Normalmente los grandes resultados los consiguen grandes equipos, personas que trabajan juntas y que exceden sus expectativas constantemente. Hoy me gustaría hablarte de 4 claves de los mejores equipos.

Claves de los equipos con más éxito que conozco
1. Objetivo común
La primera diferencia entre un grupo y un equipo es que en el equipo existe un objetivo común. Trabajo con muchos equipos y en algunos de ellos me doy cuenta de que este objetivo común no está tan claro, lo que hace que el equipo pase por serias dificultades e incluso que se ponga en peligro la viabilidad del proyecto.

No tener un objetivo común es algo así como salir de viaje sin saber hacia dónde vamos.

En los mejores equipos los líderes se aseguran de que todas las personas compartan ese objetivo común, lo hayan entendido e interiorizado y que caminen todos en la misma dirección.

En muchos equipos nos encontramos con personas que van en contra y entonces, lo que ocurre es que al equipo le cuesta mucho avanzar, es como salir a correr un domingo con unas pesas de 3kg en cada pierna.

2. Especialización
En un buen equipo hay lugar para todo aquel que quiera hacer un buen trabajo siendo especialista en algo.

Una de las virtudes del trabajo en equipo es que no tenemos que ser perfectos en todo, nos conformamos con que seas muy bueno en algo.

Aquí es dónde fallan muchos líderes: consideran que cualquier persona con buena actitud sirve para casi todo y se equivocan. La diferencia entre alguien que puede hacer un buen trabajo y el que no lo va a hacer es abismal, y puede suponer el cierre del proyecto.

Confunden actitud con aptitud y por lo tanto acaban por poner en determinados lugares a personas que se muestran incompetentes. Un perfil muy creativo, por ejemplo, nunca podrá ser el mejor director de calidad, pero quizás sí que sea el mejor director de marketing. Cada persona tiene un lugar en el equipo en base a su especialidad, a aquello que mejor sabe hacer.

3. La comunicación fluye
En los mejores equipos la comunicación fluye en todas las direcciones, no hay límite. Una de las quejas de muchas personas (más de las que crees), de la que me doy cuenta cada vez que trabajo con un equipo es que las personas echan en falta comunicación y esto a la larga acaba generando conflictos.

¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo se tiene que hacer exactamente? ¿Cuáles son las expectativas de la dirección? Todo un sinfin de preguntas que nos hacemos cuando trabajamos juntos. Quizás tú no lo necesites (tampoco yo, soy especialmente poco comunicativo), pero hay un porcentaje alto de personas que necesitan mucha comunicación y no la están recibiendo. Se sienten perdidos, cometen errores y lo peor de todo: se generan conflictos a la larga.

Poner en marcha medidas para que todos estemos informados, tengamos claro qué se espera de nosotros, etcétera es un imperativo para muchas empresas. Recomiendo utilizar mucho mejor la tecnología e implantar medidas de todo tipo, entre ellas Yammer, Zeus, y otras tantas que pueden ayudar.

4. Liderazgo sí o sí
Se ha hablado mucho de los equipos autodirigidos. Yo mismo hice un estudio en la London Metropolitan University sobre ellos, pero creo sinceramente que están sobrevalorados.

Seré breve: los equipos autodirigidos son demasiado asamblearios y muy poco efectivos.

Cada vez que en una empresa escucho la frase “vamos a crear un comité para…”, salgo corriendo. Es la mejor forma de poner a trabajar a un grupo de personas sin que hagan un trabajo efectivo: elusión de responsabilidades, pérdidas de tiempo innecesarias e ideas mediocres.

En los tiempos que corren la velocidad es una ventaja competitiva demasiado importante como para perder el tiempo pensando en que todos estemos 100% de acuerdo.

Tenemos que conformar un equipo que además de aportar ideas quiera legitimar el liderazgo de las personas y ser dirigido. Cuando no hay un liderazgo efectivo en un equipo el proyecto está seriamente tocado.

Que tengas un gran día.