Visto el éxito de lo porno en todoa la red los Ministerios del Gobierno de España han decidido unirse al carro, especialmente...
William Adolphe Bouguereau (1825-1905)
... en el Ministerio de Igualdad donde las subvenciones, a los amiguetes, amiguitas y amigotos, reinan por doquier y alocadamente como las pinturas de este señor francés (de Francia, digo) se dedicaba con bastante éxito a pintar en tiempos de la corte del conocido "miserable" Napoleón III y su blanco de cuplés y cancioncillas de barrio, María Eugenia de Montijo.
No seguía las nuevas tendencias impresionistas sino la exitosa de Ingres. Por otra parte, viendo algunos de sus cuadros, no es de extrañar que sus enemigos le achacaran el viejo vicio de los helenos: pederastia. Nada de eso sucede en el Ministerio de Igualdad pues la primera necesidad en este Régimen que padecemos es la subsistencia.
En consecuencia: nada de pornografía, sólo dinero a espuertas que pagamos todos en estudios tan igual-da labios sonrientes que de sonrisa vertical, viajes oscuros en taxi... ¿broma?
"Resolución del 3 de noviembre de 2009, del Instituto de la Mujer, por la que se convocan subvenciones destinadas a la realización de investigaciones relacionadas con estudios feministas, de las mujeres y del género, para el año 2009" Total ¡845 000 €! ¿No es lista esta Bibi?
Ecologistas varios...
El simulador de agresiones Bono, Presidente del Congreso, confunde los 89 millones que cuesta Ronaldo y que paga un señor particular que pagamos todos. En ecología y política (y sentido común) eso significa alterar los niveles de inputs en el modelo que conduce a su equivocada interpretación.
Algo parecido les está pasando a los fabuladores del calentamiento global como ese tipo, Pachauri, se ha dado cuenta de su implícita confesión de falsedad y manipulación de informes cuando dice: "no voy a dimitir, los escépticos están disparando al mensajero". De momento sigue de Director del IPCC de Naciones Unidas.
El efecto "mariposa" tiene sus fallos como en el caso del enésimo Vicepresidente de Gobierno, Cháves, donde un caudal de pruebas impresionante de corrupción se diluyen en el Tribunal Supremo dando una medallita al magistrado Presidente. Aquí la acumulación se somatiza con puñetas.