La única condición que pone Marruecos para devolverle el pasaporte a Aminatu Haidar es que se disculpe ante Mohamed VI por unas declaraciones que ofendieron la dignidad del hijo del profeta. La condición que pone la activista saharaui para volver al Aaiun es que se respete su dignidad. Todos claman por la dignidad herida cuando lo que subyace en el fondo de la cuestión es una disputa territorial entre el Frente Polisario y Marruecos.
La forma en que se han ido sucediendo los acontecimientos induce a pensar que detrás de todo ello hay una cabeza pensante que lo ha discurrido todo para que las cosas lleguen a un punto que, a fecha de hoy, aún no conocemos ¿Por qué le retiraron el pasaporte en el Aaiun, cuando en otras ocasiones la dejaron pasar tranquilamente? ¿Por qué precisamente a la vuelta de una gira internacional en la que recibió un premio a su activismo a favor de la independencia del Sahara? ¿Por qué si su país de procedencia era Estados Unidos se la mandó a España? ¿Por qué en lugar de a Madrid o Barcelona se la mandó a Lanzarote? Paralelamente a la huelga de hambre de Aminatu Haidar, el Frente Polisario ha desarrollado una intensa campaña diplomática en la que ha pretendido implicar en la crisis a los gobiernos de Francia y Estados Unidos, al rey Juan Carlos y finalmente, tras dar por agotadas las vías diplomáticas, al Papa. Aminatu Haidar ha rechazado todas las ofertas que le ha hecho el Gobierno de España para volver al Aaiun. Quiere volver con dignidad y, según parece, las soluciones propuestas por la diplomacia española no son dignas. Hace unos días, Aminatu ha prescindido de la asistencia sanitaria que desde el primer día de su huelga de hambre se le ha venido prestando; como si fuera un enfermo terminal al que finalmente se le desconecta de la máquina que le mantiene vivo, en estado vegetativo. A la vez, el Frente Polisario anunció que la muerte de Haidar supondría el inicio de la guerra contra Marruecos. Todo parece indicar que Haidar abriga esa solución y que está dispuesta a inmolarse. Y que, además ha elegido España para llevar a cabo su último sacrificio por la causa por la que ha entregado toda su vida. España, de esta manera, se va a ver implicada en una guerra a cuyo estallido posiblemente haya contribuido al no haber hecho las cosas debidamente en su justo momento.