Después de un inicio de la temporada muy turbio, en el equipo colchonero han decidido cambiar de disco. Abel que había terminado la temporada pasada con relativo éxito metiendo a su equipo en Champions ha sido destituido después del mal inicio del equipo rojiblanco en Liga. En su lugar llegó Quique Sánchez Flores, ex de Getafe o Valencia, a él le tocará arreglar este pequeño desastre que tienen montado por el Manzanares.

Que la afición del Atlético de Madrid es especial lo sabemos todos los que amamos el fútbol. Solo hay que ver la respuesta de los colchoneros cuando el equipo estuvo dos temporadas en el infierno. Muchos más socios en una época negra. Pero debe de ser que a los seres humanos nos gusta sufrir porque este equipo es el del sufrimiento en estado puro. Algunas veces invita a soñar como el que más y algunos piensan que sigue siendo uno de los grandes.

Otras, las que más, hace sufrir a toda persona simpatizante del club. El año pasado destituyeron a Javier Aguirre porque las cosas no cuajaban y en su lugar se sentó Abel. Con ingenio o sin él, el ex portero, sorprendió a todos y metió al equipo en Champions en el último momento. El que más y el que menos sentía que la cosa estaba cambiando y que por fin este Atleti tomaba otro rumbo.

Pero este año las cosas se volvieron a torcer y el equipo volvió a lo de siempre. Dudas y más dudas, irregularidades en el juego y, sobre todo, malos resultados. Abel empezó a sembrar dudas en la familia rojiblanca y las continuas derrotas del equipo llevaron al equipo a ocupar la antepenúltima plaza con solo siete puntos. Por esta razón y, después de las continuas protestas del Frente Atlético, Abel se marchó por decisión de la directiva.

En su lugar llegó Quique Sánchez Flores, otro estilo de juego, un fútbol más moderno basado en una sólida defensa a partir de la que se crea un equipo potente arriba. Cuentan con plantilla suficiente para aspirar a algo más que a lograr la permanencia y, a pesar, de que la Liga de Campeones ya es imposible, la Europa League todavía la pueden conseguir y la Liga, como quién dice, acaba de empezar.

Algunos dicen que los jugadores fueron los que le hicieron la cama a Abel, yo la verdad no lo se, pero desde luego este Atleti necesitaba un cambio y a mi, que quieren que les diga, Quique me gusta. El próximo sábado tiene un partido importantísimo ante el Real Madrid, un derbi para que los cambios sigan surgiendo efecto y para intentar que este equipo se convierta de una vez en algo grande. Yo creo que a esta afición ya le toca disfrutar, pasarlo bien y emocionarse como lo hicieron con aquel doblete del 96. La apuesta se llama Quique, ¡suerte Atleti!