Oía el otro día a alguien que comentaba, con relación a los vaivenes del Gobierno en cuanto al laberinto en el que se ha metido por purita incompetencia que si ahora dice que habrá reforma laboral o revisión del sistema de pensiones o pensionistas y esas cosas a las que nos tiene acostumbrados Zapatero, es porque rectificar es de sabios. Nunca me ha parecido que los dichos populares encierren sabiduría sino simplemente cierto acomodo a una fácil reflexión ajena a toda cavilación debida.
De manera que no me parece que Zapatero sea sabio porque rectifique y no porque lo haga simplemente a medias, sino porque además acaba por no hacer nada. Uno no puede ser un optimista a ultranza porque acaba por convertirse en un necio. El país atraviesa por severas dificultades y está bien tener el optimismo de que se saldrá de la crisis, pero con adornos de bobalicona sonrisa y enunciados de las reformas estructurales imprescindibles para que los supuestos brotes verdes acaben por ser realidad, no se arregla nada. Y más, habida cuenta de que ZP no es sabio.
No pasa día en que no arrecien las críticas a los anuncios del Gobierno; críticas nacionales e internacionales, pues ahora, la presidencia de turno supone un altavoz a las proclamas de charlatán, pues no son sino anuncios para ver la reacción ciudadana en las encuestas y la opinión publicada, para seguir adelante o recoger velas de inmediato. Dando con semejante actitud una sensación de desconcierto al personal que, porque ya nadie confía en que los políticos vayan a sacar a este país de la malandanza a la que nos tienen abocados, pues en otro caso, el temblor por el canguelo colectivo produciría un auténtico terremoto.
Refranes; también podríamos aplicar otros refranes para ilustrar la actividad del Gobierno, como revuélcate guarro que San Martín está cercano, haciendo referencia a que siga con el jolgorio porque las elecciones están a la vuelta de la esquina. Ni tampoco nos anima febrerillo loco, marzo ventoso y abril lluvioso....hacen a mayo florido y hermoso. Porque en mayo habrán retoñado los brotes verdes en la mayoría de países de nuestro segmento económico y aquí seguirá creciendo el desempleo y la deuda pública.
Pero esto es del gusto del que no tiene seso; aferrarse a la supuesta sabiduría popular para explicar el por qué de algunas actitudes. Como del creciente abstencionismo colegir que quien calla otorga, cuando la realidad es que quien calla no dice nada. Pero en relación a dejar de votar, dice mucho. Y ahora viene ya expresamente recogido en las encuestas que la sociedad considera a la clase política el segundo de sus problemas, después de la crisis económica.
Asentada la mediocridad en la generalidad de la clase política, entendida como el clan de los que siempre mandan y siempre lo harán, se mueven únicamente al son de las encuestas que tampoco saben interpretar, pues para interpretar un son, lo primero es saber solfeo. El problema es que tan solo da el saternazo quien tiene la sartén por el mango y mientras lo tengan los de siempre habrá que ir pensando seriamente una nueva toma de la Bastilla; borrón y cuenta nueva.
El problema que cabe entonces plantearse es como el que le ocurrió a Emiliano Zapata que luego de darle la vuelta a México como un calcetín, encontró que los suyos, una vez al mando, se comportaban como lo habían hecho los derrocados.