Una sabia frase dice que en la vida siempre cosechamos lo que sembramos, y el curso de los acontecimientos relacionados con las campañas mediáticas de Aldo Zucolillo, que acusan un bajón de influencia bien perceptible, lo demuestran una vez más.

A lo largo de décadas de abusos de poder mediático, campañas de odio contra sectores ideológicos y mentiras descaradas en defensa de los intereses empresariales de su grupo, el Tiranosaurio de la calle Yegros (Zucolillo) ha hecho perder la paciencia a importantes segmentos de la ciudadanía paraguaya, que han terminado por darle la espalda a su diairo ABC color.

Un ejemplo de su pérdida de influencia es el fracaso rotundo de sus campañas contra el senador Victor Bogado, a quien fustiga por haberle frustrado negocios, en operativos de prensa que han tomado un curso inédito. Harto de la persecución mediática del Tiranosaurio, Bogado decidió lanzar un periódico digital abocado a sacar a luz los trapos sucios de quien se considera el único juez y fiscal de la república.

A pesar de haber embestido contra Bogado con todas las fuerzas de su imperio mediático, y con la ayuda de algunos medios tributarios, los resultados han sido nulos y las revelaciones que realiza el senador Bogado superan en lectores a las refritas y aburridas denuncias del Tiranosaurio de la calle Yegros.

Era el destino natural que presagiaba la conducta editorial del medio, incapaz de leer el presente de la sociedad paraguaya y del mundo, donde los medios que agreden de manera permanente por intereses empresariales y oscuras motivaciones ideológicas ya no tienen lugar. Avergonzado por la caída de su tiraje impreso, ABC color debió eliminar de su tapa la cantidad de ejemplares que lanzaba a la consideración del público, cuando apenas superaba los veinte mil ejemplares y lo sobrante de la tirada ya no cabía en sus depósitos. En los últimos años, incluso sufrió manifestaciones de repudios y escraches que alcanzaron a los invitados a sus fiestas de aniversario. Para evitar incidentes bochornosos de este tipo, el Tiranosaurio de la calle Yegros decidió suspender estos festejos.

Atrás quedaron los tiempos en que Zucolillo se jactaba en la tapa de su diario que “el General Stroessner estuvo en nuestra casa”, expresión con la que se enorgullecía de contar con el respaldo de la dictadura neo nazi. El Tiranosaurio de la calle Yegros iba más allá, calificando a la dictadura de Stroessner de ser “una auténtica democracia”, recriminando la política a favor de los Derechos Humanos del presidente Jimmy Carter, y justificando las dictaduras de Videla o Pinochet.

El medio de Zucolillo y sus periodistas responsables también colaboraron y siguen colaborando con la persecución ideológica. En tiempos de la dictadura, el diario publicó en tapa la foto de un sacerdote español, José Sanmartí García, calificándolo de peligroso terrorista solo porque era adversario político de la dictadura.

Según el investigador Nemesio Barreto Monzón, Zucolillo está involucrado en varios asesinatos que explica con lujo de detalles y datos en su libro “Periodismo y Servilismo”, ecos de estas acusaciones llegaron a resonar en el mismo Senado de la Nación. Relacionado con la transnacional Cargill, el Tiranosaurio de la calle Yegros es un fiel defensor del contaminante modelo que promueven estas empresas, generador permanente de tensiones sociales y de pobreza en áreas rurales de Paraguay.

Tanta manipulación de la realidad, finalmente está saliendo a la luz y la indiferencia del gobierno a sus supuestas denuncias que atañen al INDERT y otros entes estatales, van confirmando la predecible decadencia.

Lo dijo un sabio estadista norteamericano: Se puede engañar a uno todo el tiempo, o a todos parte del tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.