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Antonio Pérez Gómez

De nuevo, los nervios

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Ya lo vimos hacia el final de la temporada pasada. Un Barça triunfante y despótico en todas las competiciones en las que participó, en cuanto sintió el aliento de un desesperado Madrid, desbarró por todas partes, especialmente por la cabeza, por donde suele sangrar este genial Barça, cuando Laporta empezó a despotricar. Fue entonces cuando se inventó lo de la caverna mediática españolista (en oposición a su club/ente político, abiertamente catalanista, que es en lo que ha convertido a su Barça).

El miércoles el Barça fue eliminado con todas las de la ley. Es un hecho significativo, pues supone que es la primera competición que pierde el equipo blaugrana desde que Pep Guardiola cogió las riendas del equipo. Todo el mundillo futbolístico estaba pendiente de ello, pues son los azulgranas los rivales a batir. El impacto entre sus seguidores ha sido inusitado. Y qué mal lo ha digerido el club catalán y todo su entorno.

Demostrando una vez más que es más fácil saber ganar que saber perder, aquí en Cataluña, un nuevo “corner” desde donde escribo esta columna esta semana, se ha puesto todo un mecanismo de autodefensa y justificación de la eliminación del equipo de Laporta digno de encomio, la verdad.

Lo malo es que algunos, sino muchos, se han pasado de la ralla, según mi modesto entender, y han pasado de justificar una eliminación (totalmente legítima, pero que podría haber sido perfectamente un pase a cuartos con un poco de la suerte que ha acompañado a los de Guardiola desde hace un año) a pasar a la descalificación, el desprecio y el ataque gratuito.

Todo empezó el día anterior, con una perla de Txiki, ese gran asimilado al modelo de la cultura del club que pretende Guardiola (se ve que los de Olaberría son así de cosmopolitas) cuando, tras ser preguntado por la posibilidad de ser eliminados, reaccionó de muy malas formas y, tras preguntarle a la periodista si pretendía que no jugaran el partido, dijo que si los eliminaban no pasaba nada porque “otros no han ganado nada en 18 meses”.
Toma ya.
Luego están los medios catalanes. En bloque han arropado a su equipo y minimizan el impacto de la eliminación. Diarios como “El periódico”, “La vanguardia” o “El mundo” en su edición de Cataluña ponen el énfasis en lo injusto de la eliminación. Pero otros, como el Sport, fieles a su estilo chusco y fanático, ponían en portada que “Aún nos quedan 5 copas”. Se ve que estaban seguros de que en el futuro próximo este equipo, o cualquier otro, iba a conseguir el hexacampeonato. El día anterior habían puesto un chiste gráfico en el que decían que el mejor jugador del Sevilla en la ida fue el árbitro, Pérez Burrull. Y en el interior ponen unas declaraciones del siempre alegre y dicharachero Piqué que ahora dice que “Si ganamos al Madrid la Champions, sentiré un superorgasmo”. Muy relacionado con la eliminación del Barça a manos del Sevilla, vamos.
Pero, sin ánimo de hacer una revista de prensa, quisiera centrarme en el indignante artículo de contraportada que hallamos en este periódico, porque tiene su enjundia y retrata toda la prepotencia y rencor de aquel juntaletras que, desde el forofismo más irracional, dispara contra todo aquel que osa discutir la supremacía de su equipo. El tipo en cuestión es un tal Lluis Mascaró. Y tan sólo destacaré dos perlas del artículo que perpetra el señor Mascaró. Amén de cargar contra el R. Madrid por el hecho de que el Barça iba a ser eliminado, el leit motiv de la columna es que “le tienen ganas al Barça”. Es una frase que está muy de moda últimamente aquí en Cataluña. Como el aceite ha ido recorriendo todos los estamentos del club, desde Laporta hasta Guardiola, y ha terminado calando en jugadores antaño prudentes y sensatos como Xavi o ahora Iniesta. Se ve que no han comprendido la naturaleza de lo que es competir. Como tampoco lo entiende el periodista cuando muestra su indignación por el hecho de que Sevilla o Villareal jugaran más motivados contra ellos que lo hicieron contra Racing y Almería, respectivamente. Reflexión de Premio Nobel e indignación de preescolar cuando descalifica a los modestos de la liga que “tan solo logran hacerle un par de rasguños al gigante blaugrana”. Según este amante del deporte, los equipos modestos “no juegan para dar espectáculo ni para ganar títulos, son comparsas de la fiesta”. Este tipo parece que cree que debería de hacerse una limpieza en la liga y que quedara sólo el Barça y el Madrid, siempre que los blancos no les hicieran sombra, claro. De verdad no se con que derecho Mascaró se cree para decir semejante barbaridad. Aquí se ve que no se puede molestar al Barça, no se puede jugar motivado contra el equipo catalán porque, al fin y al cabo, es un grande.

Y todo por la eliminación copera. Que malos que son los nervios.

