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Motivos por los que escribes

Ser famoso, no es siempre lo importante

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Escribir es una hermosa tarea, realizada de forma individual, que refuerza tus ánimos y alarga tu felicidad. Nunca sabrás sobre los temas que escribirás ni bien las razones, dependen de cada ser, de cada combinación de almas en cada cuerpo. Es una tarea ardua y que arde muy dentro de ti, haciendo que seas de una forma que jamás pensaste ser.

Eres amapola, paloma, caballo corriendo en libertad. Eres promesa de un mundo que cambiará, de cristales que nunca se romperán. Eres testamento, herencia intangible y conocimiento, por cierto. Que no tiemblen tus cimientos en los momentos de componer históricos textos, llenos de fresca agua del más codiciado manantial.

Bailemos juntos, escritor y lectores, pues no somos más que viajantes del viejo tren que se cae, se recompone, arma bulla, y viaja a 70 kmts por hora. Vamos lento, pero seguros de la empatía, de los colores azulados y rojizos, de las nubes que inundan nuestros cerebros y de las ya casi olvidadas promesas de los hermanos mayores. Me honra y te honro con este legado, motivos, cada uno sabrá los suyos, pero no es fácil abrirse un hueco en este mundo, es una batalla campal, una guerra interior y con los millones de lectores que quieras convencer. Millones, y cuántos más, mejor. Y siempre con el convencimiento de que tu obra siempre será tuya.

Como dice mi amigo Marcos:

-Dancemos pues con amor a este arte y vocación que nos llena los labios de estrellas y el corazón de movimiento vibratorio relajante. Vamos a actuar y amar a nuestros seguidores dándole lo mejor de nuestras experiencias y reflexiones tiernas.

A mí, me gusta escribir caminando, con el móvil en mi mano izquierda, de este modo, lentamente y poco a poco las letras salen solas, llenas de errores ortográficos porque la pantalla es pequeña, errores que después corregiré en un documento word de ordenador. Dios quisiera que pudiese enmendar así, también los horrores y equivocaciones que tuve en vida. Escribir es una terapia para el adicto a las letras, con ellas no perjudicas a nadie y pasas un rato, puede que agradable, instantes, puede que llenos de lamentos y remordimientos, puede que con vacíos de talento, puede que armoniosos o algo perezosos. Escribir es contar la vida en historias, fragmentos de momentos malos y buenos, pedazos de suspiros y sentimientos, instantes de ternura y desconsuelo.

Escribir es acariciar la pluma, vibrar con las teclas de tu ordenador, besar el papel, desear que la luna sea azul. Es sentirse libre y liberarse de angustias, agonías, tristezas y sollozos. Si te gusta, redacta con salero, belleza y deseos de agradar a otros, los de sed de lectura y de saber de trozos de vida tuyos y de terceras personas, de música que renace de tu aprendizaje en vida, de fe armónica. Ustedes, los que escriben, son dioses que levantan los ánimos y ayudan a vivir, comunicando sabiduría y acciones de absoluta pulcritud por medio de una letra tras otra, ordenadas lo mejor posible con mayor o menor sabiduría, de la más fina y menos comprendida.

Es reír y saludar al nuevo ser, al nuevo viajante de los libros y ebooks, el interesado en saber más y más, el curioso empedernido que pierde su tiempo valioso en la bienvenida lectura.

Escribes porque crees que así sanarás de tus angustias, tus caprichos se cumplirán de algún modo y despertarás con una sonrisa y también, que te levantarás con tu pie derecho.

Hoy el día promete, hace sol y los árboles yacen inmóviles pero verdes. Los pájaros cantan y hoy, precisamente hoy, estrenarás tu vestido nuevo, de color melocotón y azul turquesa. Te pondrás tus zapatitos blancos y pondrás tu música preferida. Llamarás a ese noble caballero al que amas, aunque quizás este comprometido, y bailarás, nada más que mirándose el uno al otro. No darás más pasos, aunque cuando escribas lo vivido, contarás una hermosa escena de amor en la sala, besos, abrazos y lágrimas, porque será un amor que se va, un amor que nace muerto y que solamente es ilusión.

