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Acabamos de perder a mi madre, y recibimos con estupefacción la noticia de que la Generalitat le reclama a mi padre una suculenta parte de la… ¿herencia?
Nunca imaginé que pudieran llamar así al patrimonio creado dentro de un núcleo familiar, patrimonio que ustedes, Srs. Tripartit, nunca sudaron para conseguir y que además ya pagó todos sus impuestos. Es increíble, es indignante, es la rabia de la impotencia ante la injusticia.
Mi padre es un jubilado que trabajó toda su vida en una cadena de montaje. Mi madre un ama de casa que cuidó de nosotros y del hogar mientras él trabajaba.
Srs del Tripartit: ¡MI PADRE NO HA HEREDADO! Mi padre sudó ese dinero céntimo a céntimo. A mi padre se le ha muerto su compañera de vida, con quien lo tenía todo a medias, y ahora ¿se quieren quedar 13.000€ de lo que ellos ahorraron? ¿Ahora que mi padre se queda solo y enfermo vienen ustedes a robarle lo que guardaron para asegurar su vejez? ¡NO TIENEN USTEDES DERECHO A TOCARLES NI UN SOLO CÉNTIMO!
Los ciudadanos de Cataluña nos hemos unido enwww.NOsuccessions.org y les sacaremos de su poltrona Es un impuesto abusivo, es injusto, es desleal, es cruel, ¡es usura!
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, cuyo ideólogo sería el actual candidato a Lehendakari, Pello Otxandiano, quien decidió revisar la anterior estrategia de Bildu e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica.
El pasado martes mientras limpiaba uno de los patios de colegio que me toca dos veces a la semana, una niña intentaba proteger a una abeja que no podía volar cogiéndola con una hoja y la apartó para que nadie la pisara estando pendiente para ver si se podía recuperar a lo que se sumaron una compañera y un compañero. Gestos que demuestran más empatía que muchos adultos.
En la colosal vorágine de los tiempos modernos, nos encontramos enredados en un tejido de deseos y ansias desbocadas. Nos hemos convertido en una sociedad dominada por la avaricia, un apetito voraz que desemboca en la insaciabilidad. La hambruna crónica de la insatisfacción. Más y más por el mero más y más. Lejos queda la capacidad personal y colectiva de detenernos a pensar quiénes somos y echar la vista atrás para recapitular de dónde venimos.
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