Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cristianismo originario | Cuerpo
Nuestro cuerpo y nuestro espíritu tendrán un ritmo equilibrado

Las prisas y el estrés, un poderoso enemigo

|

Armonizar nuestros cinco sentidos, lo que también se podría definir como refinarlos, nos ayuda, de la misma forma que algunos ejercicios de relajación, a conseguir un ritmo corporal armonioso. De esta forma nuestro cuerpo y nuestro espíritu tendrán un ritmo equilibrado y nuestro modo de sentir, pensar y hablar se moverá entonces cada vez más por vías más adecuadas y legítimas. Usted mismo puede ser capaz de comprobar qué sucede en su cuerpo si sus ojos van bruscamente de un punto a otro. ¡Obsérvese a sí mismo! Comprobará cómo cambia su ritmo corporal. Tan sólo a través de los movimientos de los ojos, que se fijan desarmoniosa e incontroladamente en un punto tras otro, penetra intranquilidad en su organismo y también descontento. O bien observe cómo cambia el grado de vibración de su cuerpo cuando, por ejemplo, usted escribe rápidamente o realiza cualquier otra actividad deprisa, o cuando la curiosidad toma posesión de usted y es acuciado por el sentido del oído, que desea percibir y registrar todo lo que el mundo ofrece. También en ello podemos darnos cuenta cuan finamente reacciona el sistema nervioso, y cómo acoge las vibraciones que salen de nosotros y las conduce de nuevo al organismo. Del mismo modo una forma de caminar rápida y precipitada en la que el torso se inclina hacia adelante, conduce al mundo de la ilusión de los sentidos. Un modo de gesticular agitado y el hablar rápidamente le conducen de igual manera hacia fuera, al mundo del estrés. Masticar y tragar con rapidez los alimentos y beber dejando que el líquido se deslice simplemente hacia el interior del cuerpo perturban igualmente el ritmo corporal. O bien observe su ritmo corporal cuando por ejemplo le pica un mosquito y se rasca fuertemente, notará cómo enseguida reacciona todo el cuerpo, es decir, cómo se agitan los nervios y todo el organismo responde de forma correspondiente. Estos síntomas, que a menudo no tenemos en cuenta, contribuyen notablemente a degradar hacia lo inferior la vibración de nuestro cuerpo, a consecuencia de lo cual acogemos vibraciones negativas e innobles del mar del mundo atmosférico, que se transformarán en nosotros en sensaciones y pensamientos negativos. Los cuales ya no nos dejan libres, pues nos torturan incesantemente y construyen la base de un nuevo golpe del destino. Si usted por ejemplo anhela conseguir un vacío de pensamientos, debería también acostumbrarse a tener una postura corporal rítmica, es decir armoniosa. Por otra parte observe que al realizar cada mañana ligeros ejercicios físicos constatará cuan pronto reaccionan nuestros cinco sentidos y se dejan armonizar.

Las prisas y el estrés, un poderoso enemigo

Nuestro cuerpo y nuestro espíritu tendrán un ritmo equilibrado
Vida Universal
martes, 29 de noviembre de 2016, 09:11 h (CET)
Armonizar nuestros cinco sentidos, lo que también se podría definir como refinarlos, nos ayuda, de la misma forma que algunos ejercicios de relajación, a conseguir un ritmo corporal armonioso. De esta forma nuestro cuerpo y nuestro espíritu tendrán un ritmo equilibrado y nuestro modo de sentir, pensar y hablar se moverá entonces cada vez más por vías más adecuadas y legítimas. Usted mismo puede ser capaz de comprobar qué sucede en su cuerpo si sus ojos van bruscamente de un punto a otro. ¡Obsérvese a sí mismo! Comprobará cómo cambia su ritmo corporal. Tan sólo a través de los movimientos de los ojos, que se fijan desarmoniosa e incontroladamente en un punto tras otro, penetra intranquilidad en su organismo y también descontento. O bien observe cómo cambia el grado de vibración de su cuerpo cuando, por ejemplo, usted escribe rápidamente o realiza cualquier otra actividad deprisa, o cuando la curiosidad toma posesión de usted y es acuciado por el sentido del oído, que desea percibir y registrar todo lo que el mundo ofrece. También en ello podemos darnos cuenta cuan finamente reacciona el sistema nervioso, y cómo acoge las vibraciones que salen de nosotros y las conduce de nuevo al organismo. Del mismo modo una forma de caminar rápida y precipitada en la que el torso se inclina hacia adelante, conduce al mundo de la ilusión de los sentidos. Un modo de gesticular agitado y el hablar rápidamente le conducen de igual manera hacia fuera, al mundo del estrés. Masticar y tragar con rapidez los alimentos y beber dejando que el líquido se deslice simplemente hacia el interior del cuerpo perturban igualmente el ritmo corporal. O bien observe su ritmo corporal cuando por ejemplo le pica un mosquito y se rasca fuertemente, notará cómo enseguida reacciona todo el cuerpo, es decir, cómo se agitan los nervios y todo el organismo responde de forma correspondiente. Estos síntomas, que a menudo no tenemos en cuenta, contribuyen notablemente a degradar hacia lo inferior la vibración de nuestro cuerpo, a consecuencia de lo cual acogemos vibraciones negativas e innobles del mar del mundo atmosférico, que se transformarán en nosotros en sensaciones y pensamientos negativos. Los cuales ya no nos dejan libres, pues nos torturan incesantemente y construyen la base de un nuevo golpe del destino. Si usted por ejemplo anhela conseguir un vacío de pensamientos, debería también acostumbrarse a tener una postura corporal rítmica, es decir armoniosa. Por otra parte observe que al realizar cada mañana ligeros ejercicios físicos constatará cuan pronto reaccionan nuestros cinco sentidos y se dejan armonizar.

Noticias relacionadas

Estimado Director, me dirijo a usted con gran preocupación a causa de un mundo actual convulsionado por conflictos y tensiones, es imperativo reflexionar sobre el devastador legado que las guerras contemporáneas están creando para las generaciones venideras. Nos encontramos inmersos en un escenario global donde los enfrentamientos armados y las disputas geopolíticas se han vuelto comunes. 

Leemos en la prensa vasca del día 4 de abril sobre la intimidación hasta agresión que recibió un menor de 14 años por parte de un pedófilo “extranjero” en la estación de Renfe en Ordizia y a plena luz del día. En la misma prensa del día 17: “El hombre de 39 años que ha sido enviado a prisión preventiva por agredir sexualmente a una niña de cuatro años el pasado sábado en Getxo acumula un largo historial delictivo (...)”.

Que la sociedad se deshace como un castillo de arena abatido por las olas del mar no es ningún descubrimiento; que la institución familiar sufre también los avatares de determinadas ideologías es también sobradamente conocido; y que la identidad personal está siendo manipulada hasta el punto de no saber si la cabeza se queda mirando al frente o hacia atrás se presente como algo obvio.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto