Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Estados Unidos | Polítca
Donald Trump, la última zanahoria del burro

Todo era y es (pero no será) una farsa

|

Así que todo es una farsa. Le llamaban antisistema, populista, fascista bolivariano, el podemita americano, pero era y es multimillonario. Le faltó tiempo para, en el colmo del gatopardo, reconciliarse con el stablishment. A fuer de sincero, he de decir que desde un principio mantuve que iba a ganar las elecciones y convertirse en el 45 presidente de los Estados Unidos; escrito está.

Las oligarquías globales son extremadamente listas. De la misma manera que nos hacen ver que los genocidios perpetrados en Sudamérica, el Oriente Medio y en muchos países de África, no son otra cosa que los efectos colaterales de una guerra sin cuartel contra las tiranía, igual que han sabido fagocitar todos los movimientos revolucionarios, convirtiendo a los más destacados líderes de estos en moda, objetos exitosos de mercadería (el Ché, Mao…), ahora son capaces de inventarse cualquier cosa; como por ejemplo, a Donald Trump. Uy qué miedo, los mercados tiemblan ante la fatalidad de que llegue a la Casa Blanca un populista multimillonario, curtido durante décadas en los platós de televisión. Pero, después de conseguir sus objetivos (que el extravagante y muy popular Donald Trump gane las elecciones presidenciales de USA, metiendo en vereda a todos los indignados), el miedo de los mercados se desvanece. Aquí no ha pasado nada y todo seguirá como siempre.

¿Y ahora que nos espera? Cualquier cosa. Cuando el poder es tan sumamente gigantesco, parece que no hay nada que hacer. Y seguramente es así. Ahora bien, lo que está claro es que todo esto no es más que el canto del cisne. El sistema económico de Occidente está herido de muerte. Y más nos vale que empecemos a inventarnos otro, que ya llegamos tarde. Y llegamos tarde porque, en su ciega pasión expoliadora, las oligarquías han sido capaces de bombardear todo nuevo proyecto político. ¿Todo?, no. Aún queda por resolver la crisis final. Y no tardará mucho en producirse. La aldea gala de Asterix es inexpugnable, gracias a la pócima elaborada por su druida: la resistencia.

Todo era y es (pero no será) una farsa

Donald Trump, la última zanahoria del burro
Mario López
viernes, 11 de noviembre de 2016, 01:50 h (CET)
Así que todo es una farsa. Le llamaban antisistema, populista, fascista bolivariano, el podemita americano, pero era y es multimillonario. Le faltó tiempo para, en el colmo del gatopardo, reconciliarse con el stablishment. A fuer de sincero, he de decir que desde un principio mantuve que iba a ganar las elecciones y convertirse en el 45 presidente de los Estados Unidos; escrito está.

Las oligarquías globales son extremadamente listas. De la misma manera que nos hacen ver que los genocidios perpetrados en Sudamérica, el Oriente Medio y en muchos países de África, no son otra cosa que los efectos colaterales de una guerra sin cuartel contra las tiranía, igual que han sabido fagocitar todos los movimientos revolucionarios, convirtiendo a los más destacados líderes de estos en moda, objetos exitosos de mercadería (el Ché, Mao…), ahora son capaces de inventarse cualquier cosa; como por ejemplo, a Donald Trump. Uy qué miedo, los mercados tiemblan ante la fatalidad de que llegue a la Casa Blanca un populista multimillonario, curtido durante décadas en los platós de televisión. Pero, después de conseguir sus objetivos (que el extravagante y muy popular Donald Trump gane las elecciones presidenciales de USA, metiendo en vereda a todos los indignados), el miedo de los mercados se desvanece. Aquí no ha pasado nada y todo seguirá como siempre.

¿Y ahora que nos espera? Cualquier cosa. Cuando el poder es tan sumamente gigantesco, parece que no hay nada que hacer. Y seguramente es así. Ahora bien, lo que está claro es que todo esto no es más que el canto del cisne. El sistema económico de Occidente está herido de muerte. Y más nos vale que empecemos a inventarnos otro, que ya llegamos tarde. Y llegamos tarde porque, en su ciega pasión expoliadora, las oligarquías han sido capaces de bombardear todo nuevo proyecto político. ¿Todo?, no. Aún queda por resolver la crisis final. Y no tardará mucho en producirse. La aldea gala de Asterix es inexpugnable, gracias a la pócima elaborada por su druida: la resistencia.

Noticias relacionadas

No voy a matarme mucho con este artículo. La opinión de mi madre Fisioterapeuta, mi hermana Realizadora de Tv y mía junto a la de otras aportaciones, me basta. Mi madre lo tiene claro, la carne le huele a podrido. No puede ni verla. Sólo desea ver cuerpos de animales poblados de almas. Mi hermana no puede comerla porque sería como comerse uno de sus gatos. Y a mí me alteraría los niveles de la sangre, me sentiría más pesada y con mayor malestar general.

En medio de la vorágine de la vida moderna, donde la juventud parece ser el estándar de valor y el ascensor hacia el futuro, a menudo olvidamos el invaluable tesoro que representan nuestros ancianos. Son como pozos de sabiduría, con profundas raíces que se extienden hasta los cimientos mismos de nuestra existencia. Sin embargo, en muchas ocasiones, son tratados como meros objetos de contemplación, relegados al olvido y abandonados a su suerte.

Al conocer la oferta a un anciano señor de escasos recursos, que se ganaba su sobrevivencia recolectando botellas de comprarle su perro, éste lo negó, por mucho que las ofertas se superaron de 10 hasta 150 dólares, bajo la razón: "Ni lo vendo, ni lo cambio. El me ama y me es fiel. Su dinero, lo tiene cualquiera, y se pierde como el agua que corre. El cariño de este perrito es insustituible; su cariño y fidelidad es hermoso".

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto