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Antonio Pérez Gómez

Tiger, ese golfista

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Dan Wetzel, gran escritor deportivo y corresponsal de Eurosport en Estados Unidos ha puesto el dedo en la yaga esta semana al analizar todo el affair “Tiger Woods”. Ya saben, el deportista mejor pagado del mundo y el más carismático (especialmente al otro lado del charco), que ha sido cazado en una infidelidad conyugal, abriendo así la veda para que hayan salido a la luz un harén de amiguitas, amantes e incluso “profesionales” que el golfista tenía a sus espaldas.

La enorme cobertura en los medios que ha tenido su doble vida, no sólo ha destrozado su vida familiar, sino también su carrera deportiva, ya que sus multimillonarios sponsors le han ido abandonando, no vaya que los potenciales compradores abjuren de una marca cuya imagen era detentada por un exitoso deportista multimillonario, que al final resulta que tenía amantes. ¡Qué horror!

El caso es que, aunque lo intentó, no hubo manera de evitar el escándalo. No hizo apariciones públicas, ni entrevistas, ni hubo portavoces de la familia poniendo excusas, ni sillón de Oprah. Lo cierto es que el bueno de Tiger siempre se caracterizó por hacer una raya muy clara entre su vida privada y su vida pública. Ahora se ha visto que tenía otra entre su vida privada y la “otra” vida privada.

Woods ha anunciado su retirada temporal para ocuparse de su familia. Ahora, cuando lo han pillado, se da cuenta de que necesitaba estar más tiempo con ellos (¿?). Su retirada es un lujo que los que pagan hipotecas no podrían permitirse, y que hará que el californiano no tenga que enfrentarse a los flashes, preguntas de la prensa, juicios en público y reprobaciones de sus seguidores.

Aunque este modesto analista deportivo (me refiero a mí) duda seriamente de que este Tigre, fuera y dentro de los greens, se pierda el Masters en Abril, (especialmente cuando lleva años obsesionado con romper el récord de 18 grandes de Jack Nicklaus), ya es significativo que a 4 meses de su celebración, su mayor reclamo esté temporalmente fuera del circuito.

De hecho, su declaración de que va a ocuparse más de su familia y que va a hacer todo lo que pueda por reparar el daño que les ha causado, me parece ya su mejor “aproach” para resolver la situación. No es la primera estrella que se ve afectado por un escándalo a nivel personal, pero sí que está llevando esto de una forma original, peculiar y quizás honesta.

Como contraste, recuerden el escándalo Kobe, en el 2003, cuando el genio de los Lakers fue acusado de violación en una habitación de un Hotel de Colorado.

Hizo una rueda de prensa relámpago en la que negó todo y no perdió ni un segundo más en ello. Terminada la rueda de prensa, cogió su jet privado para ir a jugar el próximo partido. El deporte fue su refugio. Cuando los reporteros le acosaban a pie de pista, el siempre decía lo mismo: “Fuera de aquí, dejadme jugar”.

Kobe optó por esa estrategia. Tiger, por esta otra. En fin, veremos como afecta todo esto al juego del “golfo” más importante de la historia cuando vuelva del “bunker”.

Hay que ver, un pequeño choque el día de acción de gracias lo que ha dado de sí.

Tiger, ese golfista

Antonio Pérez Gómez
Antonio Pérez Gómez
sábado, 19 de diciembre de 2009, 05:16 h (CET)
Dan Wetzel, gran escritor deportivo y corresponsal de Eurosport en Estados Unidos ha puesto el dedo en la yaga esta semana al analizar todo el affair “Tiger Woods”. Ya saben, el deportista mejor pagado del mundo y el más carismático (especialmente al otro lado del charco), que ha sido cazado en una infidelidad conyugal, abriendo así la veda para que hayan salido a la luz un harén de amiguitas, amantes e incluso “profesionales” que el golfista tenía a sus espaldas.

La enorme cobertura en los medios que ha tenido su doble vida, no sólo ha destrozado su vida familiar, sino también su carrera deportiva, ya que sus multimillonarios sponsors le han ido abandonando, no vaya que los potenciales compradores abjuren de una marca cuya imagen era detentada por un exitoso deportista multimillonario, que al final resulta que tenía amantes. ¡Qué horror!

El caso es que, aunque lo intentó, no hubo manera de evitar el escándalo. No hizo apariciones públicas, ni entrevistas, ni hubo portavoces de la familia poniendo excusas, ni sillón de Oprah. Lo cierto es que el bueno de Tiger siempre se caracterizó por hacer una raya muy clara entre su vida privada y su vida pública. Ahora se ha visto que tenía otra entre su vida privada y la “otra” vida privada.

Woods ha anunciado su retirada temporal para ocuparse de su familia. Ahora, cuando lo han pillado, se da cuenta de que necesitaba estar más tiempo con ellos (¿?). Su retirada es un lujo que los que pagan hipotecas no podrían permitirse, y que hará que el californiano no tenga que enfrentarse a los flashes, preguntas de la prensa, juicios en público y reprobaciones de sus seguidores.

Aunque este modesto analista deportivo (me refiero a mí) duda seriamente de que este Tigre, fuera y dentro de los greens, se pierda el Masters en Abril, (especialmente cuando lleva años obsesionado con romper el récord de 18 grandes de Jack Nicklaus), ya es significativo que a 4 meses de su celebración, su mayor reclamo esté temporalmente fuera del circuito.

De hecho, su declaración de que va a ocuparse más de su familia y que va a hacer todo lo que pueda por reparar el daño que les ha causado, me parece ya su mejor “aproach” para resolver la situación. No es la primera estrella que se ve afectado por un escándalo a nivel personal, pero sí que está llevando esto de una forma original, peculiar y quizás honesta.

Como contraste, recuerden el escándalo Kobe, en el 2003, cuando el genio de los Lakers fue acusado de violación en una habitación de un Hotel de Colorado.

Hizo una rueda de prensa relámpago en la que negó todo y no perdió ni un segundo más en ello. Terminada la rueda de prensa, cogió su jet privado para ir a jugar el próximo partido. El deporte fue su refugio. Cuando los reporteros le acosaban a pie de pista, el siempre decía lo mismo: “Fuera de aquí, dejadme jugar”.

Kobe optó por esa estrategia. Tiger, por esta otra. En fin, veremos como afecta todo esto al juego del “golfo” más importante de la historia cuando vuelva del “bunker”.

Hay que ver, un pequeño choque el día de acción de gracias lo que ha dado de sí.

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