ámbitos sociales y políticos que hacen que día a día estemos asistiendo a tres hechos significativos y a la vez sumamente alarmantes para el propio sistema democrático, situaciones como : Primero.- Aumento significativo de simpatizantes y votantes en los partidos de ultraderecha, casos como el de Austria, Holanda, Italia o Francia son ejemplos significativos al respecto, Segundo.- Una perdida de votos de los partidos de derecha moderada frente a los partidos de ultraderecha , Tercero.- Un Aumento de la Abstención de votantes de los partidos socialdemócratas , siendo localizada la misma en los barrios obreros de las principales urbes Cuarto.-Una perdida significativa al deseo de participación en la escena política y el seno de los partidos políticos moderados frente a un incremento de la participación en movimientos bien de ultraizquierda y vinculados a determinados movimientos que a través de la negación del propio sistema de partidos como instrumento para hacer frente a los desafíos sociales y económicos se aglutina en torno a foros sociales, movimientos ecologistas o vecinales.
Y es que las situaciones vividas en el ámbito económico, político y sociales de principios del Siglo XX que supusieron el aumento del pensamiento nacionalsocialista y fascista podrían recordarnos en parte a los actuales momentos que en este Siglo XXI la sociedad europea esta viviendo , todo ello fruto a una crisis económica global que de modo directo azota los estados nación poniendo en jaque las estructuras del bienestar que las clases medias europeas entendían como conquistas de imposible pérdida.
Así a principios del Siglo XX asistimos a una situación de fuerte crisis económica que de manera compartida es sufrida por gran parte de las democracias liberales, sistemas que a raíz de dicha crisis quedarían fuertemente desacreditadas debido tanto a la situación de falta de previsión de dichas democracias ante dicha crisis económica como por la falta de respuesta a la misma. Esto hecho potencio de manera directa que las reivindicaciones obreras buscaran el apoyo de los movimientos radicales de ultraizquierda en los cuales encontraban una respuesta sencilla y populista a sus anhelos de superación de sus problemas sociales y económicos que se agudizaban cada día más en su entorno más inmediato. Al mismo tiempo se empieza a generar en Europa un pensamiento ultraconservador que poniendo énfasis en los ideales nacionalistas por encima de la solidaridad internacional y las alianzas de progreso entre países. En este marco de aumento de la tensión social y política en la que Europa se encuentra sumergida tendrá lugar la aparición a la primera escena política del pensamiento nazionalsocialista alemán y el fascismo italiano, que encontraran acomodo rápidamente en diversos países tales como Finlandia, España, Francia, Inglaterra y la propia Alemania e Italia entre otros. De esta forma a través de propuestas económicas.sociales y políticas como el corporativismo estatal totalitario y la economía dirigista ,la sumisión de la razón a la voluntad y la acción todo ello enmarcado en un nacionalismo fuertemente identitario con componentes víctimistas que potenciaban la violencia hacía los enemigos del estado y su eliminación, el pensamiento fascista encontró un rápido acomodo entre las clases medias y obreras.
De igual forma esta misma situación económica y social que durante la primera parte del Siglo XX se desarrollaba en Europa y otras partes del mundo dio lugar al crecimiento del pensamiento comunista que a través de propuestas como la dictadura del proletariado de los medios de producción capitalista, el reparto comunal de las riquezas o la economía sustentada en planes quinquenales encontró rápida implantación en toda Europa siendo Europa del Este donde mayor relevancia alcanzo esta corriente- todo ello bajo la influencia de Rusia,-si bien otros países como España ,Francia o Inglaterra destacarían por los movimientos comunistas que en su seno se aglutinaban en torno a partidos políticos y sindicatos de clase.
Hoy en pleno Siglo XXI y dentro de una crisis económica más globalizada los estados nación liderados por los partidos democráticos tradicionales sufren la desafección de la política de la ciudadanía , ciudadanía que ya anteriormente a la crisis económica sufría en su seno ya una crisis de participación social y de política- este última con una responsabilidad compartida por los propios partidos políticos quienes debido a su propia estructura hermética de participación indirecta de su militancia alejan aun más a la ciudadanía de los propios partidos políticos.- . De esta forma este caldo de cultivo ha servido para la aparición de nuevo de lideres populistas de ultraizquierda y ultraderecha que poco a poco van encontrando acomodo en las estructuras del propio sistema democrático castrando el pensamiento progresista y poniendo en peligro los derechos y libertades que tanto constaron alcanzar. Por ello cabe ahora desde el seno de los partidos políticos poner un énfasis decidido en la defensa de los valores de la democracia y el pensamiento de progreso basado en la solidaridad internacional, la igualdad real, la libertad y la justicia social así como la apertura en el seno de sus propias estructuras a la participación de los movimientos sociales.
