Será casualidad. Pero la semana pasada los dos periódicos de mayor tirada de España, El País y El Mundo, publicaron sendos reportajes sobre la paralizada ‘Operación Chamartín’. ¡Qué casualidad! ¿De dónde partió la iniciativa? ¿De la carta de la alcaldesa Carmena al nuevo ministro de Fomento? ¿De la Comunidad Autónoma? ¿De Renfe (y alrededores)?¿O del propio consorcio ‘Operación Chamartín’ para poner en actualidad la operación? Da igual. El hecho es el mismo. Ha sonado la campana de salida. La ‘Operación Chamartín’ vuelve a estar en marcha. Y rápidamente se ha implicado en el tema la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Cristina Cifuentes. ¿Por qué? ¿Cuál es su interés? Porque poco tiene que decir la Comunidad en este tema, salvo ser comparsa. Los actores principales son otros. ¿De dónde le viene el interés a Cifuentes? Todo se andará.

Lo cierto y real es que la carta de la alcaldesa Manuela Carmena existe. Es real. Carta al nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para desbloquear el tema.Es posible que el ministro tenga alguna duda sobre lo que hay alrededor de la Estación de Chamartín; y que algunos de los actores estén buscando la forma de influir en él. Como es nuevo, lo ponemos de nuestra parte. Seguro que todos actúan con las mismas intenciones. Ponerlo de su parte. Carmena, la alcaldesa que echó para atrás la última propuesta, quiere que sean las Administraciones las que colaboren para alcanzar un nuevo acuerdo, sin negar la participación de otros actores. Pero evitando, sobre todo, la especulación inmobiliaria. Distrito Castellana Norte (D.C.N.), la sociedad promotora del plan ‘Operación Chamartín’, que desea un entendimiento rápido. Al servicio del banco BBVA y Constructora San José. RENFE, que de momento no opina. Los ciudadanos y propietarios del barrio Fuencarral, divididos entre el sí y el no. Adif, el organismo dependiente de Fomento y propietario de terrenos, que guarda un prudente silencio. La Comunidad de Madrid, que sí opina. Por boca de la presidenta Cristina Cifuentes, que en más de una ocasión ya se ha referido al tema, por su importancia para Madrid y por la creación de empleo que conlleva la obra. Dice que se crearán 120.000 empleos. Se ha limitado a leer, claro. Lo que otros escriben.

Mientras, el Ministerio de Fomento, con ministro nuevo, se tomará un tiempo para estudio.

Pero es urgente desbloquear la gran operación urbanística de Madrid conocida como ‘Operación Chamartín’. Pretende transformar el norte de Madrid. Son terrenos ferroviarios e industriales obsoletos, en desuso, valorados hace años a precios ridículos y sobre los que los antiguos dueños reclaman actualización de precios. Esta Operación, se aventura, dejaría en las arcas de Adif unos 1.000 millones de euros. En el Ayuntamiento no se sabe. Y en los promotores, BBVA y Constructora San José, o sea Castellana Norte, el beneficio es incalculable. No hay máquina, de momento, que lo registre.

Sí están registradas, y puede que algunas hasta valoradas, la necesidad urbana de Madrid, la apetencia de beneficios de los promotores de Castellana Norte, la conveniencia de ingresos en Adif, las aspiraciones de propietarios, ciudadanos residentes y transeúntes, y la necesidad política de la Comunidad y el Gobierno. Todo ello hace que la Prolongación de la Castellana y el Desarrollo de la Operación Chamartín sea un tema de urgencia extrema. Máxima cuando llevan con lo mismo más de 20 años. En esos 20 años, en los que los actores no se han puesto de acuerdo ni cuando todas las administraciones eran del mismo color político: del mismo Partido Popular. ¿Por qué? Que conteste Ana Botella, la anterior alcaldesa, que también conoció el proyecto de Castellana Norte.

En la Operación Chamartín ha llegado la hora de la verdad. Verdad que iremos contando a los lectores. Porque esta Operación tiene mucha letra. Gorda y menuda. La que nunca se lee. Y la que aclara demasiadas actitudes especulativas. La alcaldesa habla de la “mayor operación urbanística de la ciudad” y manifiesta “el interés del Ayuntamiento por desbloquear el proyecto”. Plantea un urbanismo racional mediante “un modelo que se desarrolle mayoritariamente sobre suelo público”. Y que las plusvalías reviertan en beneficio de Madrid. El proyecto del Ayuntamiento sustituye al promovido por Distrito Castellana Norte (DCN), una sociedad participada al 75,5 por el BBVA y al 24,5 por la constructora San José. El Ayuntamiento le llama ‘Operación Chamartín’ y supondrá la creación de 128.000 puestos de trabajo, dicen. Que calculan a voleo, porque nadie lo ha estudiado en profundidad. Pero lo de crear ‘puestos de trabajo’ queda muy bien en la actualidad. Plantea crear una zona destinada a servicios, mejorar las estructuras de los nudos Norte y de Fuencarral y reformar la estación de Chamartín, por lo que hay que contar con el Ministerio de Fomento.

La propuesta del Consistorio fue presentada en mayo como alternativa al proyecto de la promotora DCN bloqueado por los votos de Ahora Madrid y el PSOE en el pleno municipal, cuando estaba en la recta final y todo parecía ya consensuado. El Distrito Castellana Norte (DCN) preveía una inversión de 6.000 millones de euros para prolongar la Castellana 3,7 kilómetros y rediseñar 311 hectáreas. Quería construir más de 17.500 viviendas y algunos rascacielos, lo que habría significado para las arcas públicas unos beneficios de 3.300 millones de euros, según los cálculos de los promotores.

Así que toca esperar la respuesta del ministro de Fomento nuevo. Distrito Castellana Norte (DCN) no tiene problema en negociar con el Ayuntamiento y alcanzar un acuerdo con todas las partes. Les va el futuro. De la Serna, todos esperan su llamada. Mientras, tanto DCN como Fomento y la Comunidad de Madrid han acudido a los tribunales. Pero el reloj avanza a toda velocidad hacia el final de año, 31 de diciembre, fecha en la que vence el convenio entre Adif y DCN para materializar la compra de terrenos ferroviarios.

Toca esperar, también, que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, supere sus ‘ataques de celos’ en los que parece moverse cada vez que alguien del Ayuntamiento dice una palabra. Porque contesta, al minuto y de forma airada, para intentar una supremacía que no le corresponde. Sabe que la Comunidad tiene poco que cortar y que su protagonismo sería más adecuado si intentara ir como ‘persona de paz’ y en busca de consenso. Su posición a favor del proyecto ‘Operación Chamartín’, de DCN, parece estar más en consonancia con algunos intereses privados que con el bien común de los ciudadanos.

De momento, toca esperar. Decisiones y respuestas Pero se anda. Este proyecto empieza a moverse. Ha sonado la campana de salida. Es la hora de la verdad de la ‘Operación Chamartín’. Esperemos que para bien.