Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas
Teresa Antequera Cerverón, del programa: «La radioactividad»

El desarme nuclear total, un serio problema

|

La Unión Soviética fabricó entre 1945 y 1991 45.000 bombas nucleares, de las cuales 715 estallaron principalmente en dos áreas: Semipalatinsk y Novaja Semlja (una isla del Ártico). En la URSS había un centro para la reelaboración de barras combustibles (la planta de técnica nuclear de Majak) situada en el curso alto del río Ob, en la Siberia Occidental. En el año 1957 en esa zona se produjo una gran catástrofe, de la que apenas se ha sabido nada.

Dicho accidente liberó tanta radioactividad como en Chernóbil o más. La desgracia fue que la radioactividad se precipitó en una localización muy reducida, un pasillo de 90 kilómetros de largo. En Majak se enterró una totalidad de 26 toneladas de plutonio, lo que se confirmó en 1998. Se trató de un proyecto secreto en una época en la que en la URSS no podía trascender nada al domino público. Posteriormente los residuos radioactivos se comenzaron a desviar a un pequeño lago, el Karatschai. Pero en 1967 el lago se secó y el polvo altamente radioactivo se esparció por una zona del tamaño de Bélgica. Aún a finales de los años 80 cualquiera que permaneciera una hora en aquel lugar, recibía una irradiación de 6 Sievert, es decir una dosis mortal.

En base a esto, si en la actualidad de pronto se llamase al desarme nuclear total, tendríamos un serio problema: ¿Cómo deshacernos de todo el material radioactivo que queda? Es decir, de 1.300 toneladas de uranio y 1.000 toneladas de plutonio especialmente nocivo.

En aquellos años las zonas de experimentos nucleares se encontraban en su mayor parte en pequeñas islas del Pacífico o en algún desierto, lo que significa que en todo momento se era consciente del peligro. Por ejemplo en el Semipalatinsk, en al actual Kazajstán, se detonaron 464 bombas atómicas. El informe de una enfermera de la zona constató como la tierra temblaba y la gente sospechaba que se explosionaban bombas atómicas. También relató cómo en esa zona llegaban al hospital muchos más casos de cáncer, sobre todo infantil, de lo que debería ser normal. De cada tres partos nacía un niño con malformaciones, allí el índice de leucemia es claramente elevado.

En el atolón de Bikini durante los años 50 se realizaron experimentos nucleares. Luego se evacuó el atolón, pero en 1970 se devolvió a la población al lugar, con la esperanza de que pudieran resistir la radioactividad. Pero hubo que volver a evacuar el atolón, porque la radioactividad era tan alta que la gente enfermaba. Con todo esto se llega a la conclusión de que realmente la humanidad está sentada sobre un polvorín. En el afán de ser más poderoso que el vecino, o por miedo a que el vecino lo sea más que yo se ha mantenido a millones de personas en un engaño y en un peligro constante. Esto sin contar la falta de escrúpulos que suponen prácticas tan cruentas para con la Madre Tierra. El que hipotéticamente uno se imagine que la Tierra en algún momento se rebelará, no nos debería sorprender.

El desarme nuclear total, un serio problema

Teresa Antequera Cerverón, del programa: «La radioactividad»
Vida Universal
martes, 30 de agosto de 2016, 08:48 h (CET)
La Unión Soviética fabricó entre 1945 y 1991 45.000 bombas nucleares, de las cuales 715 estallaron principalmente en dos áreas: Semipalatinsk y Novaja Semlja (una isla del Ártico). En la URSS había un centro para la reelaboración de barras combustibles (la planta de técnica nuclear de Majak) situada en el curso alto del río Ob, en la Siberia Occidental. En el año 1957 en esa zona se produjo una gran catástrofe, de la que apenas se ha sabido nada.

Dicho accidente liberó tanta radioactividad como en Chernóbil o más. La desgracia fue que la radioactividad se precipitó en una localización muy reducida, un pasillo de 90 kilómetros de largo. En Majak se enterró una totalidad de 26 toneladas de plutonio, lo que se confirmó en 1998. Se trató de un proyecto secreto en una época en la que en la URSS no podía trascender nada al domino público. Posteriormente los residuos radioactivos se comenzaron a desviar a un pequeño lago, el Karatschai. Pero en 1967 el lago se secó y el polvo altamente radioactivo se esparció por una zona del tamaño de Bélgica. Aún a finales de los años 80 cualquiera que permaneciera una hora en aquel lugar, recibía una irradiación de 6 Sievert, es decir una dosis mortal.

En base a esto, si en la actualidad de pronto se llamase al desarme nuclear total, tendríamos un serio problema: ¿Cómo deshacernos de todo el material radioactivo que queda? Es decir, de 1.300 toneladas de uranio y 1.000 toneladas de plutonio especialmente nocivo.

En aquellos años las zonas de experimentos nucleares se encontraban en su mayor parte en pequeñas islas del Pacífico o en algún desierto, lo que significa que en todo momento se era consciente del peligro. Por ejemplo en el Semipalatinsk, en al actual Kazajstán, se detonaron 464 bombas atómicas. El informe de una enfermera de la zona constató como la tierra temblaba y la gente sospechaba que se explosionaban bombas atómicas. También relató cómo en esa zona llegaban al hospital muchos más casos de cáncer, sobre todo infantil, de lo que debería ser normal. De cada tres partos nacía un niño con malformaciones, allí el índice de leucemia es claramente elevado.

En el atolón de Bikini durante los años 50 se realizaron experimentos nucleares. Luego se evacuó el atolón, pero en 1970 se devolvió a la población al lugar, con la esperanza de que pudieran resistir la radioactividad. Pero hubo que volver a evacuar el atolón, porque la radioactividad era tan alta que la gente enfermaba. Con todo esto se llega a la conclusión de que realmente la humanidad está sentada sobre un polvorín. En el afán de ser más poderoso que el vecino, o por miedo a que el vecino lo sea más que yo se ha mantenido a millones de personas en un engaño y en un peligro constante. Esto sin contar la falta de escrúpulos que suponen prácticas tan cruentas para con la Madre Tierra. El que hipotéticamente uno se imagine que la Tierra en algún momento se rebelará, no nos debería sorprender.

Noticias relacionadas

Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.

Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.

Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto