ETA está derrotada y bien derrotada. La mayor parte de sus miembros están en prisión y solo unos 20 se encuentran fugados de la justicia. Difícilmente pueden volver a atentar. El zulo desmantelado hace unos días en la localidad francesa de Carlepont es el retrato de una banda definitivamente vencida. El arsenal fue incautado poco después de que los etarras propusieran una negociación con el Gobierno del país vecino. La respuesta policial fue una demostración de hasta qué punto los etarras no tienen margen de actuación alguna. Buena parte del material incautado no era operativo.
Era custodiado con el propósito de negociar una supuesta entrega de las armas a cambio de una modificación de la política penitenciaria, o al menos, a cambio de una foto que sirviera para construir una memoria falsa. Ni lo uno ni lo otro va a suceder. La memoria de lo realmente sucedido se va abriendo paso.
