Como Montilla, el señor Miguel Iceta Llorens, ha sido un producto surgido del ayuntamiento de Cornellá de Llobregat, municipio del que fue concejal, una ciudad que tiene el dudoso honor de haber sido el lugar de nacimiento del sindicato filocomunista CC.OO, impulsado por el ex jesuita Juan García Nieto. Este personaje, de tono menor dentro de la política, como todos los que han subido por el procedimiento de ir escalando puestos, supliendo su carencia de una preparación universitaria adecuada, utilizando el ingenio, actuando de corre ve y dile y entregando horas de dedicación al partido para hacer los méritos suficientes para llamar la atención de quienes tenían en su mano, dentro del PSC, el poder elevarlo a los cargos importantes y de responsabilidad, dentro de su formación política.

Después de una larga carrera política, en la que ocupó una serie de cargos dentro del PSC y, finalmente, diputado dentro del Parlament de Cataluña y secretario del PSC desde la renuncia del señor Pere Navarro, al que pasó a sustituir.; el señor Iceta se ha venido mostrando como una persona ambigua, tanto en el sexo, en el que se declara abiertamente homosexual, como en la política, jugando al peligroso juego de querer estar a la vez con todos de tal manera que ha coincidido, en ocasiones, con las reclamaciones de los nacionalistas catalanes y, a la vez, se ha opuesto a sus peticiones de independencia. Últimamente, pera demostrar una vez más su polivalencia de pensamiento, no ha tenido ningún inconveniente en llegar a acuerdos con la misma Ada Colau, la controvertida alcaldesa de Barcelona, con la que no ha tenido impedimento alguno para formar parte de su equipo de gobierno municipal, cediéndoles a uno de los suyos, el señor Jaume Collboni, un sindicalista criado en el Barrio Gótico de Barcelona, afín al movimiento asambleario que entró en la Universidad para cursar Derecho, y que fue miembro de la dirección regional del sindicato socialista UGT.

Iceta se ha caracterizado por querer ir por libre, causando no pocos disgustos al partido nacional de los socialistas, con sus repetidas salidas de tono y debido a sus posturas, en ocasiones, opuestas a las directrices del partido al que pertenecen como asociados, el PSOE. Sin embargo, como buen catalán, viene caracterizándose por su odio acérrimo al PP y, en especial, hacia la figura de su presidente nacional, el señor Mariano Rajoy. Y es precisamente dentro de esta faceta que ahora ha querido asumir un protagonismo que seguramente nadie le había pedido pero que, no se sabe si para hacerse notar, para evitar que su partido siga cayendo, elección tras elección, dentro del panorama político catalán o sea porque, desde Madrid, el señor Sánchez le ha encomendado comenzar una campaña que, por otra parte, no se diferencia en nada de la que, el PSOE, viene repitiendo, con machacona insistencia, basada en atacar la figura del líder del PP, ignorando que es el único que viene consiguiendo, votación tras votación, ir incrementado el apoyo de los ciudadanos españoles, algo que, por el contrario no viene sucediendo con el resto de partidos, que no consiguen más que ir retrocediendo en escaños y número de votantes.

El caso es que, a falta de mejores argumentos, demostrando una falta absoluta de memoria acerca de lo que fueron las últimas legislaturas en manos del señor Rodríguez Zapatero; negando tozudamente la evidente labor del PP de sacar a España del abismo en el que ellos, los socialistas, la dejaron (consiguiendo que, Europa, volviera a confiar en nosotros; que los inversores acudieran en nuestro socorro y que la UE nos prestara 40.000 millones de euros para sacar a nuestra banca, en concreto a nuestras fallidas cajas de ahorro, de la situación evidentemente crítica en la que las había situado el pinchazo de nuestra burbuja inmobiliaria), no ha dudado en repetir, como sus jefes de Madrid, el estribillo de que debe ser Rajoy quien gestiones acuerdos con los “partidos de derechas”, como si España estuviera abarrotada de ellos y, con la desvergüenza que caracteriza a las izquierdas, sigue acusando de inmovilismo a un señor que, desde que fue nombrado por el Rey para intentar conseguir la investidura, no se ha cansado de pedir diálogo, de ofrecer propuestas, de negar líneas rojas y de dar facilidades a todos aquellos que lo han querido, para iniciar conversaciones para conseguir acuerdos que permitan sacar adelante un nuevo gobierno para España, lo suficientemente sólido y estable para que le permita sacar adelante los PGE, fijar los topes de gastos de las autonomías y acometer aquella labor legislativa que ha esta en stand by desde hace diez meses. Pero ¿qué es lo que han hecho en concreto, los socialistas, durante todo este tiempo que ha pasado desde que, las últimas elecciones del 26 Junio, confirmaron una vez más que, el vencedor, era el PP de Rajoy y que ellos, por el contrario, no hacían más que volver a retroceder?, lo que, evidentemente, significa que van perdiendo la confianza de sus votantes.

Mucho criticar a Rajoy diciendo que no tiene un programa de gobierno, cuando, en realidad, su programa se viene desarrollando día a día demostrando que el camino bueno es el emprendido mediante los excelente datos de empleo, de disminución del desempleo, de mejora de la actividad industrial, del desarrollo de nuestras exportaciones y del evidente cambio en la actitud del pueblo español que, de una postura evidentemente reservada, ahorrativa, de control del gasto y de la supresión de las partidas dedicadas al ocio, desde el pasado 2015 y en todo lo que llevamos del 2016, se ha venido notando un cambio radical, en el que se ha nota una evidente mejora en el consumo privado, un crecimiento de los viajes al extranjero, un mayor número de personas que se han marchado de vacaciones y que llenan los lugares de ocio y entretenimiento de todo España, amén de el auge del turismo extranjero que contribuye, una vez más, a que nuestra economía reciba este saludable maná en forma de millones de euros, gracias a que los que vienen a visitarnos están seguros que van a encontrarse con un país seguro, sin problemas y con una gente que los va a acoger con la mejor de las sonrisas y con los brazos abiertos.

Y ahora nos preguntamos ¿qué están pretendiendo el señor Iceta y el misterioso señor Sánchez, adoptando una actitud negativa que, al parecer, sólo conduce a unas nuevas elecciones? Creo que hay algunas pistas que podrían explicar que, como era habitual en otras ocasiones, el PSOE se niegue a aceptar que fue derrotado y que, en consecuencia, el que de verdad está legitimado para gobernar en España es el señor Rajoy. Así como, en los días siguientes a las elecciones del 26J, Sánchez se mostró contrario a intentar formar un gobierno y, en consecuencia, presentarse ante el Rey, si fracasaba Rajoy en su intento, para ofrecerse el mismo para intentarlo, por segunda vez; a medida que transcurren los días parece que sus asesores se muestran más dispuesto a que su líder lo intente nuevamente, lo que explicaría su insistencia en no querer llegar a acuerdo alguno para formar un gobierno de coalición o, al menos, permitir que los otros lo hagan.

Lo que no sé si han pensado bien es que, aún en el hipotético caso de que se le diera la oportunidad que pide, teniendo en cuenta que para conseguir una mayoría necesaria debería apelar a la ayuda de los nacionalistas ( algo que tiene vedado por el congreso de su propio partido); lo único que iba a conseguir sería una legislatura de unos pocos meses porque es evidente que juntar, en un totum revolutum, una multitud de partidos de programas tan distintos, de tan dispares formas de tomar decisiones ( votaciones, asamblearias, etc.) y con unas propuestas tan absurdas respecto a nuestras relaciones con la UE y la forma de financiación que se pretende poner en práctica, para poder disponer de más medios para poner en marcha políticas sociales para las cuales, es evidente, que no estamos en condiciones de llevarlas a la práctica sin que, con ello, no desarbolemos todo nuestro sistema económico y no nos enfrentemos con Bruselas que, como sería de esperar, si no lo consistió con Grecia es obvio que no lo iba a tolerar tampoco con un gobierno de izquierdas y, por si fuera poco, de comunistas bolivarianos que se atreviese a desafiar a la CE.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, el que, el señor Miguel Iceta, actúe de pregonero del señor Sánchez y se erija en el defensor del “no” al señor Rajoy, cuando en su propia demarcación no hace más que cosechar fracasos, no hace más que darnos la medida del desbarajuste que reina en el PSOE, donde, aunque aparentemente todos siguen apoyando al señor Sánchez que, como es evidente, está luchando para sobrevivir (algo que no le será posible si no consigue llegar a la presidencia del Gobierno), lo cierto es que hay más de uno que está esperando un traspiés de su líder para cavarle la fosa en la que enterrarlo políticamente. Nos tememos que, a este personajillo que, como el señor Montilla, lo han situado en un lugar para el que no está suficientemente capacitado, aunque intente disimularlo, como suelen hacerlo aquellos que están pendiente de un hilo mientras defienden con uñas y dientes su paga y sus prebendas, sabiendo que su única posibilidad de sobrevivir en el puesto es conseguir seguir engañando al resto de sus colegas, haciéndoles creer que tiene cualidades de las que, con toda seguridad carece. Pero grita, gesticula, pone cara de enterado y, con ello, es posible que consiga sobrevivir entre un grupo que, a poco que analicemos, todavía resultan más incapaces que él. Y así es como vamos tirando.