WASHINGTON -- Una de las pocas afirmaciones incontestables que se pueden hacer es que nadie es partidario del aborto obligatorio.
Pero aún así los abortos forzados, como la esterilización no consentida, son corrientes en China con independencia de las protestas de Pekín. Mientras el Partido Comunista Chino insiste en que los abortos son voluntarios dentro de la política que sigue la nación de tener un hijo por pareja, la documentación electrónica sacada del país recientemente de contrabando cuenta una historia diferente.
Los congresistas de la Comisión Tom Lantos de Derechos Humanos escucharon parte de ese relato el martes, dos días antes de que el Presidente Obama saliera rumbo a Asia en visita oficial, China incluida, para discutir asuntos económicos. Entre las pruebas aportadas por dos organizaciones de derechos humanos, ChinaAid y Women's Rights Without Frontiers, hay historias de embarazadas a las que esencialmente se les da caza y son obligadas a someterse a la cirugía o a trabajos forzados.
Reggie Littlejohn, fundadora y presidenta del colectivo Frontiers, contaba a la Comisión que la política china de un hijo por pareja "provoca más violencia contra las mujeres y las niñas que ninguna otra política oficial sobre la Tierra."
Me reuní con Littlejohn durante el desayuno de la víspera de la audiencia. Esposa y madre menuda -- así como licenciada por Yale en Derecho – Littlejohn dejaba el ejercicio de su profesión en la especialidad de propiedad intelectual en San Francisco después de que una enfermedad crónica la convirtiera en activista a jornada completa por las mujeres chinas. Es notablemente optimista teniendo en cuenta la información que ha absorbido. La acción, dice, es su forma de hacer frente a lo excesivo.
He aquí la duda que Littlejohn insiste en que consideremos: ¿Qué es lo que realmente le sucede a una mujer que no tiene "licencia de alumbramiento" y que tiene un embarazo "sin permiso"?
La respuesta es simple y brutal: Una embarazada sin licencia tiene que entregar a su hijo no nato a los funcionarios del gobierno, al margen del mes de desarrollo.
Los abortos más allá del séptimo mes son problemáticos, pero los chinos son conocidos por ser eficaces. En una página web de obstetras y ginecólogos chinos, los médicos intercambiaban hace poco consejos en una entrada de debate desapasionado titulada: "¿Qué pasa si el niño todavía vive después del parto forzado? ChinaAid facilita una traducción de la entrada en torno a un feto de ocho meses que sobrevivió al aborto.
"Xuexia" escribe: "En realidad, habría que perforar el cráneo del feto." Otro participante, "Damohuyang," escribe que la mayoría de los fetos extraídos más allá del séptimo mes fallecen durante el parto forzado, algunos viven y "son abandonados en las papeleras. Algunos todavía aguantan de uno a dos días.”
Siendo sinceros, parte de los médicos que participaban en el foro expresaban inquietud por los derechos de la infancia. Otros sin embargo sólo estaban preocupados por las posibles implicaciones legales. Técnicamente, matar un niño en China es ilegal, me siento aliviada de poder decir, pero los imperativos de la planificación familiar se imponen muchas veces. Según un informe del año 2009 del Departamento de Estado, los incentivos monetarios y las penas pecuniarias están sujetos a los objetivos de población, creando lo que vienen a ser recompensas por la descendencia abortada.
Apenas el pasado julio, los funcionarios de la Comisión Nacional de Planificación Familiar y Control de la Población de China anunciaban que la política de un hijo por pareja "será implantada estrictamente como medio de controlar los nacimientos durante las próximas décadas," según Xinhuá, la agencia de noticias estatal.
La violencia de estos procedimientos no sólo mata al niño en ciertos casos. En dos de los casos descritos en un documento filtrado este pasado agosto, también las madres fallecieron. Las que discrepan, mientras tanto, son procesadas.
Tal ha sido el destino del activista Chen Guangcheng, que está cumpliendo una pena de cuatro años de prisión por dar a conocer al mundo 130.000 casos de abortos forzados y esterilizaciones no consentidas en el condado de Linyi, provincia de Shandong, en el año 2005. Elegido por la revista Time como una de las 100 personas más importantes del año 2006 "en modelar nuestro mundo," Guangcheng, que está ciego, fue gravemente apaleado y se le negó la atención médica durante el año posterior, según una información de Amnistía Internacional.
La política china de un hijo por pareja ha generado otros problemas que amenazan a las mujeres y las niñas. La predilección por tradición por los hijos varones ha significado que los abortos por selección del sexo del niño acaban generando un desequilibrio de sexos en la población. En la actualidad, los varones en China superan a las mujeres en 37 millones de habitantes, una disparidad que se ha convertido en la fuerza motriz detrás de la esclavitud sexual en Asia. Agravando el desequilibrio, alrededor de 500 mujeres se suicidan en China a diario -- el índice de suicidios más elevado del mundo, que Littlejohn atribuye en parte a una planificación familiar draconiana.
Evidentemente, Estados Unidos se encuentra en una delicada posición con China, nuestro segundo mayor socio comercial y el mayor titular de nuestra deuda pública. Pero Littlejohn tiene esperanzas de que Obama "represente de verdad los valores estadounidenses, incluyendo nuestro firme compromiso con los derechos humanos." También insta a los colectivos Demócratas Planned Parenthood y NARAL a pronunciarse a favor de la libertad reproductiva en China.
En este extremo, ambas partes del asunto del aborto estarán de acuerdo: El aborto forzado no es ninguna elección. Apartar nuestra mirada de los horribles abusos de China contra la mujer sí.