De nuevo, los nervios

Antonio Pérez Gómez
Antonio Pérez Gómez
viernes, 15 de enero de 2010, 09:15 h (CET)
Ya lo vimos hacia el final de la temporada pasada. Un Barça triunfante y despótico en todas las competiciones en las que participó, en cuanto sintió el aliento de un desesperado Madrid, desbarró por todas partes, especialmente por la cabeza, por donde suele sangrar este genial Barça, cuando Laporta empezó a despotricar. Fue entonces cuando se inventó lo de la caverna mediática españolista (en oposición a su club/ente político, abiertamente catalanista, que es en lo que ha convertido a su Barça).

El miércoles el Barça fue eliminado con todas las de la ley. Es un hecho significativo, pues supone que es la primera competición que pierde el equipo blaugrana desde que Pep Guardiola cogió las riendas del equipo. Todo el mundillo futbolístico estaba pendiente de ello, pues son los azulgranas los rivales a batir. El impacto entre sus seguidores ha sido inusitado. Y qué mal lo ha digerido el club catalán y todo su entorno.

Demostrando una vez más que es más fácil saber ganar que saber perder, aquí en Cataluña, un nuevo “corner” desde donde escribo esta columna esta semana, se ha puesto todo un mecanismo de autodefensa y justificación de la eliminación del equipo de Laporta digno de encomio, la verdad.

Lo malo es que algunos, sino muchos, se han pasado de la ralla, según mi modesto entender, y han pasado de justificar una eliminación (totalmente legítima, pero que podría haber sido perfectamente un pase a cuartos con un poco de la suerte que ha acompañado a los de Guardiola desde hace un año) a pasar a la descalificación, el desprecio y el ataque gratuito.

Todo empezó el día anterior, con una perla de Txiki, ese gran asimilado al modelo de la cultura del club que pretende Guardiola (se ve que los de Olaberría son así de cosmopolitas) cuando, tras ser preguntado por la posibilidad de ser eliminados, reaccionó de muy malas formas y, tras preguntarle a la periodista si pretendía que no jugaran el partido, dijo que si los eliminaban no pasaba nada porque “otros no han ganado nada en 18 meses”.
Toma ya.
Luego están los medios catalanes. En bloque han arropado a su equipo y minimizan el impacto de la eliminación. Diarios como “El periódico”, “La vanguardia” o “El mundo” en su edición de Cataluña ponen el énfasis en lo injusto de la eliminación. Pero otros, como el Sport, fieles a su estilo chusco y fanático, ponían en portada que “Aún nos quedan 5 copas”. Se ve que estaban seguros de que en el futuro próximo este equipo, o cualquier otro, iba a conseguir el hexacampeonato. El día anterior habían puesto un chiste gráfico en el que decían que el mejor jugador del Sevilla en la ida fue el árbitro, Pérez Burrull. Y en el interior ponen unas declaraciones del siempre alegre y dicharachero Piqué que ahora dice que “Si ganamos al Madrid la Champions, sentiré un superorgasmo”. Muy relacionado con la eliminación del Barça a manos del Sevilla, vamos.
Pero, sin ánimo de hacer una revista de prensa, quisiera centrarme en el indignante artículo de contraportada que hallamos en este periódico, porque tiene su enjundia y retrata toda la prepotencia y rencor de aquel juntaletras que, desde el forofismo más irracional, dispara contra todo aquel que osa discutir la supremacía de su equipo. El tipo en cuestión es un tal Lluis Mascaró. Y tan sólo destacaré dos perlas del artículo que perpetra el señor Mascaró. Amén de cargar contra el R. Madrid por el hecho de que el Barça iba a ser eliminado, el leit motiv de la columna es que “le tienen ganas al Barça”. Es una frase que está muy de moda últimamente aquí en Cataluña. Como el aceite ha ido recorriendo todos los estamentos del club, desde Laporta hasta Guardiola, y ha terminado calando en jugadores antaño prudentes y sensatos como Xavi o ahora Iniesta. Se ve que no han comprendido la naturaleza de lo que es competir. Como tampoco lo entiende el periodista cuando muestra su indignación por el hecho de que Sevilla o Villareal jugaran más motivados contra ellos que lo hicieron contra Racing y Almería, respectivamente. Reflexión de Premio Nobel e indignación de preescolar cuando descalifica a los modestos de la liga que “tan solo logran hacerle un par de rasguños al gigante blaugrana”. Según este amante del deporte, los equipos modestos “no juegan para dar espectáculo ni para ganar títulos, son comparsas de la fiesta”. Este tipo parece que cree que debería de hacerse una limpieza en la liga y que quedara sólo el Barça y el Madrid, siempre que los blancos no les hicieran sombra, claro. De verdad no se con que derecho Mascaró se cree para decir semejante barbaridad. Aquí se ve que no se puede molestar al Barça, no se puede jugar motivado contra el equipo catalán porque, al fin y al cabo, es un grande.

Y todo por la eliminación copera. Que malos que son los nervios.

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