Miles de residentes desplazados han comenzado a regresar este sábado a la ciudad siria de Manbij después de que las fuerzas kurdoárabes respaldadas por Estados Unidos expulsaran a los últimos militantes de Estado Islámico de su antiguo bastión.
Las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF, por su sigla en inglés), respaldadas por Estados Unidos, anunciaron el viernes que tomaron el control total de la ciudad ubicada cerca de la frontera turca, tras la retirada de los últimos milicianos yihadistas, que habían usado a civiles como escudos humanos.
Cientos de autos y otros vehículos repletos de familias con sus pertenencias llegaban a la ciudad desde campamentos improvisados y pueblos en el campo, donde muchos de los residentes de la ciudad se habían refugiado durante la campaña de dos meses, según un funcionario de las SDF y familiares que estaban en contacto con los residentes.
"Miles están regresando y las tiendas están abriendo. Hoy es el primer día en que la vida está volviendo a la normalidad", dijo Sharfan Darwish, portavoz del Consejo Militar de Manbij, aliado al SDF, a Reuters desde la ciudad, añadiendo que estaban trabajando para restaurar los servicios básicos.
Sitios de noticias pro-SDF mostraron a familias que habían quedado atrapadas en la ciudad durante los combates y que relataban lo dura que había sido la vida bajo el control de Estado Islámico y su imposición de estrictos códigos de vestimenta en público.