Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Etiquetas | Desde un córner
Antonio Pérez Gómez

Un tercer tiempo llamativo

|

Hoy les voy a hablar de una curiosa anécdota que protagonizó el tercera línea galés Andy Powell tras la agónica victoria de su equipo contra Escocia (31-24) el fin de semana pasado. El caso es muy curioso porque Powell es una auténtica estrella de este deporte. Seleccionado 14 veces con los galeses, crack de los Cardiff Blues de la liga Céltica, y recientemente seleccionado para los Leones Británicos e Irlandeses en la última gira que éstos hicieron por Sudáfrica.

Powell fue arrestado junto con otro joven local cuando conducía absolutamente borracho un cochecito de golf cerca de en una estación de servicio junto al cruce de la autopista M4, a tres kilómetros del hotel donde su selección estaba alojada.

Una de las más enraizadas tradiciones del rugby es la camaradería que rodea a este deporte. Es hasta cierto ponto lógico. Un deporte como el rugby, en el que un mal golpe te puede dejar en el sitio y en el que hay tanto y tan brutal contacto físico, si hubiera un 10% de la mala uva que se gastan los futbolistas, por ejemplo, quizás los partidos se contaran por la víctimas mortales. Pero no. Sorprendentemente, el número de acciones antideportivas es increíblemente bajo. Bajísimo. Y ello también es achacable a la dureza con que se cortan los esporádicos brotes de comportamiento antideportivo. Por ejemplo, en el 6 naciones (5 y media, en realidad, ya que Italia va de florero exótico en este prestigioso torneo) acaban de excluir al talonador del 15 del trébol Jerry Flannery con 6 partidos de sanción por dar una patada. Sí, sí, ¡por dar una patada! Y han sido indulgentes, porque las normas del 6 naciones hablan de una horquilla entre 4 y 12 semanas de sanción por este hecho. Han tenido en cuenta el arrepentimiento espontáneo y la petición de perdón. ¿Quieren otro ejemplo de esta normativa? Por zancadillear a un contrario te caen entre 2 y 7 semanas.

Así que, como les decía, si al natural noble del jugador de rugby se le añaden estas sanciones, es normal que la virilidad que se derrocha en el campo sea absolutamente honrada, y que ello redunde en una camaradería entre rivales que no se da en ningún otro deporte. Y la celebración de este espíritu de amistad se da en el “tercer tiempo”. Periodo en el que jugadores de ambas escuadras se “enzarzan” en una competición mucho más lúdica: tomarse unas pintas de Guninnes o de cualquier otra bebida de cierta gradación alcohólica en un pub tras el partido. Que sepamos, tras en Gales- Escocia de la semana pasada no hubo un tercer tiempo entre jugadores de ambos conjuntos, pero sí que parece que la celebración de los galeses fue de hórdago.

Y al bueno de Andy Powell se le fue la mano. Como saben, no es nada nuevo que famosos deportistas se metan en líos con la ley. Incluso es de una triste frecuencia el que lo hagan por problemas relacionados con la ingesta de drogas o alcohol. Pero convendrán conmigo que ser detenidos totalmente borracho en un carrito de golf robado del hotel donde te concentras y apunto de entrar en la mayor autopista de Gales, es realmente llamativo.

Por cierto, y aunque no hay una norma en el 6 naciones para esto, los galeses lo han excluido de su selección por lo que resta de campeonato.

Un tercer tiempo llamativo

Antonio Pérez Gómez
Antonio Pérez Gómez
viernes, 19 de febrero de 2010, 09:12 h (CET)
Hoy les voy a hablar de una curiosa anécdota que protagonizó el tercera línea galés Andy Powell tras la agónica victoria de su equipo contra Escocia (31-24) el fin de semana pasado. El caso es muy curioso porque Powell es una auténtica estrella de este deporte. Seleccionado 14 veces con los galeses, crack de los Cardiff Blues de la liga Céltica, y recientemente seleccionado para los Leones Británicos e Irlandeses en la última gira que éstos hicieron por Sudáfrica.

Powell fue arrestado junto con otro joven local cuando conducía absolutamente borracho un cochecito de golf cerca de en una estación de servicio junto al cruce de la autopista M4, a tres kilómetros del hotel donde su selección estaba alojada.

Una de las más enraizadas tradiciones del rugby es la camaradería que rodea a este deporte. Es hasta cierto ponto lógico. Un deporte como el rugby, en el que un mal golpe te puede dejar en el sitio y en el que hay tanto y tan brutal contacto físico, si hubiera un 10% de la mala uva que se gastan los futbolistas, por ejemplo, quizás los partidos se contaran por la víctimas mortales. Pero no. Sorprendentemente, el número de acciones antideportivas es increíblemente bajo. Bajísimo. Y ello también es achacable a la dureza con que se cortan los esporádicos brotes de comportamiento antideportivo. Por ejemplo, en el 6 naciones (5 y media, en realidad, ya que Italia va de florero exótico en este prestigioso torneo) acaban de excluir al talonador del 15 del trébol Jerry Flannery con 6 partidos de sanción por dar una patada. Sí, sí, ¡por dar una patada! Y han sido indulgentes, porque las normas del 6 naciones hablan de una horquilla entre 4 y 12 semanas de sanción por este hecho. Han tenido en cuenta el arrepentimiento espontáneo y la petición de perdón. ¿Quieren otro ejemplo de esta normativa? Por zancadillear a un contrario te caen entre 2 y 7 semanas.

Así que, como les decía, si al natural noble del jugador de rugby se le añaden estas sanciones, es normal que la virilidad que se derrocha en el campo sea absolutamente honrada, y que ello redunde en una camaradería entre rivales que no se da en ningún otro deporte. Y la celebración de este espíritu de amistad se da en el “tercer tiempo”. Periodo en el que jugadores de ambas escuadras se “enzarzan” en una competición mucho más lúdica: tomarse unas pintas de Guninnes o de cualquier otra bebida de cierta gradación alcohólica en un pub tras el partido. Que sepamos, tras en Gales- Escocia de la semana pasada no hubo un tercer tiempo entre jugadores de ambos conjuntos, pero sí que parece que la celebración de los galeses fue de hórdago.

Y al bueno de Andy Powell se le fue la mano. Como saben, no es nada nuevo que famosos deportistas se metan en líos con la ley. Incluso es de una triste frecuencia el que lo hagan por problemas relacionados con la ingesta de drogas o alcohol. Pero convendrán conmigo que ser detenidos totalmente borracho en un carrito de golf robado del hotel donde te concentras y apunto de entrar en la mayor autopista de Gales, es realmente llamativo.

Por cierto, y aunque no hay una norma en el 6 naciones para esto, los galeses lo han excluido de su selección por lo que resta de campeonato.

Noticias relacionadas

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto