El acuerdo que han firmado el Partido Popular y Ciudadanos es un absurdo.
Aunque es de agradecer la predisposición que han tenido ambos partidos para llegar a
acuerdos y eso hay que reconocerlo, el acuerdo es un enorme e inmenso absurdo.
Las 150 medidas para los que no somos precisamente admiradores de la socialdemocracia son
entre cuestionables y desesperantes pero son lo que son y no es mi intención, por ahora,
cuestionar la base ideológica sobre la que se desarrolla este paquete de propuestas.
El absurdo de este pacto está directamente en la raíz del mismo.
La memoria económica sobre la que se desarrollan todas las medidas es falsa.
La previsión de ingresos sobre la que han justificado todo el desarrollo del acuerdo es una
mentira más grande que las catedrales de Burgos y Santiago de Compostela juntas.
Hacer un presupuesto y que cuadre es la cosa más sencilla del mundo. Es más, yo puedo
hacerles en 3 minutos un plan por el que una servidora con su sueldo de directora comercial el
mes que viene se podrá comprar un yate de tres plantas, dos piscinas y discoteca incluida pero
la realidad es que no podría pagar ni la boya más pequeña.
El papel lo aguanta todo y es sólo cuestión de jugar al “cuento de la lechera” y esto, es lo que
han hecho PP y Ciudadanos para tener un papel firmado con el que poder hacerse la foto y
darse mucho, pero que mucho autobombo.
La realidad es que las previsiones no llegarán ni a la mitad de lo que han estimado, lo que haría
inviable la aplicación de la mayor parte de las medidas que han propuesto.
Ha presupuestado unos 1000 millones de euros que se recuperarían de derogar la amnistía
fiscal del 2012. Salvo por el pequeño detalle de que no se puede regular retroactivamente por
aquella tontería de la inseguridad jurídica y de que ya estaba contemplada en la contabilidad
de ese año por lo que lo único que tendríamos sería un asiento contable, salvo por todo eso
¡perfecto! No sirve para nada, no aportaría un euro extraordinario, pero oye, los chicos se han
esforzado.
Luego está la cifra que se va a obtener luchando contra el fraude. Es evidente que hay que
luchar contra el fraude. Lo que es manifiestamente cuestionable es la capacidad que tienen
algunos iluminados profesionales de la economía de poner cifras a algo que ni está registrado
ni cuantificado en ningún sitio.
Vamos que puede usted decir que luchando contra el fraude va a obtener de ingresos 20€,
20millones o 20 trillones de trillones. A placer, es cuestión de seguir jugando al “cuento de la
lechera”.
El incremento de la recaudación por las reformas impositivas es ya para pasar un buen rato y
poder echarse unas risas porque si pretendes tomártelas en serio lo llevas claro.
Muy de políticos, aumento un impuesto (en este caso el de Sociedades) y recaudo más.
Claro, es evidente. Todos sabemos que las grandes empresas a las que afecta este impuesto
están atadas a suelo patrio con cadenas irrompibles y podemos apretarlas y estrujarlas hasta el
último eurito que tengan suelto por los cajones de sus oficinas.
¡Un año! Un año, si llega, es todo el tiempo en el aumentaría la recaudación. Lo que tarden
estas empresas en moverse a otro país donde generar empleo y riqueza que nosotros no
necesitamos porque al fin y al cabo, ¡tenemos políticos!
Me imagino que aquello de la Curva de Laffer que demostraba que subiendo los impuestos no
se tiene porque recaudar más ya ha sido superado por alguna nueva teoría de estos genios de
las finanzas modernas que tenemos por políticos.
¡No puedo ni creerme lo afortunados que somos de tenerlos ahí, dirigiendo los destinos de
nuestro país!
Estoy trabajando en un próximo artículo en el que explico mis opiniones sobre parte de las
medidas de este acuerdo y el motivo por el que las considero perjudiciales pero si el acuerdo
está basado en unas previsiones de ingresos irreales y es impracticable lo mejor será desde ya
hacerle una enmienda a la totalidad.
¡Señor qué castigo!