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Antonio Pérez Gómez

Individualidades vs conjunto

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Que el Barça posee algunas de las mejores individualidades del mundo es un hecho. El mismísimo Messí es, indiscutiblemente, uno de los mejores futbolistas del mundo; no creo que haya otro jugador en el orbe con la visión de juego de Xavi, e Ibra es probablemente uno de los delanteros con más clase del planeta.

Pero la fortaleza del Barça es y será su juego de conjunto. Su juego solidario y combinativo. Con semejante concepción vital, no es de extrañar que a esa maquinaria le cambies un importante tornillo (aunque sea un tornillo espectacularmente torneado, fundamental para el conjunto…un cacho tornillo, vamos) por otro tornillo de menos precio pero de igual función, y siga funcionando la maquinaria tan bien como con la anterior pieza. Lo vimos el martes contra el poderoso Inter. En la primera parte, la gente se frotaba los ojos. Sin Ibra y sin Messi, el FC Barcelona fue igual de efectivo y espectacular que con ellos. Sus sustitutos, presuntamente menos talentosos en su fuero interno, ofrecieron sin embargo la misma entrega y la misma funcionalidad que los sustituidos. El mismo espectáculo, el mismo toque, la misma efectividad. ¡Guardiola, hijo mío, la que has liado en el mundo del balompié!

Pero llega el derby, ahora llamado clásico. Este choque siempre llega mal para el Madrid y el Barça. Siempre que alguno de ellos no esté fatal y sea este partido su forma de reivindicarse, claro. El FC Barcelona llega con esa vitola de invencible conjunto por encima de individualidades concretas, con ese aire triunfador que le da el haberse repuesto de dos ausencias tan fundamentales. Pero no nos engañemos, más allá de la confianza que da el saber que juegue quien juegue lo puede hacer igual de bien, Messi e Ibra van a estar a un 80%. Como mucho.

En el otro rincón está el Madrid. Líder, sí. Hay que joderse, este Madrid, líder. Líder de la liga y de su grupo de Champions, además. Un equipo en construcción que funciona a ritmo de los golpetazos de inspiración de uno u otro jugador. Hasta hace dos meses era Cristiano, luego Raúl, ahora Higuaín…La individualidad es la única esperanza del Madrid. Porque el juego en conjunto no ofrece comparación alguna con el del Barça. Perdón, no es que no ofrezca, es que no pude haberla. En un equipo la hay, en la otra, directamente no existe. Y en esa comparación de individuales creo que gana el conjunto blanco. Pensemos, por ejemplo, en sus máximas figuras. Reflexionemos sobre la disyuntiva Messi - Cristiano. Messi es Messi porque el Barçá es el Barça, no lo olvidemos. El pequeño argentino puede llevarse todos los balones de oro que quieran, pero su triunfo individual se cimenta y explica por el juego del Barça. Y, si no, fíjense en su aportación a la albiceleste. Cristiano, sin embargo, es otra cosa. Sin él su equipo no funciona. Y él siempre está bien, independientemente de cómo esté su equipo. Va más a su aire, es más “individualidad”

Iré más allá. Aunque parezca mentira, en la comparación entre ambas escuadras jugador por jugador (quizás estéril, pero muy lúdica), el Madrid puede ganar al Barça. Veamos una posible alineación para el domingo. En la portería, Casillas es mucho mejor que Valdés. En defensa, los laterales derechos son muy parejos. Alves aporta más porque el conjunto es más fuerte, puede subir más al ataque porque tiene una misión más específica y tiene las espaldas más cubiertas; pero Ramos, ese bombero apagalotodo, es uno de los mejores defensas de Europa, a pesar de que los últimos esquemas tácticos no sean lo mejor para sus características. En el otro lado del lateral, el polivalente Arbeloa, incluso a banda cambiada es mucho mejor que Maxwell. El primero tiene una experiencia y lleva una trayectoria con el Valencia impoluta, y el segundo no pasa de ser un defensa aseadito. En los centrales, tampoco se imponen los catalanes a los madrileños. Piqué comparte presencias con Albiol en le centro d el zaga de España. El catalán es más explosivo y técnico, pero el valenciano es mejor central. Pepe, considerado como uno de los 3 mejores centrales del mundo, es tan bueno o mejor que el incombustible Puyol, que va a acumulando tanta experiencia como años en sus potentes piernas. En el centro del campo, Xavi es más escurridizo y mejor pasador que X. Alonso, pero el vasco es más potente y un centrocampista más completo. Lass es mejor que cualquier ser humano en su posición de pivote defensivo. Se le compare con quien se le compare, incluso con el maravilloso Touré, con sus efectivas y sorpresivas subidas al ataque. No me creo que Marcelo resista una mínima comparación con Iniesta, a pesar de su gratificante adaptación al puesto de interior. En la otra banda, Cristiano y Messi son semejantes. Cristiano 100% quizás es mejor que Messi 100%, pero nadie sabe como van a llegar exactamente. Y en la delantera, Ibra, aunque no esté a tope, es mucho mejor que Benzemá, sí. Pero Kaká es mejor que un Henry ya claramente en declive.

Sin embargo, afortunadamente para el Barça y para desgracia del Madrid, el fútbol no es sólo una suna de individualidades. Cualquier cosa puede pasar. Esperemos que reine la cordura y se va un bonito espectáculo de fútbol.

