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“Mueren muchos más de los confiados que de los recatados” Miguel de Cervantes

P.Sánchez y el PSOE, juegan a la tercera vez

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Los que hubieran supuesto que, el señor P.Sánchez, líder de los socialistas, se iba a resignar, después de los sucesivos fracasos que ha propiciado, no sólo para él mismo sino para su propio partido el PSOE; a tirar la toalla, cediendo ante las peticiones de, prácticamente, toda la ciudadanía española, cansada de estar acudiendo a las urnas cada pocos meses y deseosa de que la situación política de España se regularice de una vez; estuvieron demostrando que no conocen, suficientemente, la idiosincrasia, la tozudez, la ambición desmesurada y el fanatismo del secretario general del Partido Socialista. Le han bastado apenas dos meses, desde su último revés electoral, para volverse atrás de sus primeras reacciones, en las que parecía que daba la partida contra Rajoy como perdida, para recobrar su envalentonamiento, volver a su postura beligerante en contra del señor Rajoy y apalancarse en este “no”, que parece que es su única respuesta a la situación de un país que, es evidente, no puede permitirse alargar el tiempo de interinidad de su gobierno, cuando la realidad viene pidiendo insistentemente, que se ponga fin a tanto politiqueo y que, los aspirantes a dirigir el gobierno de España, se dejen de tantos enfrentamientos inútiles, de tanta pérdida de tiempo y de tanto personalismo para empezar a ponerse a trabajar, sin más dilación, para poner en marcha los mecanismos legales para echar a rodar la maquinaria del Estado y empezar a gobernar el país, comenzando por la promulgación de las leyes de las que tan necesitada está nuestra nación.

Ha visto como aquellos que, en la anterior legislatura, le apoyaron (como ha sido el caso de Ciudadanos), en esta ocasión, ante la evidencia de que el único partido que consiguió aumentar el número de escaños ha sido el PP y que, tanto ellos como el PSOE, sufrieron sendas derrotas que les costaron la perdida de una parte de los escaños que consiguieron en los primeros comicios de Diciembre del 2015; han decidido cambiar de socio y, en estos días, están intentando llegar a un acuerdo para apoyar la candidatura del señor Rajoy. Los socialistas, lejos de asumir la situación, de comprender que los españoles estamos hasta la coronilla de tantos personalismos, fanatismos, egoísmos y del empeño de los perdedores de no atenerse a los principios democráticos por los que, el vencedor, es quien debe gobernar; da la sensación de que han decidido mantener su posición aunque ello, o precisamente por ello, finalmente se deba acudir a los comicios del 25 Diciembre del corriente ejercicio.

Parece ser que, como ocurre en este simpático cómic de los galos, todos los directivos del PSOE hayan conseguido sendas pociones de la fórmula mágica del elíxir que tan saludables efectos tiene en Obelix o Asterix. Resulta, en efecto, que de pronto han decidido confiar en que, unas nuevas elecciones, les proporcionarían unos resultados mejores, en lugar de, como parece que la mayoría de entendidos vienen afirmando, constituyeran un nuevo desastre, que pudiera llegar a poner en cuestión hasta la misma subsistencia de este partido más que centenario, como es el PSOE. La soberbia y el encanallamiento con las que, el señor Sánchez, intenta manejar los destinos de la nación española, no tiene límites y está dispuesto a impedir, aún a costa de los intereses de los españoles y el destino de la nación, a costa de hacer todo lo necesario, como mucho nos tememos, para llegar a acuerdos con los comunistas de Podemos y arrastrase a los pies de los nacionalistas vascos y catalanes, para lograr formar un gobierno híbrido, frankesteinico, como muchos lo califican, formado de un rompecabezas de partidos políticos que, si hasta ahora no han conseguido entenderse, habría que ver lo que ocurriría cuando se vieran ante la posibilidad de ejercer su cuota de poder y, los otros, intentaran impedírselo. Tenemos experiencias notables en nuestro mismo país, como fueron los poco ejemplarizantes casos del Tripartit catalán y del pentapartito de las Baleares, ambos culminados con sendos desastres y, en el caso de las Baleares, con la señora Muné y parte de sus colaboradores, procesados por corrupción e irregularidades en su gestión en el gobierno Balear.

A pesar de que, dentro del propio Partido Socialista, hay personas sensatas que no se cansan de advertir de los peligros de mantener una postura tan poco flexible y de que hay encuestas en las que queda constancia de que, una mayoría de los simpatizantes del PSOE, piensan que su partido debiera abstenerse en la investidura de Rajoy y que hay muchos de los barones del partido que esperan que Sánchez se de de morros con sus errores; lo cierto es que, cuando llega el momento de manifestarlos en público o en el Congreso del partido, parece que no se atreven, no confían en conseguir el apoyo necesario o prefieren la actitud cobarde de aguardar a que, su jefe de partido, caiga por sus propios “méritos”. En todo caso, tanto en el supuesto de que el señor Sánchez, llevado por su egolatría y por su odio hacia el PP, opte por seguir en su loco camino hacia su propia destrucción; como el en que, sean el resto de directivos del partido, quienes lo apoyen en su obsesión; el peligro de que la actitud del PSOE, obligue a prorrogar los PGE del año pasado, manteniendo los limitados techos de gasto para el Estado y las autonomías, y la constitución de un nuevo gobierno se retrase hasta los primeros meses del 2017 y eso en el caso de que, de las nuevas elecciones, saliera un panorama político capaz de que se consiguiera una mayoría suficiente para gobernar. Al parecer, nadie se ha querido dar cuenta de que, en todo caso, la prorrogación de los presupuestos del 2015 iba a representar mantener los ajustes que en él se establecieron, cortar el camino a aumentar los gastos en aquellas partidas en las que fuera preciso, limitar las posibilidades de jugar con los incrementos de recaudación de la Administración para cambiar la distribución entre las distintas partidas del gasto público. Y un punto que parece que los socialistas piensan que va a variar respecto a los resultados de las últimas elecciones: Podemos. Suponen, los sabios socialistas, que Podemos y sus aliados van a perder votos si se celebraran unas nuevas consultas; se basan en su estancamiento, que no disminución de votos y escaños, sufrido en los comicios del 26J. Tenemos la impresión de que sus cálculos pueden resultar erróneos, puesto que, los de Podemos, han seguido, a nuestro entender, una política inteligente que les ha permitido no desgastarse, como les ocurre a los socialistas, que han estado en boca de los ciudadanos por su labor de obstaculizar la formación de un nuevo gobierno. El señor Iglesias y sus seguidores han sabido demostrar, precisamente en los comicios pasados, que saben remontar en las encuestas porque tienen oradores bien preparados y, cuando llega el momento de poner la carne en el asador son inteligentes y consiguen que, una parte de los ciudadanos, se deje arrastrar por sus propuestas simplistas, pero llenas de carga social, de promesas de cambio, de justicia distributiva, de amenazas para los ricos y gabelas para los pobres. Y esto cala cuando tenemos todavía, en este país, la friolera de más de 4 millones de personas sin trabajo, un magnífico caldo de cultivo para el trabajo de los comunistas bolivarianos.

Existe la posibilidad de que, como suele suceder en estos casos, el fiarse de cálculos de futuro, el hacer planes sobre algo tan variable y escurridizo como es el voto ciudadano, cuando faltan unos meses para que las votaciones tuvieran lugar, y lo que resulta más discutible, sin que exista ningún indicio, más bien todo lo contrario, de que en unas nuevas votaciones el PSOE podría sacar ventaja y mejorar los últimos resultados del 26J; tiene el grave inconveniente de que, si lo fían todo a apostar por un resultado que, cuanto menos es muy discutibles y acaban equivocándose, es muy posible que el resultado pudiera ser, ya no malo o malísimo para los que han intentado la proeza, que también, sino un verdadero hachazo para el propio partido socialista, que puede quedar abocado a su propia disolución o, al menos, quedar en una situación en la que deje de ser un partido a tener en cuenta en la política española.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, se contempla el panorama que tenemos delante, como una especie del juego de La Oca, en el que el camino se nos presenta lleno de obstáculos, con el peligro de que, cuando ya habíamos llegado a pocas casillas de la meta, representada, en este caso, por la salida por completo de la crisis, tengamos la fatalidad de que, por un mal cálculo de un grupo de obcecados, incapaces de contemplar con objetividad lo que le conviene al país, caigamos en aquella casilla que nos envía de nuevo a la puerta de salida.

