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Baloncesto
Etiquetas | Real Madrid | OKLAHOMA CITY THUNDER | NBA | LIGA ENDESA | Euroliga | NBA Global Games
Ni Westbrook, ni Oladipo ni el debutante Abrines aplacaron el gen ganador de un Real Madrid que ganó a todo un equipo de la NBA dentro de la gira Global Games por España; el miércoles, habrá otro amistoso contra el Barcelona en el Sant Jordi.

El Real Madrid de Llull reina sobre los Oklahoma City Thunder de la NBA (142-137)

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Fotonoticia 20161003234159 805 58 58 0 0

Ya no se respira, ni se siente, esa mística de antaño. Como cuando desembarcaron los Boston Celtics en Madrid hace 28 años. Hay una sensación de estar ante equipos y jugadores NBA más humanos y cercanos que nunca. Quizá sea consecuencia de la globalización. O sea un tema de televisión. O del marketing. Y porque son diez ya los jugadores españoles en Estados Unidos (esta cita sirvió para el estreno de Abrines). Reflexiones al margen, éstos continúan siendo marca NBA, con su magia y admiración. Esa misma que desprende un jugador de otra época como Sergio Llull. Se empeñó en irse victorioso del duelo y lo consiguió. Se marchó con aroma de ser una estrella NBA en Europa. El Real Madrid derrotó a los Oklahoma City Thunder de la NBA. El miércoles, la NBA parará en Barcelona. Allí espera el Barcelona en el Palau Sant Jordi.

El Real Madrid de Laso lo había ganado absolutamente todo (Liga Endesa, Euroliga, Intercontinental, Copa del Rey y Supercopa de España). Sólo les restaba apuntarse un triunfo de prestigio, de orgullo personal, ante un adversario NBA. Se escapó hace un curso, cuando los Boston Celtics regresaron a Madrid, pero se alcanzó ante Oklahoma City Thunder, franquicia comandada por una estrella de calibre como Westbrook, aunque huérfana de Durant, después de su marcha a los Warriors. El sueño se hizo realidad. El Real Madrid fue más que un equipo NBA. Fue su segunda victoria tras imponerse hace unos años a Toronto Raptors. Y como sucedió en aquella ocasión, también fue de la mano de Llull. Con su energía se forjó una victoria histórica, gestada, además, desde el perímetro y tras un tiempo extra, para deleite de los aficionados.

Lo que sí se mantiene intacto, en cualquier equipo NBA, es el deseo de ofrecer espectáculo. Su juego consiste en eso: entretener al respetable. Lo hicieron desde el calentamiento, con mates de otra dimensión. El público jaleó sus acciones desde el comienzo. Y metidos en faena, su inicio fue arrollador: 8-14 en sólo cuatro minutos de juego. Canastas y juego ágil. Defensa agobiante. NBA en estado puro. El Real Madrid alcanzó la campana del tiempo muerto en clara inferioridad: 12-20. Un primer cuarto que sirvió, además, para el estreno de Abrines. Hubo tímidos aplausos. Su pasado azulgrana aún pesa. El miércoles, seguramente, sentirá más calor desde las gradas.

La continuación certificó que, a pesar de estar en pretemporada, Oklahoma City Thunder se había tomado muy en serio su cita en Madrid. Prosiguieron con su plan de canastas fáciles y rápidas; e intensos en defensa. Exhibiendo músculo. Demostrando máxima concentración. Ni siquiera las rotaciones les hicieron despistarse. ¿Y el Real Madrid? Colaboraba desinteresadamente con la causa: pérdidas de balón, escasa defensa y ataque errático. Y eso se paga, más ante un adversario NBA.  Los primeros doce minutos se cerraron con un 22-35, con un Westbrook en estado puro: 9 puntos y magistral dirección (con 4 asistencias, 3 recuperaciones y 2 robos). Cumplía con Madrid. Su estrella es grande, pero sin Durant se antoja escasa para alcanzar otras semifinales de conferencia.

Quedaba tres cuartos. Largo se antojaba el encuentro. Incluso a los aficionados, a pesar de los espectáculos de acrobacias y demás actos que rodean al montaje NBA. El momento más emotivo estuvo en el homenaje a sus leyendas, entre ellas un icono blanco como Arvydas Sabonis. El lituano, que veía debutar y jugar como titular a su hijo en la NBA, recibió una calurosa ovación. Nada cambió en el juego ni en el marcador. Al descanso: 50-65 y sólo destacable el debut de blanco de Alex Suárez y un triple imposible de Llull. Ya por entonces, con 14 puntos y el alma de un desdibujado Real Madrid. Enfrente, aparte de Westbrook, emergió Oladipo, con otros 14 puntos al descanso.

Thompkins y Llull, un dolor para Oklahoma
La vuelta de vestuarios deparó unas buenas defensas blancas y un aumento sideral de sus porcentajes de acierto, concentrados en el perímetro (acabaron con 20 triples: 5 de 6 para Llull, 4 de 6 para Thompkins y 3 de 5 para Carroll y Rudy). Combinación explosiva. Era otro Madrid; también era otro Oklahoma, donde se cayó Adams, por lesión, y Westbrook emigró al banquillo. Con Llull a los mandos y con Thompkins inspirado desde el tiro exterior (16 puntos de una tacada), Oklahoma City Thunder entró en sudores fríos. Y sólo Kanter (9 puntos de corrido) y Oladipo dieron réplica en un grupo venido a menos; enfrente, el Real Madrid –sin Ayón, expulsado, y con los árbitros queriendo protagonismo- mantuvo su hora de ruta hasta situarse a 11 puntos: 70-81. Quedaban 15 minutos y había factores para soñar con una remontada. O al menos con una derrota dulce. A falta del último acto, el Real Madrid estaba tras la estela NBA: 87-95. Por supuesto, con un triple sobre la bocina de Llull. Su actuación era otra señal de que estamos ante un jugador NBA. Una suerte tenerle en Madrid y en España.

Maciulis apretó aún más las tuercas con otro triple: 91-97. Nunca antes el Real Madrid estaba tan cerca. Y más aún con Carroll, un francotirador desde el perímetro: 94-99. El público entraba en el partido. Se deseaba el triunfo blanco. Enfrente, sólo Oladipo (7 puntos seguidos) parecía entender que el Real Madrid estaba en modo cazador. Y tiempo muerto NBA. El marcador ajustado: 100-106. Y con otro triple de Carroll: 107-111. Quedaban seis largos minutos. Y llegó la remontada: triple de Rudy y 112-111 a falta de cuatro minutos. La gesta se tocaba con los dedos. Se competía de tú a tú. Y entonces, todo pareció torcerse cuando Abrines, con dos triples, acercó el triunfo de Oklahoma City Thunder. La sombra del Barcelona. Pero faltaba el toque magistral de Llull. Ese gen ganador. Otro triple suyo sobre la bocina y a la prórroga (126-126).

De poder a poder. El Real Madrid olía la sangre y desea cazar a su presa NBA. Oladipo era el único obstáculo. Él tomó la responsabilidad en ausencia de Westbrook. Y Llull, a lo suyo: otro triple (133-130). No faltaban ya ni dos minutos. Y Carroll daba más ventaja: 135-132. Había tensión. Y Hunter quitó tensión con otro triple: 138-134. Y luego, otra buena defensa. Y una gran acción de Llull y Carroll para un mate de Hunter: 140-134. La gesta se hizo posible con Llull. Sus tiros libres certificaron un triunfo histórico: 142-137.

Barcelona, próxima parada
Y de Madrid a Barcelona. El miércoles, en el Palau Sant Jordi, los Oklahoma City Thunder visitarán al Barcelona de Navarro y compañía. De esta forma, España habrá disfrutado de 19 partidos de la NBA, sólo superada esta cifra por México (23), Italia (21) y China (20). De los 19 encuentros disputados en España, seis han sido en Madrid y siete en Barcelona. En octubre próximo, seguramente, los Global Games NBA aterricen en algún pabellón de España, país que cuenta con diez jugadores en la NBA y cuya competición se ha posicionado como una cantera de oro para cualquier franquicia de la NBA.