Él se irá. Realmente sólo hubo baile, aunque él, ya se sabe, se apuntaría a otras cosas. Pero tú eres escritora y para serlo, tal vez debas dejar atrás el cumplir todos tus deseos. Inventarte esa historia inexistente no será más que una demostración de que hubieras podido hacerlo, pero no has querido porque no se lo merecía realmente ese vividor, amargado y quejica acosador, lleno de insatisfacciones y caídas en frío, sin manos amigas, todo falso a su alrededor, salvo tú, en esa dulce noche en que además, llevabas el vestido de color rojo pasión y mismo con el, le invitaste a marchar cuando intento desabotonarte la ropa.

Enhorabuena, lo despediste con una blanca sonrisa y completaste la historia que te estaba invitando a vivir, a solas, sobre el papel húmedo por la caída de tus blancas lágrimas, virginales. Historias que otros leerán pensando que eres una mujer moderna, pero en realidad lo que eres, es escritora.

Yo tengo varios libros escritos y pienso destinarlos a obras de beneficencia, aún no sé bien que haré con ellos. Quizás los done a una Ong. Pero antes debo asesorarme bien para que todo vaya en regla y como yo quiero que vaya. Hasta la fecha, 2016, nada he decidido sobre ella.

Me gustaría que fuese para beneficio de los animales peludines o con plumas. Ya se interesaron varias editoriales en ellos, pero aún no llegue a acuerdo en los parámetros.

Escribes porque crees en Dios, la virgen y los colores, no te pueden males de amores ni mandamientos inciertos y eres yegua corriendo libre por la pradera del viejo museo de arte renacentista.

Eres canción, milagro y paz suprema, que detesta las peleas. Anda ya y canta tu relato desde el cielo y llena los oídos de tantos con tus melodías secretas.

La paz que necesitabas y la armonía interior encuentras en la comunicación verbal y si hay puertas cerradas las abrirás con tu magia de cristales.

Es una profesión competitiva, tu inclinación esta decidida y ya no puedes retroceder ni mirar atrás lo que dejas. Tu cabeza llena de cosas debe vaciarse y se vacía de ese modo tan particular que te hará ganar, puede, la admiración popular.

Ser famoso no es siempre lo importante, pero si lo es tener tu espacio en este mundo. Si lo es estar en ese grupo de gente que cuenta e ilusiona masas, chicos, mujeres, curas y travestis.

Hay historias de todo tipo, selecciona la tuya y comunícasela a la sociedad, puede que enferma, pero siempre sedienta de un refresco. Puede que ingrata, pero hambrienta de un plato de arroz. Puede que injusta, pero lectora. Puede que manipuladora, pero receptora. Puede que como nosotros, o no. Uyuyuyyy, me extiendo en superficialidades, cuando pretendo tocar fondo. Tu fondo, seas lo que seas. Ir al grano, al punto y final. A la conclusión, eso es lo que pretendo.

Finalmente diré que escribes con vergüenza de que te lea tu amor secreto y deje de quererte. Pero escribirás igual aunque se marche y te deje sin fe ni ganas de rezar. Aunque se burle y avergüence de ti, le seguirás lanzando letras como flechas, directo a su maquiavélico corazón de diablo que jamás te amará come te mereces.

Tiene sentido lo que escribo, aunque yo lo vaya perdiendo por el cansancio. E incluso así, seguiré plasmando estas manchas negras a mis anchas y para ti, querido desconocido.

La vida es corta y cada uno la disfruta a su modo, ateniéndose a las circunstancias de las malas y buenas acciones. Escribir siempre será una buena tarea, algo noble, no haces mal a nadie, y sin embargo, vives contando de todo y fortaleciendo espíritus por medio de tus palabras.

Escribir siempre será un logro personal, una meta alcanzada, un difícil trayecto hasta la cabeza del lector, que te animará o no a seguir haciéndolo. Es como ir sobre una alfombra voladora soltando tus letras y llenando los cerebros de la gente, de tantas y tantas cosas. Novedades, caprichos, secretos, muestras de talento, sonrisas y lágrimas amargas. No es conducir bien, pues en este viaje se producen fallos y cometen infracciones, algunas pueden llegar a pasarte una amplia factura, pero debes errar, eres humano. Eres un ser que se equivoca y llora.

No es no saber nadar, pues debes sentirte como pez en el agua, con la mirada fría, el movimiento rítmico y siempre dispuesto a sobrevivir aunque debas comerte a los peces mas pequeños.

Hay que reír a mares. No es tropezar con todas las piedras del camino. Hay que caminar también por terrenos asfaltados, adornados con farolas. No es estar gordo ni delgado, pero si es estar y saber estar, saber descansar a sus horas y sentirse como un vegano, entregado a su idea.

No es esconderse debajo de la mesa para que tus primos no te vean ni romper con ira los platos de tu cocina. No es enamorarse de todos, pero si de los justos por necesarios. Ni es no andar con tacones, porque esos zapatos lucen, te visten e impactan. Tampoco es dejar de hacerlo, eso es el final del escritor que al igual que un actor de teatro querrá morir sobre el escenario. No será nunca no aportar tus gramos de arena al necesitado de alimento y afecto, sea persona o animal.

Ser escritor nunca va a ser dejar de creer en el amor, aunque llegue tarde y te resulte por veces odioso porque ya eres mayor. Ni pensar en tus penas y fracasos de forma recurrente y traumática, ni perderlo todo ante una frustración inesperada que te sale al encuentro para hacerte desear lo peor. Solamente sabe lo que es, el que escribe, el que expresa sus meditaciones y creando va narraciones dulces y amargas, mejores y peores.

Escribir es disfrutar con todo lo que te corresponde con o sin derecho. Es ser rana, elefante, perro, gato o bien tu mismo o una tercera persona. Es sentir melancolía, respirar profundamente seleccionando los espacios de aire que deseas, abrir tus ojos y ver a través de los ventanales de tu casa como los ancianos pasean a los perros, las madres estrenan hijos, los camareros sirven copas. Escribir, es necesario tener experiencia para hacerlo, y experiencias también.

Es preciso ser reflexivo, amante del otro, desear el buen tiempo y la soledad. Necesitarás haber sentido lamentos, haber llorado por algún muerto, curado una dura enfermedad.

El escritor/ora, se desnuda y se muestra con sus defectos, puede que tenga escoliosis, pies planos, granos, manchas, defectos visuales o la nariz muy grande. No le importará. Quiere que lo aprecies como es, Dios lo ha creado defectuoso, como a todos, es normal y así se quiere y te quiere. Y que te quieran, no lo paga nadie.

Ahora mi gato me observa mientras escribo y ya conoce esta mi locura y disfruta también con ella como la más dulce de las criaturas.

El mundo sigue girando, pero yo me detengo en mis pensamientos inciertos que ordenaré para ti. Bonita tarea cuya recompensa es la publicación y que te lean y aprecien, aunque solamente sea un poco.

Es necesaria la serenidad para redactar muchos textos, la conexión con Dios, a pesar de los pecados, el ánimo por serlo y las revistas o editoriales. Porque un escritor buscará siempre hacerse público, que lo conozcan a él o a sus letras.

Un libro no es un mueble nuevo, es más que eso, es sabiduría y buenos consejos. El mundo hoy es competitivo y crea desgana, te apagas lentamente, pero no cedas, sigue contando cuentos, escribiendo poesía, artículos de opinión, textos de divulgación histórica. Todo lo que interese.

Una buena redacción y ortografía se hacen necesarias, pero aquí me confieso, un escritor de Internet que no diré el nombre, me tiene hechizada con lo que cuenta aunque sus textos no reúnen la calidad ortográfica necesaria. Y esto es porque él tiene que contar, tiene un abanico de cosas interesantes, didácticas. Es un maestro sin mucha preparación académica, pero no deja de ser un buen maestro, a mi parecer.

Seguiremos hablando.

Ser famoso, no es siempre lo importante

Motivos por los que escribes
Aurora Peregrina Varela Rodriguez
jueves, 15 de septiembre de 2016, 08:22 h (CET)
Escribir es una hermosa tarea, realizada de forma individual, que refuerza tus ánimos y alarga tu felicidad. Nunca sabrás sobre los temas que escribirás ni bien las razones, dependen de cada ser, de cada combinación de almas en cada cuerpo. Es una tarea ardua y que arde muy dentro de ti, haciendo que seas de una forma que jamás pensaste ser.

Eres amapola, paloma, caballo corriendo en libertad. Eres promesa de un mundo que cambiará, de cristales que nunca se romperán. Eres testamento, herencia intangible y conocimiento, por cierto. Que no tiemblen tus cimientos en los momentos de componer históricos textos, llenos de fresca agua del más codiciado manantial.

Bailemos juntos, escritor y lectores, pues no somos más que viajantes del viejo tren que se cae, se recompone, arma bulla, y viaja a 70 kmts por hora. Vamos lento, pero seguros de la empatía, de los colores azulados y rojizos, de las nubes que inundan nuestros cerebros y de las ya casi olvidadas promesas de los hermanos mayores. Me honra y te honro con este legado, motivos, cada uno sabrá los suyos, pero no es fácil abrirse un hueco en este mundo, es una batalla campal, una guerra interior y con los millones de lectores que quieras convencer. Millones, y cuántos más, mejor. Y siempre con el convencimiento de que tu obra siempre será tuya.

Como dice mi amigo Marcos:

-Dancemos pues con amor a este arte y vocación que nos llena los labios de estrellas y el corazón de movimiento vibratorio relajante. Vamos a actuar y amar a nuestros seguidores dándole lo mejor de nuestras experiencias y reflexiones tiernas.

A mí, me gusta escribir caminando, con el móvil en mi mano izquierda, de este modo, lentamente y poco a poco las letras salen solas, llenas de errores ortográficos porque la pantalla es pequeña, errores que después corregiré en un documento word de ordenador. Dios quisiera que pudiese enmendar así, también los horrores y equivocaciones que tuve en vida. Escribir es una terapia para el adicto a las letras, con ellas no perjudicas a nadie y pasas un rato, puede que agradable, instantes, puede que llenos de lamentos y remordimientos, puede que con vacíos de talento, puede que armoniosos o algo perezosos. Escribir es contar la vida en historias, fragmentos de momentos malos y buenos, pedazos de suspiros y sentimientos, instantes de ternura y desconsuelo.

Escribir es acariciar la pluma, vibrar con las teclas de tu ordenador, besar el papel, desear que la luna sea azul. Es sentirse libre y liberarse de angustias, agonías, tristezas y sollozos. Si te gusta, redacta con salero, belleza y deseos de agradar a otros, los de sed de lectura y de saber de trozos de vida tuyos y de terceras personas, de música que renace de tu aprendizaje en vida, de fe armónica. Ustedes, los que escriben, son dioses que levantan los ánimos y ayudan a vivir, comunicando sabiduría y acciones de absoluta pulcritud por medio de una letra tras otra, ordenadas lo mejor posible con mayor o menor sabiduría, de la más fina y menos comprendida.

Es reír y saludar al nuevo ser, al nuevo viajante de los libros y ebooks, el interesado en saber más y más, el curioso empedernido que pierde su tiempo valioso en la bienvenida lectura.

Escribes porque crees que así sanarás de tus angustias, tus caprichos se cumplirán de algún modo y despertarás con una sonrisa y también, que te levantarás con tu pie derecho.

Hoy el día promete, hace sol y los árboles yacen inmóviles pero verdes. Los pájaros cantan y hoy, precisamente hoy, estrenarás tu vestido nuevo, de color melocotón y azul turquesa. Te pondrás tus zapatitos blancos y pondrás tu música preferida. Llamarás a ese noble caballero al que amas, aunque quizás este comprometido, y bailarás, nada más que mirándose el uno al otro. No darás más pasos, aunque cuando escribas lo vivido, contarás una hermosa escena de amor en la sala, besos, abrazos y lágrimas, porque será un amor que se va, un amor que nace muerto y que solamente es ilusión.