P.Sánchez y el PSOE, juegan a la tercera vez

“Mueren muchos más de los confiados que de los recatados” Miguel de Cervantes
Miguel Massanet
miércoles, 24 de agosto de 2016, 08:59 h (CET)
Los que hubieran supuesto que, el señor P.Sánchez, líder de los socialistas, se iba a resignar, después de los sucesivos fracasos que ha propiciado, no sólo para él mismo sino para su propio partido el PSOE; a tirar la toalla, cediendo ante las peticiones de, prácticamente, toda la ciudadanía española, cansada de estar acudiendo a las urnas cada pocos meses y deseosa de que la situación política de España se regularice de una vez; estuvieron demostrando que no conocen, suficientemente, la idiosincrasia, la tozudez, la ambición desmesurada y el fanatismo del secretario general del Partido Socialista. Le han bastado apenas dos meses, desde su último revés electoral, para volverse atrás de sus primeras reacciones, en las que parecía que daba la partida contra Rajoy como perdida, para recobrar su envalentonamiento, volver a su postura beligerante en contra del señor Rajoy y apalancarse en este “no”, que parece que es su única respuesta a la situación de un país que, es evidente, no puede permitirse alargar el tiempo de interinidad de su gobierno, cuando la realidad viene pidiendo insistentemente, que se ponga fin a tanto politiqueo y que, los aspirantes a dirigir el gobierno de España, se dejen de tantos enfrentamientos inútiles, de tanta pérdida de tiempo y de tanto personalismo para empezar a ponerse a trabajar, sin más dilación, para poner en marcha los mecanismos legales para echar a rodar la maquinaria del Estado y empezar a gobernar el país, comenzando por la promulgación de las leyes de las que tan necesitada está nuestra nación.

Ha visto como aquellos que, en la anterior legislatura, le apoyaron (como ha sido el caso de Ciudadanos), en esta ocasión, ante la evidencia de que el único partido que consiguió aumentar el número de escaños ha sido el PP y que, tanto ellos como el PSOE, sufrieron sendas derrotas que les costaron la perdida de una parte de los escaños que consiguieron en los primeros comicios de Diciembre del 2015; han decidido cambiar de socio y, en estos días, están intentando llegar a un acuerdo para apoyar la candidatura del señor Rajoy. Los socialistas, lejos de asumir la situación, de comprender que los españoles estamos hasta la coronilla de tantos personalismos, fanatismos, egoísmos y del empeño de los perdedores de no atenerse a los principios democráticos por los que, el vencedor, es quien debe gobernar; da la sensación de que han decidido mantener su posición aunque ello, o precisamente por ello, finalmente se deba acudir a los comicios del 25 Diciembre del corriente ejercicio.

Parece ser que, como ocurre en este simpático cómic de los galos, todos los directivos del PSOE hayan conseguido sendas pociones de la fórmula mágica del elíxir que tan saludables efectos tiene en Obelix o Asterix. Resulta, en efecto, que de pronto han decidido confiar en que, unas nuevas elecciones, les proporcionarían unos resultados mejores, en lugar de, como parece que la mayoría de entendidos vienen afirmando, constituyeran un nuevo desastre, que pudiera llegar a poner en cuestión hasta la misma subsistencia de este partido más que centenario, como es el PSOE. La soberbia y el encanallamiento con las que, el señor Sánchez, intenta manejar los destinos de la nación española, no tiene límites y está dispuesto a impedir, aún a costa de los intereses de los españoles y el destino de la nación, a costa de hacer todo lo necesario, como mucho nos tememos, para llegar a acuerdos con los comunistas de Podemos y arrastrase a los pies de los nacionalistas vascos y catalanes, para lograr formar un gobierno híbrido, frankesteinico, como muchos lo califican, formado de un rompecabezas de partidos políticos que, si hasta ahora no han conseguido entenderse, habría que ver lo que ocurriría cuando se vieran ante la posibilidad de ejercer su cuota de poder y, los otros, intentaran impedírselo. Tenemos experiencias notables en nuestro mismo país, como fueron los poco ejemplarizantes casos del Tripartit catalán y del pentapartito de las Baleares, ambos culminados con sendos desastres y, en el caso de las Baleares, con la señora Muné y parte de sus colaboradores, procesados por corrupción e irregularidades en su gestión en el gobierno Balear.

A pesar de que, dentro del propio Partido Socialista, hay personas sensatas que no se cansan de advertir de los peligros de mantener una postura tan poco flexible y de que hay encuestas en las que queda constancia de que, una mayoría de los simpatizantes del PSOE, piensan que su partido debiera abstenerse en la investidura de Rajoy y que hay muchos de los barones del partido que esperan que Sánchez se de de morros con sus errores; lo cierto es que, cuando llega el momento de manifestarlos en público o en el Congreso del partido, parece que no se atreven, no confían en conseguir el apoyo necesario o prefieren la actitud cobarde de aguardar a que, su jefe de partido, caiga por sus propios “méritos”. En todo caso, tanto en el supuesto de que el señor Sánchez, llevado por su egolatría y por su odio hacia el PP, opte por seguir en su loco camino hacia su propia destrucción; como el en que, sean el resto de directivos del partido, quienes lo apoyen en su obsesión; el peligro de que la actitud del PSOE, obligue a prorrogar los PGE del año pasado, manteniendo los limitados techos de gasto para el Estado y las autonomías, y la constitución de un nuevo gobierno se retrase hasta los primeros meses del 2017 y eso en el caso de que, de las nuevas elecciones, saliera un panorama político capaz de que se consiguiera una mayoría suficiente para gobernar. Al parecer, nadie se ha querido dar cuenta de que, en todo caso, la prorrogación de los presupuestos del 2015 iba a representar mantener los ajustes que en él se establecieron, cortar el camino a aumentar los gastos en aquellas partidas en las que fuera preciso, limitar las posibilidades de jugar con los incrementos de recaudación de la Administración para cambiar la distribución entre las distintas partidas del gasto público. Y un punto que parece que los socialistas piensan que va a variar respecto a los resultados de las últimas elecciones: Podemos. Suponen, los sabios socialistas, que Podemos y sus aliados van a perder votos si se celebraran unas nuevas consultas; se basan en su estancamiento, que no disminución de votos y escaños, sufrido en los comicios del 26J. Tenemos la impresión de que sus cálculos pueden resultar erróneos, puesto que, los de Podemos, han seguido, a nuestro entender, una política inteligente que les ha permitido no desgastarse, como les ocurre a los socialistas, que han estado en boca de los ciudadanos por su labor de obstaculizar la formación de un nuevo gobierno. El señor Iglesias y sus seguidores han sabido demostrar, precisamente en los comicios pasados, que saben remontar en las encuestas porque tienen oradores bien preparados y, cuando llega el momento de poner la carne en el asador son inteligentes y consiguen que, una parte de los ciudadanos, se deje arrastrar por sus propuestas simplistas, pero llenas de carga social, de promesas de cambio, de justicia distributiva, de amenazas para los ricos y gabelas para los pobres. Y esto cala cuando tenemos todavía, en este país, la friolera de más de 4 millones de personas sin trabajo, un magnífico caldo de cultivo para el trabajo de los comunistas bolivarianos.

Existe la posibilidad de que, como suele suceder en estos casos, el fiarse de cálculos de futuro, el hacer planes sobre algo tan variable y escurridizo como es el voto ciudadano, cuando faltan unos meses para que las votaciones tuvieran lugar, y lo que resulta más discutible, sin que exista ningún indicio, más bien todo lo contrario, de que en unas nuevas votaciones el PSOE podría sacar ventaja y mejorar los últimos resultados del 26J; tiene el grave inconveniente de que, si lo fían todo a apostar por un resultado que, cuanto menos es muy discutibles y acaban equivocándose, es muy posible que el resultado pudiera ser, ya no malo o malísimo para los que han intentado la proeza, que también, sino un verdadero hachazo para el propio partido socialista, que puede quedar abocado a su propia disolución o, al menos, quedar en una situación en la que deje de ser un partido a tener en cuenta en la política española.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, se contempla el panorama que tenemos delante, como una especie del juego de La Oca, en el que el camino se nos presenta lleno de obstáculos, con el peligro de que, cuando ya habíamos llegado a pocas casillas de la meta, representada, en este caso, por la salida por completo de la crisis, tengamos la fatalidad de que, por un mal cálculo de un grupo de obcecados, incapaces de contemplar con objetividad lo que le conviene al país, caigamos en aquella casilla que nos envía de nuevo a la puerta de salida.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

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Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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