La TV3, denominada enfáticamente a si misma como televisión nacional de Catalunya que en sus cuentas anuales arrojaba en 2008 unas ventas por valor de 117 millones de euros, unos sueldos y salarios de 102, unas subvenciones de 256, un resultado de explotación de 289.891 euros y unas pérdidas de 609.761 euros, tiene como directora a Mónica Terribas (42) periodista doctorada en Escocia con la tesis “Televisión, identidad nacional y esfera pública: un estudio comparativo de los programas de discusión escoceses y catalanes” para que nadie se llame a engaño.

Terribas, hasta ser nombrada por unanimidad directora en mayo de 2008, presentaba en TV3 el programa informativo al filo de la media noche “La nit al dia” (la noche al día) réplica del de la BBC2 “Newsnight” que presenta la insigne reportera Emily Maitlis (40) que trabajó como documentalista en Camboya y China y trabajó en Hong Kong para la NBC durante seis años, pasando luego por Sky News antes de entrar en la BBC London News y relanzar su actual programa.

“La nit al dia” fue el programa informativo de obligada visión para los que se precian de estar en lo que podríamos denominar la movida ideológica identitaria de Catalunya. Todos los políticos de España y muchos extranjeros, así como otras personalidades e insignes Premios Nobel, pasaron por sus sesudas entrevistas conducidas por Terribas.

Desde que asumió la máxima responsabilidad en la TV3 se la ve menos en pantalla, pues son muchos otros sus cometidos como gestora del ente público más subvencionado de Catalunya y que, dicho sea de paso, más telespectadores va perdiendo de sus informativos.

Con ocasión de los últimos desastres naturales que ha sufrido Catalunya y en concreto la nevada del pasado día 8 del corriente mes, se anunció una entrevista de Mónica Terribas al presidente de la generalitat, José Montilla.

Buena ocasión para que el President “diera la cara” por lo nefasto de la gestión de la calamitosa nevada que en la provincia de Girona dejó decenas de miles de abonados sin electricidad durante más días de lo que razonablemente y a tenor de la intensidad de la inusual nevada, hubiera resultado admisible.

Desde un punto de vista digamos que entre escéptico y sereno, pues la sociedad está de vuelta de las puestas en escena de este tipo, la entrevista resultó de guante blanco, pues por mucho que Terribas mantuviese su habitual ceño fruncido para dar gravedad al interrogatorio, no cabe duda alguna que ambos comparecientes están en el mismo bando ideológico político, aunque ella naciera en Barcelona y Montilla en Iznájar (Córdoba) y además el President es su empleador con las entidades interpuestas a que haya lugar. O dicho de otra forma, quien le firma el cheque de la nómina cada final de mes.

Por lo que a la entrevista específicamente hace, se puso de manifiesto nuevamente el lema de Montilla “Fets, no paraules” (hechos, no palabras) pues siendo como es hombre de pocas palabras, en catalán y sin guión o el discurso literalmente escrito, no sabe expresarse. Montilla llegó a Catalunya con 14 años pero no habla catalán ni con la fluidez de quien lleva más de 40 años en el país ni tan siquiera como cabría esperar de su primer mandatario. Pero es que tampoco le haría falta por ser el bilingüismo moneda corriente en el territorio, pero él se debe a los que lo auparon y mantienen en la Presidencia y no cabe desairarlos hablando en castellano. Y el resultado es que no puede expresarse con la claridad y concisión con la que sin duda lo haría en su lengua materna.

El resultado de todo ello en la entrevista fueron diversos balbuceos, impropios del President y sin lugar a dudas del mensaje que pretendió transmitir y que pudo haberlo hecho a la perfección –política– de hablar en castellano, pero uno se debe a los suyos; también Terribas, que acabó la entrevista agradeciéndole a Montilla haber dado la cara, ante la perplejidad de tantos telespectadores que consideraron que el President no dijo nada. Lo que, por otra parte, es lo propio en una situación de tamaña negligencia en su gestión política, que provocó desde la difusión de un manifiesto de más de 100 alcaldes de otros tantos municipios afectados, en contra de la gestión de la Generalitat en esta catástrofe natural, hasta la de miles de deteriorados particulares.

Y no sólo es en el idioma donde se refleja que Montilla se debe a los suyos, sino también en la no destitución de ninguno de los directamente implicados en la desaguisada gestión; como a Joan Boada, Secretario General del Departamento de Interior que, entre otras cosas y con su habitual arrogancia, cargó las culpas contra el Departamento de Economía y Hacienda como si no pertenecieran al mismo gobierno de Catalunya, por su dejadez en la inspección de las compañías eléctricas.

Pero como nada es verdad ni mentira, pues todo es del color del cristal con que se mira, un miserable y sórdido dirigente del PSC, Miguel Ángel Martín López, del grupo municipal de distrito del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, arremetió en Internet a propósito de la entrevista, contra Mónica Terribas de forma en extremo soez y del más rancio machismo tribal y barriobajero. Y apostilló: “No puede ser que sea tan mala persona [Terribas], tan tendenciosa, tan faltona, tan cínica, tan despectiva hacia su presidente... pero le ha salido mal pues hemos visto a un inmenso presidente Montilla."

Sin duda, Martín, como es natural, actuó con ánimo de prosperar dentro del partido con tan inmoderada lisonja hacia su jefe de filas. Y es que la estructura de los partidos políticos se asemeja a un tejido sin tejer, como la guata; un entramado de favores en el que la adulación es el emplasto que lo conglomera dando el aspecto externo de una colectividad sólida y no es sino el abrigo sin trama, de muchos que fuera de él no tienen otro capote con el que guarecerse de la vida.