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Los distintos raseros de partidos políticos y medios de comunicación

Los mil euros de Rita Barberá

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Quede bien sentado que un sólo euro aportado por los españoles o proveniente de las ayudas que recibimos de la UE, que sea robado, escamoteado, malversado, dilapidado o empleado para otros fines que no sean para los que deba de ser destinado, ya es en sí una corrupción. Defiendo con esto que cualquier cantidad desviada de su destino, ya es un acto de putrefacción.

La inefable y a la vez nefasta Carmen Calvo Poyato, considerando que gobernar España era mandar en su cortijo particular (que posiblemente no lo tenga), tuvo la funesta idea de decir: “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie”.

No señora ¡NO!, el dinero público es de los españoles y hay que ser más escrupuloso y cuidadoso en su manejo y en su gasto que si fuera del propio bolsillo del político que dispone de él.

Por ello, todos los políticos que indebidamente se lo apropian son unos corruptos.

Siempre hay que tener en cuenta la presunción de inocencia y que nadie es delincuente hasta que jurídicamente se demuestre su culpabilidad. No podemos condenar por juicios de tertulias periodísticas o televisivas y hacer que caiga sobre cualquier persona pública una condena que después puede resultar fallida a los ojos de la Justicia, y el daño que se le ha causado ya no hay forma de repararlo.

Por ello es mi propósito comparar lo ocurrido con Rita Barberá y lo acontecido con los ex Presidentes de la Junta de Andalucía Chaves y Griñán.

La espada de Damocles que pende sobre la cabeza de este último es la petición de seis años de cárcel más treinta de inhabilitación para ejercer cualquier cargo público. Sobre el otro sujeto se ciernen diez años de inhabilitación.

Rita Barberá, desde el comienzo ha sufrido la condena televisiva y de otros medios de comunicación, sin haber sido aún juzgada ni condenada, por lo que ha tenido que abandonar el PP y se le exige, hasta por este mismo, el abandono de su Acta de Diputada. Ciertamente debería de hacerlo, pues así no la juzgaría Cándido Conde-Pompidu que tiene más que manifiesta su lealtad al PSOE y su animadversión por cualquier persona que, aunque de lejos, huela a la Derecha.

Hay un dirigente socialista, Rodríguez Ibarra considera que no debe de dejar su acta y ha manifestado que España se está convirtiendo en un país justiciero en el que basta que un fiscal pregunte a uno su nombre, para que todo el mundo pida su dimisión. La tan denostada Inquisición ha vuelto a campar a sus anchas por nuestro país, pero ahora no por motivos religiosos ni limpieza de sangre, en estos tiempos son causas políticas las que pueden llevar al ostracismo civil a cualquier persona, aunque después se demuestre, una vez juzgado, si hay caso, que es inocente.

Pero con Chaves y Griñán, dos ex Presidentes de la Junta de Andalucía de la cual han tenido durante muchos años el máximo poder, y, si no recuerdo mal Felipe González llegó a decir que ponía la mano en el fuego por ellos (posiblemente la tenga achicharrada), la cosa es distinta. Más arriba hemos expuesto lo que el fiscal solicita para ellos. Son una vergüenza para andaluces y españoles y un escándalo de tal envergadura que ningún pueblo decente debería de consentir.

Los delitos que se le atribuyen a éstos están cargados de significado y demuestran que el socialismo andaluz está podrido y se ha hundido en el lodo después de gobernar durante demasiado tiempo; y que el socialismo español es tan corrupto o más que la derecha del PP.

Bueno es recordar los penúltimos (nunca serán los últimos) casos de corrupción de ambos. El PSOE, unidos los casos de de EREs, más los Cursos de formación, suma por los primeros 1.200 millones euros y por los segundos 2.000 millones. Aunque la cantidad por la que se le pide a los antedichos responsabilidad por los primeros sea sólo de 741 millones de euros (ciento veinticinco mil millones de pesetas).

Esto es sólo la guinda del pastel, cuando éste se descubra entero, no sé si habrá guarismos para poder sumar todo lo que los adláteres del PSOE, han defraudado.

El PP, entre los asuntos de Bárcenas, la Gurtel y la Púnica, sólo llega a 420 millones de euros. También quedará algún que otro caso desconocido del que, a no dudar, llegaremos a enterarnos.