El Real Madrid de Llull reina sobre los Oklahoma City Thunder de la NBA (142-137)

Ni Westbrook, ni Oladipo ni el debutante Abrines aplacaron el gen ganador de un Real Madrid que ganó a todo un equipo de la NBA dentro de la gira Global Games por España; el miércoles, habrá otro amistoso contra el Barcelona en el Sant Jordi.
Rafael Merino
lunes, 3 de octubre de 2016, 23:10 h (CET)

Fotonoticia 20161003234159 805 58 58 0 0

Ya no se respira, ni se siente, esa mística de antaño. Como cuando desembarcaron los Boston Celtics en Madrid hace 28 años. Hay una sensación de estar ante equipos y jugadores NBA más humanos y cercanos que nunca. Quizá sea consecuencia de la globalización. O sea un tema de televisión. O del marketing. Y porque son diez ya los jugadores españoles en Estados Unidos (esta cita sirvió para el estreno de Abrines). Reflexiones al margen, éstos continúan siendo marca NBA, con su magia y admiración. Esa misma que desprende un jugador de otra época como Sergio Llull. Se empeñó en irse victorioso del duelo y lo consiguió. Se marchó con aroma de ser una estrella NBA en Europa. El Real Madrid derrotó a los Oklahoma City Thunder de la NBA. El miércoles, la NBA parará en Barcelona. Allí espera el Barcelona en el Palau Sant Jordi.

El Real Madrid de Laso lo había ganado absolutamente todo (Liga Endesa, Euroliga, Intercontinental, Copa del Rey y Supercopa de España). Sólo les restaba apuntarse un triunfo de prestigio, de orgullo personal, ante un adversario NBA. Se escapó hace un curso, cuando los Boston Celtics regresaron a Madrid, pero se alcanzó ante Oklahoma City Thunder, franquicia comandada por una estrella de calibre como Westbrook, aunque huérfana de Durant, después de su marcha a los Warriors. El sueño se hizo realidad. El Real Madrid fue más que un equipo NBA. Fue su segunda victoria tras imponerse hace unos años a Toronto Raptors. Y como sucedió en aquella ocasión, también fue de la mano de Llull. Con su energía se forjó una victoria histórica, gestada, además, desde el perímetro y tras un tiempo extra, para deleite de los aficionados.

Lo que sí se mantiene intacto, en cualquier equipo NBA, es el deseo de ofrecer espectáculo. Su juego consiste en eso: entretener al respetable. Lo hicieron desde el calentamiento, con mates de otra dimensión. El público jaleó sus acciones desde el comienzo. Y metidos en faena, su inicio fue arrollador: 8-14 en sólo cuatro minutos de juego. Canastas y juego ágil. Defensa agobiante. NBA en estado puro. El Real Madrid alcanzó la campana del tiempo muerto en clara inferioridad: 12-20. Un primer cuarto que sirvió, además, para el estreno de Abrines. Hubo tímidos aplausos. Su pasado azulgrana aún pesa. El miércoles, seguramente, sentirá más calor desde las gradas.

La continuación certificó que, a pesar de estar en pretemporada, Oklahoma City Thunder se había tomado muy en serio su cita en Madrid. Prosiguieron con su plan de canastas fáciles y rápidas; e intensos en defensa. Exhibiendo músculo. Demostrando máxima concentración. Ni siquiera las rotaciones les hicieron despistarse. ¿Y el Real Madrid? Colaboraba desinteresadamente con la causa: pérdidas de balón, escasa defensa y ataque errático. Y eso se paga, más ante un adversario NBA.  Los primeros doce minutos se cerraron con un 22-35, con un Westbrook en estado puro: 9 puntos y magistral dirección (con 4 asistencias, 3 recuperaciones y 2 robos). Cumplía con Madrid. Su estrella es grande, pero sin Durant se antoja escasa para alcanzar otras semifinales de conferencia.

