La abstención del PSOE escuece a cualquier demócrata de bien. No deja de ser una chapuza, por muchos defensores interesados que pueda tener esa medida. No se puede estar dependiente del Partido Socialista porque acabará por dejar en la estacada a Mariano; ese es su sino. Hace años, cuando estudiaba la novela realista del siglo XIX, me encantaba Balzac porque solía decir verdades como puños y se me quedó grabado para siempre aquello de que “El socialismo es un eterno parricida; mató a su madre, la república, y a su hermana, la libertad”.

¡Elecciones, ya, por el bien de España y de su ciudadanía! De nada sirve una abstención para el PP y para C´s. Si el PSOE consigue convencer al grupo parlamentario (lo dudo mucho) o a once diputados para que se abstengan, el Partido Popular habrá cosechado un tremendo fracaso y quien saldrá beneficiado será el PSOE porque se le confundirá con un partido de Estado, cuando en realidad es el culpable de esta situación esperpéntica por la que atraviesa el país. ¿Por qué? Pues porque con la abstención –total o parcial– se beneficia ya que en este momento carece de líder, no tiene objetivos y está descabezado. Precisa de una larga travesía del desierto. La formación de Gobierno es pan para hoy y hambre para mañana. Al tiempo.

Igualmente, el PP será el hazmerreír de la izquierda radical, comunista y pro chavista; más pendiente de romper cuanto le rodea y del postureo parlamentario que de construir y colaborar. Viven de su mentira, en su mentira y con su contradicción. Nunca tan pocos habían hecho tanto daño. Aún no se conoce ni una sola propuesta de valor; todo su potencial –si es que lo tuvieron alguna vez– lo han malgastado en apoyar a la banda asesina etarra; en apoyar a torturadores, instigadores e independentistas; en reír las barbaridades de los nacionalistas; en presumir de los asesinatos del chavismo y en aparentar que el 11M se debe a ellos. Si ellos mismos creen que esa fecha representa algo para España, ya no necesitan seguir demostrando su mediocridad. La pena es que aún haya una parte de la ciudadanía que se crea las patrañas de tanto parásito social. ¡Dañan hasta la imagen de la Complutense, lugar de procedencia universitaria de quienes se sienten líderes del pensamiento chavista en España!

Respecto a Izquierda ‘hundida’ no cabe añadir nada nuevo. Garzón ‘vendió’ el partido a los chavistas envenenados a cambio de que se hicieran cargo de la deuda con Hacienda. El caso es que los dos salieron perdiendo. Hoy ambos son flor de un día. Si hubiera nuevas elecciones, ese conglomerado de enredadores perdería casi el 35% de los diputados y siete puntos respecto a junio de 2016.

Por todo lo dicho, opto por nuevas elecciones en diciembre, aunque sea el día de Navidad. Ya saben, cualquier cosa menos la abstención. Hay un sector importante de la ciudadanía a quien le apetece perder de vista a tanto mangante integrado en la casta a la que atacaron y en la que hoy se integran, disfrutan y regocijan. Y no olviden que muchos de estos parásitos envenenados proceden por línea directa del más rancio franquismo, porque en muchos casos sus progenitores babeaban y ocupaban cargos, si bien hoy, al comprobar que no han sabido formar a su prole, se demuestra que eran penosas cargas para el sistema.

No nos dejemos engañar con la estupidez de la abstención. ¡Sí a nuevas elecciones, antes que seguir mareando a la perdiz!