Las amistades peligrosas de Florentino Pérez y su ‘recadero’ Jorge Valdano tienen estas cosas. Resulta que el Real Madrid, que es un club señor, también es un ágora de ambiciones que va dejando cadáveres para seguir alimentando eso que llaman historia viva.

Y es que, no hace mucho tiempo, los mismos señores que hoy mandan en el Real decidieron instalar el glamour como santo y seña de la casa (y así les fue al final). Para ello no tuvieron mejor ocurrencia que contratar a un tío, portugués para más señas, que andaba presumiendo de pose y de corbatas por Manchester. Un portugués que quería hacerse el interesante, vaya. Su nombre… Carlos Queiroz.

Qué casualidad que el tal Queiroz salió por la puerta de atrás y a gorrazos de un Bernabéu que nunca entendió a un tipo que no debería de haber salido de una valla publicitaria de grandes almacenes para vender trajes de alta costura. Pero aquello no sólo no se le olvidó a Queiroz sino que estos años ha ido alimentado esa inquina hacia el Real Madrid que le hace ahora tan peligroso.

La última es calentita, de hace unas horas. El señor Queiroz sigue consumando su venganza llamando de nuevo con Portugal al crack Ronaldo, un Cristiano lesionado que, si juega, pone en riesgo incluso su carrera deportiva. El Madrid ha activado los resortes para que los propios médicos lusos vengan a Madrid, aunque la FIFA es el resquicio para que Queiroz pueda salirse con la suya y llevarle de viaje a su país.

Florentino y Valdano alimentaron a la ‘bestia’ años atrás y ahora están a punto de ser devorados por un astuto estratega que detrás de una corbata y camisa de seda esconde un rostro de antimadridista voraz e implacable. Es más, éste es de los que ponen velas en su mesilla de noche para que el Alcorcón le meta otros cuatro al Madrid.

Pero bueno, ésa es otra película. El Madrid no sólo está perdiendo dinero con la ausencia temporal de Ronaldo, es que como deje a Queiroz salirse con la suya los blancos van a hacer de su negocio una ruina y encima la organización del Mundial 2018 España-Portugal podría saltar por los aires por este asunto, que ya sabemos que estas cosas del fútbol acaban siendo asunto de Estado.

Como juegue Cristiano contra Bosnia y le pase algo a su tobillo de oro, la batalla de Aljubarrota de 1385 entre castellanos y angloportugueses va a ser una tontería, porque entonces la guerra será total. Y en ella no sólo hay personas –en este caso Ronaldo, que debería ser lo único importante-, hay dinero, mucho dinero, y los sueños de muchos aficionados en juego. Que impere la cordura porque este tema puede acabar peor que Malamadre en Celda 211…