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Valia Merino encabeza la oposición a Rosa Díez

UPyD, la alternativa socialdemócrata (I)

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Arrancó hoy por la tarde entre broncas, alguna de ellas incluso grabada con tecnología móvil, el I Congreso Nacional de UpyD, que finalmente no fue suspendido cautelarmente como solicitaron judicialmente varios de los militantes expedientados por la dirección de la formación magenta. Y es que hay dos candidaturas. Valia Merino, militante de UpyD Madrid en el distrito de Chamartín, encabeza la alternativa a Rosa Díez.

Almudena Negro / Enviada especial

En realidad, pese a haber alcanzado un 26,9% de los votos emitidos para elegir la mesa del Congreso (297 a 80), poco o nada tienen que hacer los disconformes. Aunque no es menos cierto que si la candidatura de la disidencia consiguiera alcanzar el 30% de los votos en la elección final sería todo un éxito. Al fin y a la postre Valia es un desconocido que se enfrenta a uno de los políticos más populares de España: Rosa Díez, a quien nadie, sin ser cicatero, puede negar su valor y decisión a la hora de enfrentarse, como también hicieran ausentes como Mikel Buesa, a los que eran sus compañeros de partido cuando José Luis Rodríguez Zapatero decidió que una segunda Transición que lo consolidara en el poder por décadas pasaba por una negociación de tú a tú con la organización terrorista ETA y con la conversión del socialismo “à la PSC” hacia el nacionalismo socialista. Habrá que esperar al domingo para conocer los resultados finales. Se espera por ambas partes, o eso dicen, que Díez finalmente gane pero no arrase.

El tema de la disidencia, por cierto, el más comentado en la cafetería. “Si toman el partido en Madrid, toman el partido”, le contaba un joven madrileño, consciente de que la inmensa mayoría de la militancia de UPyD es de la capital, a un delegado catalán. En la mesa de al lado tres caballeros ya entrados en años debatían sobre Lenin, Trotski y Azaña. Al fondo, más jóvenes –muchísimo joven en UPyD- hablan del programa Erasmus. Lo normal. Ramón Marcos y Martínez Gorriarán no gustan a casi nadie. Ni a los que públicamente lo confiesan, ni a los discretos que en privado te cuentan que ambos dos forman una pareja autoritaria que ha cometido los numerosos errores que han desembocado en la crisis que UPyD ha vivido estos últimos meses. Ramón Marcos y Juan Luis Fabo impidieron por la mañana el acceso al recinto a miembros de la candidatura alternativa, que denuncian haber sido increpados por la organización. Disidencia que denuncia las formas “de checa” de la dirección de UPyD y que no se ha permitido a sus apoderados estar en las mesas de votaciones. “Vergonzoso y bochornoso”, me cuentan.

Significativo me parece a mí, qué quieren que les diga, el giro de UPyD, que en teoría nació como “partido transversal” y algunos decían que hasta liberal, hacia el socialismo clásico, tradicional y, por tanto, jacobino y furibundamente antinacionalista. Deriva natural que estaba cantada desde hacía meses. Militancia manda y, al fin y al cabo, Rosa Díez, quien denuncia, con toda la razón, que “ni PSOE ni PP son capaces de defender una posición común en todo el territorio, sólo se han puesto de acuerdo en no tocar la Ley Electoral, repartirse los cargos del Consejo General del Poder Judicial y dar dinero (sin control) a los bancos”, jamás ha renegado de su ideología. En ella no se ha producido la evolución hacia el liberalismo de tantos y tantos otros que antaño fueron compañeros de viaje en eso del marxismo/maoísmo primero y la socialdemocracia después. Por el Palacio de Exposiciones y Congresos de la Castellana desfilaron ayer los fantasmas de un elocuente Álvaro Pombo quien, después de afirmar que la exigencia perfección [en esta vida] es totalitaria –yo más bien diría utópica o ideológica-, ponía a la misma altura el nacional-socialismo y el catolicismo [que habla de la perfección en otro mundo], sin decir ni una sola palabra del comunismo ó socialismo real. Para algunos lo de detrás del muro aún hay que taparlo. Fernando Savater, que mencionó como signo de identidad de la formación magenta el laicismo, que no la laicidad, defendía que UPyD es “el partido de los ciudadanos y no de los territorios”, más no pronunciaba en su discurso la palabra libertad. Igualdad, igualdad. Más del socialismo clásico. Sosa Wagner, brillante y moderado, hizo un discurso netamente socialdemócrata e incluso se atrevió a alabar al checo Havel.

Y después de los discursos se terminó lo que se daba para la prensa. Porque, ¿sabían ustedes que los debates ideológicos, lo realmente interesante de un congreso político, se van a producir a puerta cerrada? Demasiado miedo a exponer al público las diferencias, que las hay y muchas. Lamentablemente nos quedaremos sin saber qué pasa en el debate de las 25 enmiendas a la totalidad y las más de 3.700 enmiendas parciales presentadas por los militantes. Sólo conoceremos vía nota de prensa el resultado. Una lástima y un error. Por cierto, el informe de gestión de la directiva saliente fue aprobado por 341 votos a favor, 57 “noes” y 43 abstenciones. Mañana se vuelven a encerrar a debatir. Se lo contaré el lunes.

