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Si esto sigue así algún partido decidirá un día que es necesario regular cuantas veces comemos pescado a la semana, cuando hay que decirle a los niños que los Reyes Magos son los padres o cuanto dinero podemos gastar al mes en caprichos

Adoctrinando, que es gerundio

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Mucho se criticó en su día la famosa asignatura “Educación para la ciudadanía” que se hizo obligatoria en la etapa de Zapatero como presidente.

En mi opinión se criticó con razón. El estado tiene que proveer a los niños de educación formal. Decidir que valores hay que inculcar a esos niños, es asunto privativo de los padres, ahí los políticos no deberían meterse absolutamente para nada.

Ahora en la Comunidad de Madrid se ha aprobado la “Ley de protección integral contra la discriminación por diversidad sexual y de género”

Las leyes tienen que proteger a todo el mundo así que, a priori, esta ley parece que es necesaria.

Pero cualquier ley deja de tener sentido cuando la redacción de la misma va más allá de proteger los derechos de los ciudadanos y empieza a pisotearlos entrometiéndose en el ámbito de su vida privada.

La conocida como Ley contra la LGTBI fobia establece la obligación de “educar en la ideología de género en los colegios públicos y concertados”. ¿Perdón? ¿Educar en una ideología?

Quizás hemos vuelto a un régimen totalitario donde se han conculcado los derechos individuales y el estado se ha arrogado la potestad de controlar la ideología de los ciudadanos y yo no me he enterado.

Pero hasta que me he levantado con los ojos llenos de legañas esta mañana yo seguía pensando que esto era una democracia donde el estado tenía unos límites que le impedían restringir las libertades individuales.

¿Qué demonios pinta una administración decidiendo que valores se le tienen que transmitir a los niños? Esta es una decisión que atañe únicamente a sus familias.

A mi me van a disculpar pero no encuentro absolutamente ninguna diferencia entre la Educación para la ciudadanía, la aplicación de la ley de la LGTBI fobia y el adoctrinamiento en el Nacionalcatolicismo.

En todos los casos hay alguien que se cree con la superioridad moral para decirle a los demás cual es la forma correcta de pensar y utiliza el poder coercitivo del estado para imponer ese pensamiento y adoctrinar a los niños en el mismo.

Durante la dictadura el que no aceptaba el adoctrinamiento era denominado como“Rojo”.

A aquellos que criticaban la famosa asignatura de la época de Zapatero se les tildaba de “Intolerantes”

Me imagino que quienes se opongan ahora a la nueva ley serán marcados socialmente como “Homófobos”

Antes de que alguien malgaste su tiempo en buscar la forma de calificarme le doy yo la pista, simplemente me pueden llamar “Liberal”.

Estoy en contra de cualquier ley que quiera regular los valores que se le dan a los niños. Cada vez que escucho que en los colegios hay que educar me pongo nerviosa. En los colegios tienen que enseñar, la educación debe darse en el entorno familiar.

Las familias están en su derecho de decidir si quieren educar a sus hijos en la tolerancia, en la intolerancia, en la religiosidad, en la libertad, en el egoísmo, en el comunismo o en lo que les dé la real gana.

Las normas de convivencia y los límites una vez que esos niños sean adultos los pondrán las leyes y las convenciones sociales pero los ecosistemas de principios son algo privativo de cada quien.

Si esto sigue así algún partido decidirá un día que es necesario regular cuantas veces comemos pescado a la semana, cuando hay que decirle a los niños que los Reyes Magos son los padres o cuánto dinero podemos gastar al mes en caprichos.

Los gobiernos deben velar porque no se vulneren los derechos fundamentales de nadie y obligando a los niños a recibir educación en unos valores concretos están pisoteando el derecho de las familias a decidir cuales son los principios que quieren transmitir a sus hijos.

Cuando llegas al punto de la vida en que te das cuenta de que eres liberal ya te da exactamente igual lo que le digan o como te califiquen. Lo único a lo que aspiras es que el estado deje de meterse en tu vida.

De momento, lo veo complicado.

