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La guinda del ministro Guindos con su amigo Soria por el asuntillo del
Banco Mundial tiene un fuerte sabor a gusanillo que asoma su figura por la
manzana podrida; y a pesar de ello es casi seguro que las huestes de
Mariano Rajoy volverán a ganar en las elecciones que casi con toda
probabilidad se celebrarán el próximo día dieciocho de diciembre.
Y es que al otro lado de la derecha existe un batiburrillo de intereses
por coger un sillón en el futuro Consejo de Ministros de España que haría
sonrojar al más pintado.
Ahí tienen ustedes a Pedro Sánchez estableciendo una ronda de
contactos con todos los partidos del arco parlamentario, a excepción de
Bildu, para intentar convertirse en el desatascador mayor del Reino; hasta
por hablar lo ha hecho con el prescindible Rajoy, todo sea por la patria.
De repente, sin que nadie le haya postulado para ser investido como
Presidente, se ha puesto a marear la perdiz subido en una noria de contactos
que abarca desde el PP al infinito mundo del Grupo Mixto; él va diciendo
que no pretende nada, y a uno le asalta la duda, creo que razonable, de
sospechar que va ganando tiempo para resistir de forma numantina en la
sillita de Secretario General del PSOE acompañado de sus lugartenientes
Hernando y Luena.
Los próximos resultados electorales en Galicia y Euskadi podrían ser
el puntillazo de su negativa gestión al frente de su responsabilidad actual;
intentar conseguir la cuadratura de círculo, o sea, que Ciudadanos, socio de
pactos con PSOE y PP, acceda mediante una abstención a aupar a Podemos
al gobierno de España se me antoja altamente difícil a no ser que el partido
“naranja” desee totalmente el suicidio político; y si no es así, ¿acaso
pretende el amigo Sánchez pactar con el separatismo catalán a cualquier
precio?
Tal vez lo deseable sería que siguiéramos con un gobierno en
funciones por tiempo indefinido ya que, según datos fiables, la cuestión
económica no va marchando del todo mal y, por ello, la caca sería mejor no
menearla, dice un servidor.
www.josegarciaperez.es
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.
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