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Puede llevarse el Ocaso
en un arranque oportuno
el dolor que en una caja,
guardado,
he dejado en mi mesilla,
pero que cada noche
debo ver. Debo sentir,
mientras no crea en la magia
del Ocaso.
Puede llevarse el Alba
la sombra de cualquier fracaso,
el caso es conocerla,
y saber que tenerla,
no es haber llevado
una vida gozosa,
ni tenido las mejores
oportunidades.
Puede el Sol quemarme
y hacerme olvidar tantas cosas,
río abajo irán los desprecios,
aquellas humillaciones sin nombre
que a mí se me destinaban.
Pueden las estrellas
traerme un nuevo nombre
de amor, aquel que sea el...
de mi media naranja
y permita que comience
a creer en realidades
y deje de escribir poesías.
Entonces seré feliz.
Soneto dedicado a la Hermandad del Cristo de los Estudiantes de Córdoba que ha logrado esta imagen, tan cabal como conmovedora, que nos acerca, más aún, al Cristo Vivo del Sagrario.
A pocos días de que comience la Semana Santa, en donde se vive con especial devoción en lugares tan emblemáticos como Sevilla, cae en nuestras manos una característica novela negra del escritor Fran Ortega. Los hijos de justo comienza con el capellán de la Macarena degollado en la Basílica, en donde, además, no hay rastro de la imagen de la virgen.
Te he mirado Señor, como otras veces, pero hoy tu rostro está más afligido. Sé que ahora te sientes muy herido por agravios que tu no te mereces.
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