Quedaba tres cuartos. Largo se antojaba el encuentro. Incluso a los aficionados, a pesar de los espectáculos de acrobacias y demás actos que rodean al montaje NBA. El momento más emotivo estuvo en el homenaje a sus leyendas, entre ellas un icono blanco como Arvydas Sabonis. El lituano, que veía debutar y jugar como titular a su hijo en la NBA, recibió una calurosa ovación. Nada cambió en el juego ni en el marcador. Al descanso: 50-65 y sólo destacable el debut de blanco de Alex Suárez y un triple imposible de Llull. Ya por entonces, con 14 puntos y el alma de un desdibujado Real Madrid. Enfrente, aparte de Westbrook, emergió Oladipo, con otros 14 puntos al descanso.

Thompkins y Llull, un dolor para Oklahoma
La vuelta de vestuarios deparó unas buenas defensas blancas y un aumento sideral de sus porcentajes de acierto, concentrados en el perímetro (acabaron con 20 triples: 5 de 6 para Llull, 4 de 6 para Thompkins y 3 de 5 para Carroll y Rudy). Combinación explosiva. Era otro Madrid; también era otro Oklahoma, donde se cayó Adams, por lesión, y Westbrook emigró al banquillo. Con Llull a los mandos y con Thompkins inspirado desde el tiro exterior (16 puntos de una tacada), Oklahoma City Thunder entró en sudores fríos. Y sólo Kanter (9 puntos de corrido) y Oladipo dieron réplica en un grupo venido a menos; enfrente, el Real Madrid –sin Ayón, expulsado, y con los árbitros queriendo protagonismo- mantuvo su hora de ruta hasta situarse a 11 puntos: 70-81. Quedaban 15 minutos y había factores para soñar con una remontada. O al menos con una derrota dulce. A falta del último acto, el Real Madrid estaba tras la estela NBA: 87-95. Por supuesto, con un triple sobre la bocina de Llull. Su actuación era otra señal de que estamos ante un jugador NBA. Una suerte tenerle en Madrid y en España.

Maciulis apretó aún más las tuercas con otro triple: 91-97. Nunca antes el Real Madrid estaba tan cerca. Y más aún con Carroll, un francotirador desde el perímetro: 94-99. El público entraba en el partido. Se deseaba el triunfo blanco. Enfrente, sólo Oladipo (7 puntos seguidos) parecía entender que el Real Madrid estaba en modo cazador. Y tiempo muerto NBA. El marcador ajustado: 100-106. Y con otro triple de Carroll: 107-111. Quedaban seis largos minutos. Y llegó la remontada: triple de Rudy y 112-111 a falta de cuatro minutos. La gesta se tocaba con los dedos. Se competía de tú a tú. Y entonces, todo pareció torcerse cuando Abrines, con dos triples, acercó el triunfo de Oklahoma City Thunder. La sombra del Barcelona. Pero faltaba el toque magistral de Llull. Ese gen ganador. Otro triple suyo sobre la bocina y a la prórroga (126-126).

De poder a poder. El Real Madrid olía la sangre y desea cazar a su presa NBA. Oladipo era el único obstáculo. Él tomó la responsabilidad en ausencia de Westbrook. Y Llull, a lo suyo: otro triple (133-130). No faltaban ya ni dos minutos. Y Carroll daba más ventaja: 135-132. Había tensión. Y Hunter quitó tensión con otro triple: 138-134. Y luego, otra buena defensa. Y una gran acción de Llull y Carroll para un mate de Hunter: 140-134. La gesta se hizo posible con Llull. Sus tiros libres certificaron un triunfo histórico: 142-137.

Barcelona, próxima parada
Y de Madrid a Barcelona. El miércoles, en el Palau Sant Jordi, los Oklahoma City Thunder visitarán al Barcelona de Navarro y compañía. De esta forma, España habrá disfrutado de 19 partidos de la NBA, sólo superada esta cifra por México (23), Italia (21) y China (20). De los 19 encuentros disputados en España, seis han sido en Madrid y siete en Barcelona. En octubre próximo, seguramente, los Global Games NBA aterricen en algún pabellón de España, país que cuenta con diez jugadores en la NBA y cuya competición se ha posicionado como una cantera de oro para cualquier franquicia de la NBA.

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