El panorama económico actual mundial, y concretamente, el español, no está para tirar cohetes. Precisamente, aún regentando la presidencia de la Unión Europea, no podemos presumir de ser un país muy boyante; sin embargo, de lo que sí podemos presumir es de nuestros deportistas. Y es que, bajo mi más humilde opinión, el deporte se ha convertido en el mejor embajador de nuestro país.
Ya son más que conocidos los éxitos pasados en tenis, con Rafa Nadal, por ejemplo, en natación sincronizada con nuestras chicas, en fútbol, con la selección española en el Europeo y un larguísimo etcétera, pero, ¿no creen que es mejor de hablar de los éxitos que nos aguardan?
Y es que, ¿quién dice que nuestros jugadores de balonmano no puedan llegar lejos en el Campeonato de Europa? España tiene que ganar a Eslovenia para luego soñar con el paso a las rondas finales de tal competición, y sinceramente, yo confío en ellos. Ya nos han hecho soñar anteriormente, ¿por qué no ahora?
Hablando de sueños, qué me dicen de Pau Gasol. Él sí que puede sentirse orgulloso de haber alcanzado sus metas, jugando en la NBA y batiendo récords en la Liga americana de baloncesto. De hecho, el catalán acaba de ser elegido por los entrenadores para participar en su tercer All Star. Pero no sólo es exitoso el juego de Gasol (de su hermano Marc también, por cierto), sino que no hay que irse muy lejos para disfrutar de los Ricky Rubio, Felipe Reyes, Garbajosa y compañía.
Es más, de campeones va la cosa, porque hoy viernes, Gabriel Campillo defiende en Las Vegas el título de campeón mundial de boxeo en categoría semipesada. No es tan conocido como Casillas o Gasol, pero es igual de campeón que ellos y lleva por bandera a nuestro país.
En fin, hablar de tal éxito deportivo parecía imposible hace décadas, pero año tras año se va confirmando que el deporte español está en mejor forma que nunca. Hay pocos países que hagan sombra a España en cualquier modalidad deportiva (sí, ya tenemos a deportistas de élite hasta en el patinaje sobre hielo), y por eso, solamente por este motivo, me aventuro a decir que “España va bien”.