Él se irá. Realmente sólo hubo baile, aunque él, ya se sabe, se apuntaría a otras cosas. Pero tú eres escritora y para serlo, tal vez debas dejar atrás el cumplir todos tus deseos. Inventarte esa historia inexistente no será más que una demostración de que hubieras podido hacerlo, pero no has querido porque no se lo merecía realmente ese vividor, amargado y quejica acosador, lleno de insatisfacciones y caídas en frío, sin manos amigas, todo falso a su alrededor, salvo tú, en esa dulce noche en que además, llevabas el vestido de color rojo pasión y mismo con el, le invitaste a marchar cuando intento desabotonarte la ropa.

Enhorabuena, lo despediste con una blanca sonrisa y completaste la historia que te estaba invitando a vivir, a solas, sobre el papel húmedo por la caída de tus blancas lágrimas, virginales. Historias que otros leerán pensando que eres una mujer moderna, pero en realidad lo que eres, es escritora.

Yo tengo varios libros escritos y pienso destinarlos a obras de beneficencia, aún no sé bien que haré con ellos. Quizás los done a una Ong. Pero antes debo asesorarme bien para que todo vaya en regla y como yo quiero que vaya. Hasta la fecha, 2016, nada he decidido sobre ella.

Me gustaría que fuese para beneficio de los animales peludines o con plumas. Ya se interesaron varias editoriales en ellos, pero aún no llegue a acuerdo en los parámetros.

Escribes porque crees en Dios, la virgen y los colores, no te pueden males de amores ni mandamientos inciertos y eres yegua corriendo libre por la pradera del viejo museo de arte renacentista.

Eres canción, milagro y paz suprema, que detesta las peleas. Anda ya y canta tu relato desde el cielo y llena los oídos de tantos con tus melodías secretas.

La paz que necesitabas y la armonía interior encuentras en la comunicación verbal y si hay puertas cerradas las abrirás con tu magia de cristales.

Es una profesión competitiva, tu inclinación esta decidida y ya no puedes retroceder ni mirar atrás lo que dejas. Tu cabeza llena de cosas debe vaciarse y se vacía de ese modo tan particular que te hará ganar, puede, la admiración popular.

Ser famoso no es siempre lo importante, pero si lo es tener tu espacio en este mundo. Si lo es estar en ese grupo de gente que cuenta e ilusiona masas, chicos, mujeres, curas y travestis.

Hay historias de todo tipo, selecciona la tuya y comunícasela a la sociedad, puede que enferma, pero siempre sedienta de un refresco. Puede que ingrata, pero hambrienta de un plato de arroz. Puede que injusta, pero lectora. Puede que manipuladora, pero receptora. Puede que como nosotros, o no. Uyuyuyyy, me extiendo en superficialidades, cuando pretendo tocar fondo. Tu fondo, seas lo que seas. Ir al grano, al punto y final. A la conclusión, eso es lo que pretendo.

Finalmente diré que escribes con vergüenza de que te lea tu amor secreto y deje de quererte. Pero escribirás igual aunque se marche y te deje sin fe ni ganas de rezar. Aunque se burle y avergüence de ti, le seguirás lanzando letras como flechas, directo a su maquiavélico corazón de diablo que jamás te amará come te mereces.

Tiene sentido lo que escribo, aunque yo lo vaya perdiendo por el cansancio. E incluso así, seguiré plasmando estas manchas negras a mis anchas y para ti, querido desconocido.

La vida es corta y cada uno la disfruta a su modo, ateniéndose a las circunstancias de las malas y buenas acciones. Escribir siempre será una buena tarea, algo noble, no haces mal a nadie, y sin embargo, vives contando de todo y fortaleciendo espíritus por medio de tus palabras.