Parece ser el monto total de lo blanqueado por la Generalidad valenciana durante el mandato de Rita Barberá, llega escasamente a los 50.000 euros, y sólo sirvió para financiar el partido, sin embargo las ingentes cantidades que repartió la Junta de Andalucía fueron a parar a manos de empresas, Sindicatos, particulares… todos ellos afines al PSOE. Fue tanto el descaro que la madre de Juan Lanzas, sindicalista, le dijo a la Guardia Civil, mientras efectuaban el registro de la casa, que había dinero hasta para "asar una vaca", pero se negó a confesar dónde estaba escondido.

A pesar de ello y de la ingente y mareante cantidad por la se ha pedido condena, hay quienes dentro de su partido los siguen defendiendo, como Susana Días, (es lógico, es pupila de ambos) proclama su inocencia y dice que no se han llevado ni un euro.

Admitámoslo, pero el mismo Juez que lleva la causa acusa a ambos de prevaricación y considera hubo informes previos alertando de la situación y, por ello, no era posible desconocer el reparto arbitrario que se estaba cometiendo.

Son responsables si no directos, sí necesarios, por haber hecho la “vista gorda”, como reza nuestro dicho castizo, y haber permitido que tal desmán ocurriese.

En el hipotético caso de que lo desconociesen (cosa que no hay nadie que se lo crea), demostraron ser unos inútiles por no percatarse de un fraude tan grave y prolongado en el tiempo.

Con él se creaba una tupida red de clientelismo, de voto cautivo de todos los que pastaban en el pesebre de la Junta y votaban a ambos permitiéndoles seguir en la poltrona cobrando el sueldo correspondiente.

De no haber sido así, no hubiesen continuado ganando las elecciones durante tanto tiempo, ni seguido percibiendo sus emolumentos, por lo tanto también se han beneficiado.

Situaciones como éstas demuestran que, según quien cometa el delito, el nivel se inclina a un lado, casi siempre al del PSOE, para favorecerlo, mediante su ocultamiento, falta o inexacta publicación del mismo, mientras eleva ad infinitum las responsabilidades del otro.

Esto se resumen en un dicho que, aunque un poco escatológico no es ofensivo y no me resisto a citar: “Hay quienes orinan en lata y no suena y quines lo hacen en lana y resuena estrepitosamente”.

Los mil euros de Rita Barberá

Los distintos raseros de partidos políticos y medios de comunicación
Manuel Villegas
domingo, 18 de septiembre de 2016, 12:08 h (CET)
Quede bien sentado que un sólo euro aportado por los españoles o proveniente de las ayudas que recibimos de la UE, que sea robado, escamoteado, malversado, dilapidado o empleado para otros fines que no sean para los que deba de ser destinado, ya es en sí una corrupción. Defiendo con esto que cualquier cantidad desviada de su destino, ya es un acto de putrefacción.

La inefable y a la vez nefasta Carmen Calvo Poyato, considerando que gobernar España era mandar en su cortijo particular (que posiblemente no lo tenga), tuvo la funesta idea de decir: “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie”.

No señora ¡NO!, el dinero público es de los españoles y hay que ser más escrupuloso y cuidadoso en su manejo y en su gasto que si fuera del propio bolsillo del político que dispone de él.

Por ello, todos los políticos que indebidamente se lo apropian son unos corruptos.

Siempre hay que tener en cuenta la presunción de inocencia y que nadie es delincuente hasta que jurídicamente se demuestre su culpabilidad. No podemos condenar por juicios de tertulias periodísticas o televisivas y hacer que caiga sobre cualquier persona pública una condena que después puede resultar fallida a los ojos de la Justicia, y el daño que se le ha causado ya no hay forma de repararlo.

Por ello es mi propósito comparar lo ocurrido con Rita Barberá y lo acontecido con los ex Presidentes de la Junta de Andalucía Chaves y Griñán.

La espada de Damocles que pende sobre la cabeza de este último es la petición de seis años de cárcel más treinta de inhabilitación para ejercer cualquier cargo público. Sobre el otro sujeto se ciernen diez años de inhabilitación.

Rita Barberá, desde el comienzo ha sufrido la condena televisiva y de otros medios de comunicación, sin haber sido aún juzgada ni condenada, por lo que ha tenido que abandonar el PP y se le exige, hasta por este mismo, el abandono de su Acta de Diputada. Ciertamente debería de hacerlo, pues así no la juzgaría Cándido Conde-Pompidu que tiene más que manifiesta su lealtad al PSOE y su animadversión por cualquier persona que, aunque de lejos, huela a la Derecha.

