Hay deportes que para ser mediáticos tienen que provocar un efecto catástrofe. En el fútbol, le pegas una patada un bote y sales en la portada de un periódico deportivo. Ronaldo va al baño, doscientas cámaras a ver dónde está. Que Messi va a recoger un premio, trescientos periodistas detrás, que Laporta raja contra todo y contra todos, páginas y más páginas. Más madera…
En cambio, muchos deportes olímpicos sólo salen una vez cada cuatro años. Una lástima. Pero no me referiré ni al fútbol ni a deportes que están abandonados a su suerte. Hablo de natación, un deporte en el que a algunos les gustaría que algún nadador se cayera del poyete o dejara de flotar para tener una excusa de la que poder informar porque si no, no hay espacio en lso medios ni a tiros.
Los especialistas en este deporte, incluso, no se plantean ni viajar a un Campeonato de Europa porque es caro y no lo amortizan. Se pierden la oportunidad de contar en exclusiva los éxitos de los deportistas. No son cercanos y los propios atletas desconfían de quién les llama porque no les es afín.
Esta pasada semana España ha tenido cinco medallas en natación en los Europeos de Estambul, que no han contado con ningún periodista español en aguas turcas cuando hace ocho o diez años había al menos un grupo que cubría los campeonatos.
No sé qué profesión es esta en la que los nuevos chavales trabajan de sol a sol sentados frente a un ordenador –porque alguno de más rango está cubriendo los entrenamientos del Madrid- y creen a pies juntillas lo que les dicen otros periodistas, de las agencias, que hacen lo mismo que ellos, recibir la información sentados.
Con esta dinámica perversa de los Medios de Comunicación y el Fútbol, que es el verdadero opio del pueblo, el resto de deportes están condenados a subsistir como pueden, sean atletas, nadadores, baloncestistas, ciclistas,… da igual, el fútbol puede con todo. El año que viene tenemos el Mundial de Fútbol 2010 en Sudáfrica. Es, sin duda, lo mejor que le puede pasar a ese continente, que se hable de futbol y, por tanto, de tu país. ¡Qué locura! Media humanidad con la bufanda y a otra media mirando para otro lado.