Escribir siempre será un logro personal, una meta alcanzada, un difícil trayecto hasta la cabeza del lector, que te animará o no a seguir haciéndolo. Es como ir sobre una alfombra voladora soltando tus letras y llenando los cerebros de la gente, de tantas y tantas cosas. Novedades, caprichos, secretos, muestras de talento, sonrisas y lágrimas amargas. No es conducir bien, pues en este viaje se producen fallos y cometen infracciones, algunas pueden llegar a pasarte una amplia factura, pero debes errar, eres humano. Eres un ser que se equivoca y llora.

No es no saber nadar, pues debes sentirte como pez en el agua, con la mirada fría, el movimiento rítmico y siempre dispuesto a sobrevivir aunque debas comerte a los peces mas pequeños.

Hay que reír a mares. No es tropezar con todas las piedras del camino. Hay que caminar también por terrenos asfaltados, adornados con farolas. No es estar gordo ni delgado, pero si es estar y saber estar, saber descansar a sus horas y sentirse como un vegano, entregado a su idea.

No es esconderse debajo de la mesa para que tus primos no te vean ni romper con ira los platos de tu cocina. No es enamorarse de todos, pero si de los justos por necesarios. Ni es no andar con tacones, porque esos zapatos lucen, te visten e impactan. Tampoco es dejar de hacerlo, eso es el final del escritor que al igual que un actor de teatro querrá morir sobre el escenario. No será nunca no aportar tus gramos de arena al necesitado de alimento y afecto, sea persona o animal.

Ser escritor nunca va a ser dejar de creer en el amor, aunque llegue tarde y te resulte por veces odioso porque ya eres mayor. Ni pensar en tus penas y fracasos de forma recurrente y traumática, ni perderlo todo ante una frustración inesperada que te sale al encuentro para hacerte desear lo peor. Solamente sabe lo que es, el que escribe, el que expresa sus meditaciones y creando va narraciones dulces y amargas, mejores y peores.

Escribir es disfrutar con todo lo que te corresponde con o sin derecho. Es ser rana, elefante, perro, gato o bien tu mismo o una tercera persona. Es sentir melancolía, respirar profundamente seleccionando los espacios de aire que deseas, abrir tus ojos y ver a través de los ventanales de tu casa como los ancianos pasean a los perros, las madres estrenan hijos, los camareros sirven copas. Escribir, es necesario tener experiencia para hacerlo, y experiencias también.

Es preciso ser reflexivo, amante del otro, desear el buen tiempo y la soledad. Necesitarás haber sentido lamentos, haber llorado por algún muerto, curado una dura enfermedad.

El escritor/ora, se desnuda y se muestra con sus defectos, puede que tenga escoliosis, pies planos, granos, manchas, defectos visuales o la nariz muy grande. No le importará. Quiere que lo aprecies como es, Dios lo ha creado defectuoso, como a todos, es normal y así se quiere y te quiere. Y que te quieran, no lo paga nadie.

Ahora mi gato me observa mientras escribo y ya conoce esta mi locura y disfruta también con ella como la más dulce de las criaturas.

El mundo sigue girando, pero yo me detengo en mis pensamientos inciertos que ordenaré para ti. Bonita tarea cuya recompensa es la publicación y que te lean y aprecien, aunque solamente sea un poco.

Es necesaria la serenidad para redactar muchos textos, la conexión con Dios, a pesar de los pecados, el ánimo por serlo y las revistas o editoriales. Porque un escritor buscará siempre hacerse público, que lo conozcan a él o a sus letras.

Un libro no es un mueble nuevo, es más que eso, es sabiduría y buenos consejos. El mundo hoy es competitivo y crea desgana, te apagas lentamente, pero no cedas, sigue contando cuentos, escribiendo poesía, artículos de opinión, textos de divulgación histórica. Todo lo que interese.

Una buena redacción y ortografía se hacen necesarias, pero aquí me confieso, un escritor de Internet que no diré el nombre, me tiene hechizada con lo que cuenta aunque sus textos no reúnen la calidad ortográfica necesaria. Y esto es porque él tiene que contar, tiene un abanico de cosas interesantes, didácticas. Es un maestro sin mucha preparación académica, pero no deja de ser un buen maestro, a mi parecer.

Seguiremos hablando.

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