UPyD, la alternativa socialdemócrata (I)

Valia Merino encabeza la oposición a Rosa Díez
Almudena Negro
viernes, 20 de noviembre de 2009, 22:36 h (CET)
Arrancó hoy por la tarde entre broncas, alguna de ellas incluso grabada con tecnología móvil, el I Congreso Nacional de UpyD, que finalmente no fue suspendido cautelarmente como solicitaron judicialmente varios de los militantes expedientados por la dirección de la formación magenta. Y es que hay dos candidaturas. Valia Merino, militante de UpyD Madrid en el distrito de Chamartín, encabeza la alternativa a Rosa Díez.

Almudena Negro / Enviada especial

En realidad, pese a haber alcanzado un 26,9% de los votos emitidos para elegir la mesa del Congreso (297 a 80), poco o nada tienen que hacer los disconformes. Aunque no es menos cierto que si la candidatura de la disidencia consiguiera alcanzar el 30% de los votos en la elección final sería todo un éxito. Al fin y a la postre Valia es un desconocido que se enfrenta a uno de los políticos más populares de España: Rosa Díez, a quien nadie, sin ser cicatero, puede negar su valor y decisión a la hora de enfrentarse, como también hicieran ausentes como Mikel Buesa, a los que eran sus compañeros de partido cuando José Luis Rodríguez Zapatero decidió que una segunda Transición que lo consolidara en el poder por décadas pasaba por una negociación de tú a tú con la organización terrorista ETA y con la conversión del socialismo “à la PSC” hacia el nacionalismo socialista. Habrá que esperar al domingo para conocer los resultados finales. Se espera por ambas partes, o eso dicen, que Díez finalmente gane pero no arrase.

El tema de la disidencia, por cierto, el más comentado en la cafetería. “Si toman el partido en Madrid, toman el partido”, le contaba un joven madrileño, consciente de que la inmensa mayoría de la militancia de UPyD es de la capital, a un delegado catalán. En la mesa de al lado tres caballeros ya entrados en años debatían sobre Lenin, Trotski y Azaña. Al fondo, más jóvenes –muchísimo joven en UPyD- hablan del programa Erasmus. Lo normal. Ramón Marcos y Martínez Gorriarán no gustan a casi nadie. Ni a los que públicamente lo confiesan, ni a los discretos que en privado te cuentan que ambos dos forman una pareja autoritaria que ha cometido los numerosos errores que han desembocado en la crisis que UPyD ha vivido estos últimos meses. Ramón Marcos y Juan Luis Fabo impidieron por la mañana el acceso al recinto a miembros de la candidatura alternativa, que denuncian haber sido increpados por la organización. Disidencia que denuncia las formas “de checa” de la dirección de UPyD y que no se ha permitido a sus apoderados estar en las mesas de votaciones. “Vergonzoso y bochornoso”, me cuentan.

Significativo me parece a mí, qué quieren que les diga, el giro de UPyD, que en teoría nació como “partido transversal” y algunos decían que hasta liberal, hacia el socialismo clásico, tradicional y, por tanto, jacobino y furibundamente antinacionalista. Deriva natural que estaba cantada desde hacía meses. Militancia manda y, al fin y al cabo, Rosa Díez, quien denuncia, con toda la razón, que “ni PSOE ni PP son capaces de defender una posición común en todo el territorio, sólo se han puesto de acuerdo en no tocar la Ley Electoral, repartirse los cargos del Consejo General del Poder Judicial y dar dinero (sin control) a los bancos”, jamás ha renegado de su ideología. En ella no se ha producido la evolución hacia el liberalismo de tantos y tantos otros que antaño fueron compañeros de viaje en eso del marxismo/maoísmo primero y la socialdemocracia después. Por el Palacio de Exposiciones y Congresos de la Castellana desfilaron ayer los fantasmas de un elocuente Álvaro Pombo quien, después de afirmar que la exigencia perfección [en esta vida] es totalitaria –yo más bien diría utópica o ideológica-, ponía a la misma altura el nacional-socialismo y el catolicismo [que habla de la perfección en otro mundo], sin decir ni una sola palabra del comunismo ó socialismo real. Para algunos lo de detrás del muro aún hay que taparlo. Fernando Savater, que mencionó como signo de identidad de la formación magenta el laicismo, que no la laicidad, defendía que UPyD es “el partido de los ciudadanos y no de los territorios”, más no pronunciaba en su discurso la palabra libertad. Igualdad, igualdad. Más del socialismo clásico. Sosa Wagner, brillante y moderado, hizo un discurso netamente socialdemócrata e incluso se atrevió a alabar al checo Havel.

Y después de los discursos se terminó lo que se daba para la prensa. Porque, ¿sabían ustedes que los debates ideológicos, lo realmente interesante de un congreso político, se van a producir a puerta cerrada? Demasiado miedo a exponer al público las diferencias, que las hay y muchas. Lamentablemente nos quedaremos sin saber qué pasa en el debate de las 25 enmiendas a la totalidad y las más de 3.700 enmiendas parciales presentadas por los militantes. Sólo conoceremos vía nota de prensa el resultado. Una lástima y un error. Por cierto, el informe de gestión de la directiva saliente fue aprobado por 341 votos a favor, 57 “noes” y 43 abstenciones. Mañana se vuelven a encerrar a debatir. Se lo contaré el lunes.

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