| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
Cuando quede atrás
nadie me recordará,
habré perdido el tiempo,
nada más.
Cuando quede atrás
me verán como la que...
no ha sabido ganar.
Cuando quede atrás,
puede que alguno se ría
de mi fracaso.
Cuando eso suceda no diré:
"hasta otra",
sino que diré: "adiós".
No me quedaré contemplando
las reacciones de ningún ser
ni sentiré su alegría.
Nadie llamará por mi
para recuperarme de aquel
espacio oscuro en que estaré
escondida,
esperando no ser vista.
Pero no será mi fin,
encontraré nuevos entretenimientos,
nuevas pasiones y pasatiempos.
Puede que también encuentre
el verdadero amor de un hombre
al que no le haya importado
que me haya quedado atrás.
Puede que aprenda de la vida
lo que no he aprendido
estando entre los primeros.
Puede que sea bueno
irse quedando.
En el mundo de la Cultura de las Artes así actúan muchos, sin sustento de base. Anochecía cuando llegó el tren, empero, el tren pudo haber llegado mucho antes. La verdad era que se había retrasado horas y aún no se sabía por qué. Era una conversación frívola, con intercambio de chismes sobre amistades del vecindario.
En su nuevo libro, el reputado economista Juan Torres López los analiza como expresiones de una crisis del capitalismo neoliberal que, ante la desorientación y la impotencia de la izquierda contemporánea, choca con la democracia y alimenta el auge de la extrema derecha.
A Mercedes Isabel: A mi edad, me pregunto, sin pretender escribir los versos mas triste esta tarde. Como olvidarte, flor de mi vida. Desventurado sería, no haberte tenido.
|