Individualidades vs conjunto

Antonio Pérez Gómez
Antonio Pérez Gómez
viernes, 27 de noviembre de 2009, 05:49 h (CET)
Que el Barça posee algunas de las mejores individualidades del mundo es un hecho. El mismísimo Messí es, indiscutiblemente, uno de los mejores futbolistas del mundo; no creo que haya otro jugador en el orbe con la visión de juego de Xavi, e Ibra es probablemente uno de los delanteros con más clase del planeta.

Pero la fortaleza del Barça es y será su juego de conjunto. Su juego solidario y combinativo. Con semejante concepción vital, no es de extrañar que a esa maquinaria le cambies un importante tornillo (aunque sea un tornillo espectacularmente torneado, fundamental para el conjunto…un cacho tornillo, vamos) por otro tornillo de menos precio pero de igual función, y siga funcionando la maquinaria tan bien como con la anterior pieza. Lo vimos el martes contra el poderoso Inter. En la primera parte, la gente se frotaba los ojos. Sin Ibra y sin Messi, el FC Barcelona fue igual de efectivo y espectacular que con ellos. Sus sustitutos, presuntamente menos talentosos en su fuero interno, ofrecieron sin embargo la misma entrega y la misma funcionalidad que los sustituidos. El mismo espectáculo, el mismo toque, la misma efectividad. ¡Guardiola, hijo mío, la que has liado en el mundo del balompié!

Pero llega el derby, ahora llamado clásico. Este choque siempre llega mal para el Madrid y el Barça. Siempre que alguno de ellos no esté fatal y sea este partido su forma de reivindicarse, claro. El FC Barcelona llega con esa vitola de invencible conjunto por encima de individualidades concretas, con ese aire triunfador que le da el haberse repuesto de dos ausencias tan fundamentales. Pero no nos engañemos, más allá de la confianza que da el saber que juegue quien juegue lo puede hacer igual de bien, Messi e Ibra van a estar a un 80%. Como mucho.

En el otro rincón está el Madrid. Líder, sí. Hay que joderse, este Madrid, líder. Líder de la liga y de su grupo de Champions, además. Un equipo en construcción que funciona a ritmo de los golpetazos de inspiración de uno u otro jugador. Hasta hace dos meses era Cristiano, luego Raúl, ahora Higuaín…La individualidad es la única esperanza del Madrid. Porque el juego en conjunto no ofrece comparación alguna con el del Barça. Perdón, no es que no ofrezca, es que no pude haberla. En un equipo la hay, en la otra, directamente no existe. Y en esa comparación de individuales creo que gana el conjunto blanco. Pensemos, por ejemplo, en sus máximas figuras. Reflexionemos sobre la disyuntiva Messi - Cristiano. Messi es Messi porque el Barçá es el Barça, no lo olvidemos. El pequeño argentino puede llevarse todos los balones de oro que quieran, pero su triunfo individual se cimenta y explica por el juego del Barça. Y, si no, fíjense en su aportación a la albiceleste. Cristiano, sin embargo, es otra cosa. Sin él su equipo no funciona. Y él siempre está bien, independientemente de cómo esté su equipo. Va más a su aire, es más “individualidad”

Iré más allá. Aunque parezca mentira, en la comparación entre ambas escuadras jugador por jugador (quizás estéril, pero muy lúdica), el Madrid puede ganar al Barça. Veamos una posible alineación para el domingo. En la portería, Casillas es mucho mejor que Valdés. En defensa, los laterales derechos son muy parejos. Alves aporta más porque el conjunto es más fuerte, puede subir más al ataque porque tiene una misión más específica y tiene las espaldas más cubiertas; pero Ramos, ese bombero apagalotodo, es uno de los mejores defensas de Europa, a pesar de que los últimos esquemas tácticos no sean lo mejor para sus características. En el otro lado del lateral, el polivalente Arbeloa, incluso a banda cambiada es mucho mejor que Maxwell. El primero tiene una experiencia y lleva una trayectoria con el Valencia impoluta, y el segundo no pasa de ser un defensa aseadito. En los centrales, tampoco se imponen los catalanes a los madrileños. Piqué comparte presencias con Albiol en le centro d el zaga de España. El catalán es más explosivo y técnico, pero el valenciano es mejor central. Pepe, considerado como uno de los 3 mejores centrales del mundo, es tan bueno o mejor que el incombustible Puyol, que va a acumulando tanta experiencia como años en sus potentes piernas. En el centro del campo, Xavi es más escurridizo y mejor pasador que X. Alonso, pero el vasco es más potente y un centrocampista más completo. Lass es mejor que cualquier ser humano en su posición de pivote defensivo. Se le compare con quien se le compare, incluso con el maravilloso Touré, con sus efectivas y sorpresivas subidas al ataque. No me creo que Marcelo resista una mínima comparación con Iniesta, a pesar de su gratificante adaptación al puesto de interior. En la otra banda, Cristiano y Messi son semejantes. Cristiano 100% quizás es mejor que Messi 100%, pero nadie sabe como van a llegar exactamente. Y en la delantera, Ibra, aunque no esté a tope, es mucho mejor que Benzemá, sí. Pero Kaká es mejor que un Henry ya claramente en declive.

Sin embargo, afortunadamente para el Barça y para desgracia del Madrid, el fútbol no es sólo una suna de individualidades. Cualquier cosa puede pasar. Esperemos que reine la cordura y se va un bonito espectáculo de fútbol.

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