Adoctrinando, que es gerundio

Si esto sigue así algún partido decidirá un día que es necesario regular cuantas veces comemos pescado a la semana, cuando hay que decirle a los niños que los Reyes Magos son los padres o cuanto dinero podemos gastar al mes en caprichos
Iria Bouzas Álvarez
sábado, 8 de octubre de 2016, 10:52 h (CET)
Mucho se criticó en su día la famosa asignatura “Educación para la ciudadanía” que se hizo obligatoria en la etapa de Zapatero como presidente.

En mi opinión se criticó con razón. El estado tiene que proveer a los niños de educación formal. Decidir que valores hay que inculcar a esos niños, es asunto privativo de los padres, ahí los políticos no deberían meterse absolutamente para nada.

Ahora en la Comunidad de Madrid se ha aprobado la “Ley de protección integral contra la discriminación por diversidad sexual y de género”

Las leyes tienen que proteger a todo el mundo así que, a priori, esta ley parece que es necesaria.

Pero cualquier ley deja de tener sentido cuando la redacción de la misma va más allá de proteger los derechos de los ciudadanos y empieza a pisotearlos entrometiéndose en el ámbito de su vida privada.

La conocida como Ley contra la LGTBI fobia establece la obligación de “educar en la ideología de género en los colegios públicos y concertados”. ¿Perdón? ¿Educar en una ideología?

Quizás hemos vuelto a un régimen totalitario donde se han conculcado los derechos individuales y el estado se ha arrogado la potestad de controlar la ideología de los ciudadanos y yo no me he enterado.

Pero hasta que me he levantado con los ojos llenos de legañas esta mañana yo seguía pensando que esto era una democracia donde el estado tenía unos límites que le impedían restringir las libertades individuales.

¿Qué demonios pinta una administración decidiendo que valores se le tienen que transmitir a los niños? Esta es una decisión que atañe únicamente a sus familias.

A mi me van a disculpar pero no encuentro absolutamente ninguna diferencia entre la Educación para la ciudadanía, la aplicación de la ley de la LGTBI fobia y el adoctrinamiento en el Nacionalcatolicismo.

En todos los casos hay alguien que se cree con la superioridad moral para decirle a los demás cual es la forma correcta de pensar y utiliza el poder coercitivo del estado para imponer ese pensamiento y adoctrinar a los niños en el mismo.

Durante la dictadura el que no aceptaba el adoctrinamiento era denominado como“Rojo”.

A aquellos que criticaban la famosa asignatura de la época de Zapatero se les tildaba de “Intolerantes”

Me imagino que quienes se opongan ahora a la nueva ley serán marcados socialmente como “Homófobos”

Antes de que alguien malgaste su tiempo en buscar la forma de calificarme le doy yo la pista, simplemente me pueden llamar “Liberal”.

Estoy en contra de cualquier ley que quiera regular los valores que se le dan a los niños. Cada vez que escucho que en los colegios hay que educar me pongo nerviosa. En los colegios tienen que enseñar, la educación debe darse en el entorno familiar.

Las familias están en su derecho de decidir si quieren educar a sus hijos en la tolerancia, en la intolerancia, en la religiosidad, en la libertad, en el egoísmo, en el comunismo o en lo que les dé la real gana.

Las normas de convivencia y los límites una vez que esos niños sean adultos los pondrán las leyes y las convenciones sociales pero los ecosistemas de principios son algo privativo de cada quien.

Si esto sigue así algún partido decidirá un día que es necesario regular cuantas veces comemos pescado a la semana, cuando hay que decirle a los niños que los Reyes Magos son los padres o cuánto dinero podemos gastar al mes en caprichos.

Los gobiernos deben velar porque no se vulneren los derechos fundamentales de nadie y obligando a los niños a recibir educación en unos valores concretos están pisoteando el derecho de las familias a decidir cuales son los principios que quieren transmitir a sus hijos.

Cuando llegas al punto de la vida en que te das cuenta de que eres liberal ya te da exactamente igual lo que le digan o como te califiquen. Lo único a lo que aspiras es que el estado deje de meterse en tu vida.

De momento, lo veo complicado.

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