Hay un dirigente socialista, Rodríguez Ibarra considera que no debe de dejar su acta y ha manifestado que España se está convirtiendo en un país justiciero en el que basta que un fiscal pregunte a uno su nombre, para que todo el mundo pida su dimisión. La tan denostada Inquisición ha vuelto a campar a sus anchas por nuestro país, pero ahora no por motivos religiosos ni limpieza de sangre, en estos tiempos son causas políticas las que pueden llevar al ostracismo civil a cualquier persona, aunque después se demuestre, una vez juzgado, si hay caso, que es inocente.

Pero con Chaves y Griñán, dos ex Presidentes de la Junta de Andalucía de la cual han tenido durante muchos años el máximo poder, y, si no recuerdo mal Felipe González llegó a decir que ponía la mano en el fuego por ellos (posiblemente la tenga achicharrada), la cosa es distinta. Más arriba hemos expuesto lo que el fiscal solicita para ellos. Son una vergüenza para andaluces y españoles y un escándalo de tal envergadura que ningún pueblo decente debería de consentir.

Los delitos que se le atribuyen a éstos están cargados de significado y demuestran que el socialismo andaluz está podrido y se ha hundido en el lodo después de gobernar durante demasiado tiempo; y que el socialismo español es tan corrupto o más que la derecha del PP.

Bueno es recordar los penúltimos (nunca serán los últimos) casos de corrupción de ambos. El PSOE, unidos los casos de de EREs, más los Cursos de formación, suma por los primeros 1.200 millones euros y por los segundos 2.000 millones. Aunque la cantidad por la que se le pide a los antedichos responsabilidad por los primeros sea sólo de 741 millones de euros (ciento veinticinco mil millones de pesetas).

Esto es sólo la guinda del pastel, cuando éste se descubra entero, no sé si habrá guarismos para poder sumar todo lo que los adláteres del PSOE, han defraudado.

El PP, entre los asuntos de Bárcenas, la Gurtel y la Púnica, sólo llega a 420 millones de euros. También quedará algún que otro caso desconocido del que, a no dudar, llegaremos a enterarnos.

Parece ser el monto total de lo blanqueado por la Generalidad valenciana durante el mandato de Rita Barberá, llega escasamente a los 50.000 euros, y sólo sirvió para financiar el partido, sin embargo las ingentes cantidades que repartió la Junta de Andalucía fueron a parar a manos de empresas, Sindicatos, particulares… todos ellos afines al PSOE. Fue tanto el descaro que la madre de Juan Lanzas, sindicalista, le dijo a la Guardia Civil, mientras efectuaban el registro de la casa, que había dinero hasta para "asar una vaca", pero se negó a confesar dónde estaba escondido.

A pesar de ello y de la ingente y mareante cantidad por la se ha pedido condena, hay quienes dentro de su partido los siguen defendiendo, como Susana Días, (es lógico, es pupila de ambos) proclama su inocencia y dice que no se han llevado ni un euro.

Admitámoslo, pero el mismo Juez que lleva la causa acusa a ambos de prevaricación y considera hubo informes previos alertando de la situación y, por ello, no era posible desconocer el reparto arbitrario que se estaba cometiendo.

Son responsables si no directos, sí necesarios, por haber hecho la “vista gorda”, como reza nuestro dicho castizo, y haber permitido que tal desmán ocurriese.

En el hipotético caso de que lo desconociesen (cosa que no hay nadie que se lo crea), demostraron ser unos inútiles por no percatarse de un fraude tan grave y prolongado en el tiempo.

Con él se creaba una tupida red de clientelismo, de voto cautivo de todos los que pastaban en el pesebre de la Junta y votaban a ambos permitiéndoles seguir en la poltrona cobrando el sueldo correspondiente.

De no haber sido así, no hubiesen continuado ganando las elecciones durante tanto tiempo, ni seguido percibiendo sus emolumentos, por lo tanto también se han beneficiado.

Situaciones como éstas demuestran que, según quien cometa el delito, el nivel se inclina a un lado, casi siempre al del PSOE, para favorecerlo, mediante su ocultamiento, falta o inexacta publicación del mismo, mientras eleva ad infinitum las responsabilidades del otro.

Esto se resumen en un dicho que, aunque un poco escatológico no es ofensivo y no me resisto a citar: “Hay quienes orinan en lata y no suena y quines lo hacen en lana y resuena estrepitosamente”.

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