Esta semana hemos asistido a una nueva puesta de largo de la lideresa popular Esperanza Aguirre, una “estadista” que acostumbrada a situar cada cierto tiempos los flashes de la atención mediática sobre sus blancos abrigos no ha podido desaprovechar la publicación en el BOE del decreto de ayudas por el temporal sufrido en Andalucía para regalarnos otra de sus perlas ,y de paso acusar de desvergüenza al gobierno de la nación por bajar el número de peonadas que se exigen a los jornaleros de Andalucía para el cobro del PER.
Este hecho , preocupante a todas luces pone de manifiesto tres cuestiones claras sobre la mesa: 1.- La falta de solidaridad y sensibilidad del PP con las miles de familias del sur de España que debido al temporal han perdido sus ingresos mensuales en una tierra en donde la temporalidad del sistema productivo se marca según el cultivo. 2.- La falta de conocimiento de la realidad económico-social de Andalucía, en donde la mano de obra se vincula en zonas como la Vega del Guadalquivir en torno a la temporalidad del trabajo y sus cultivos ,hechos que hacen posible que durante la mitad de año se logren las rentas familiares suficientes frente aquella otra mitad del año en donde la falta de trabajo encuentra en el PER (Plan Empleo Rural) una herramienta imprescindible para la supervivencia de muchos municipios, localidades que sin el PER (Plan Empleo Rural) estarían llamadas a su despoblamiento 3.- La falta de visión de estado, priorizando el ataque político al adversario por encima del interés general que dichas ayudas supondrán para todo el tejido productivo de Andalucía.
Y es que España, se merece una clase política diferente a la que representan políticos como la Sra. Aguirre , la ciudadanía de este país necesita de una clase política a la altura de los retos y desafíos que el Siglo XXI nos ha presentado en su tarjeta de visita, retos como el del cambio de sistema productivo estatal hacía un mix de industria ecosostenible , avanzada y con fuerte presencia del I + D + I , la reforma de la balanza comercial de nuestro país hacía un mayor equilibrio entre importaciones y exportaciones aperturando nuestros productos hacía mercados emergentes como el Brasileño o asiático, la reforma del sistema educativo o del propio sistema de representación territorial en las cortes se presentan como retos a afrontar en este tiempo. Corren tiempos difíciles pero llenos de oportunidades, espacios de progreso que deberemos de construir entre todos y en donde la participación activa de la ciudadanía deberá llevar aparejada la exigencia a los partidos políticos para que estos sean representados por políticos y políticas que busquen el interés general desde la coherencia entre el discurso y la acción frente al propio interés particular y la más absoluta incoherencia demagógica en la que en muchas ocasiones parecen vivir muchos dirigentes políticos.