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Marie Cocco

Un cacharro, no un Cadillac

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WASHINGTON - Por fin una propuesta sanitaria que haría las delicias de George W. Bush.

Bueno, quizá las delicias no, pero sin duda sería de su agrado - especialmente teniendo en cuenta que el borrador del proyecto del presidente del Comité de Economía del Senado Max Baucus saca la forma de financiar la ampliación de la sanidad de una política fiscal que Bush y los demás Republicanos impulsaron durante años.

La idea de Baucus consiste en gravar los denominados planes "Cadillac" de seguro – pólizas que supuestamente son tan caras y generosas que son artículo de lujo - en una iniciativa destinada a recaudar unos 215.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década, o aproximadamente la cuarta parte de los 800.000 millones que costaría la propuesta de Baucus. Las palabras "Goldman Sachs" son pronunciadas a diestro y siniestro por los que apoyan este impuesto, junto con la sobrecogedora afirmación de que un puñado de altos ejecutivos de la firma financiera disponen de pólizas de seguro que cuestan alrededor de 40.000 dólares al año.

Pero hay una razón de que Goldman Sachs sea entonado igual que un mantra - y no es valerse de la reforma sanitaria para vengarse de Wall Street. Se trata de crear una falsa impresión en torno a quiénes son los que van a pagar de verdad este impuesto. El objetivo es engañar a la opinión pública para inducirla a pensar que se está subiendo los impuestos a las rentas más altas. En realidad, se siguen sumando a los millones de la clase media.

"Coste elevado no es lo mismo que valor elevado", dice Elise Gould, una economista del Instituto de Política Económica especializada en salud que lleva mucho tiempo estudiando las propuestas de gravar las pólizas sanitarias exentas de impuestos hasta la fecha.

"Un plan puede ser caro por motivos diferentes a ser el más completo. Podría ser caro porque trabaja para un pequeño empresario, y los pequeños empresarios tienen que pagar mucho más que los grandes, tratándose incluso del mismo plan, "dice. "Lo mismo sucede si forma parte de una empresa en cuya plantilla hay gran cantidad de trabajadores de cierta edad. Sus primas van a ser más altas no porque tengan un seguro de lujo, sino porque salen más caros de asegurar."

Luego están los obreros de alto riesgo - bomberos, policías, mineros - que han negociado amplios (y necesarios) planes de seguro a través de convenios sindicales colectivos.

Y luego están los habitantes de Wyoming. Las primas de seguro medias varían ampliamente de un estado a otro. Y no son sólo los estados conocidos y caros como Nueva York los que verán a los residentes atropellados por la disposición "Cadillac". Maine, Alaska, New Hampshire y, sí, Wyoming se encuentran entre los estados en los que la prima media es inusualmente alta.

La propuesta de Baucus - una versión suavizada de una idea lanzada por el gobierno Bush en 2005 - crea un impuesto del 35 por ciento sobre las pólizas de seguro médico de 21.000 dólares, o más en el caso de las pólizas familiares. La prima media actual en el caso de las familias es de 13.375 dólares, según la Fundación Kaiser para la Familia. Aunque el impuesto se cobrará a las aseguradoras, la industria ya ha indicado que debe ser trasladado al consumidor.

El plan de Baucus exime inicialmente del impacto del impuesto a 17 estados de primas caras. Pero también eso es engañoso. La propuesta está estructurada de forma que la cantidad mínima necesaria para que sea gravado un seguro subiría a la par que el Índice de Precios al Consumo - pero no con la inflación del coste sanitario, que viene subiendo a un ritmo mucho más rápido que el coste de todo lo demás. Las pólizas de seguros de familia han crecido alrededor de un 5 por ciento en el último año, mientras que el precio de los bienes de consumo medido con respecto al IPC viene siendo estable o ha bajado.

El importe de los desfases equivale a otro impuesto encubierto, porque con el tiempo, el precio de cada vez más pólizas podría dispararse dentro del abanico de las llamadas "Cadillac". El Comité Conjunto del Congreso en Materia Fiscal, por ejemplo, sitúa el importe de la recaudación fruto del impuesto sobre las pólizas disparándose de 5.400 millones en 2013 a 53.700 millones de dólares en 2019.

Baucus, que aún carece de los votos para aprobar la medida en el Comité de Finanzas, ha dicho que está abierto a sugerencias de cómo cambiarlo. Debería abandonar este régimen fiscal y encontrar otra fuente de ingresos.

Si el objetivo es gravar a los ricos para pagar la reforma sanitaria, la Cámara ha hecho esto, al menos, de una manera sencilla, con su subida del impuesto sobre la renta a los estadounidenses de mayores ingresos. Si la intención es promover una vida más saludable, entonces la consideración del impuesto a las bebidas azucaradas - abandonado tras la intensa presión del sector - debe ser retomada.

Un impuesto que perjudica a los trabajadores de más edad y a las empresas que les contratan, que perjudica a aquellos que desempeñan trabajos de riesgo y dificulta que las pequeñas empresas ofrezcan un seguro, no está dirigido al mercado de los productos de lujo. Es un cacharro que merece ser desguazado.

Un cacharro, no un Cadillac

Marie Cocco
Marie Cocco
martes, 22 de septiembre de 2009, 06:38 h (CET)
WASHINGTON - Por fin una propuesta sanitaria que haría las delicias de George W. Bush.

Bueno, quizá las delicias no, pero sin duda sería de su agrado - especialmente teniendo en cuenta que el borrador del proyecto del presidente del Comité de Economía del Senado Max Baucus saca la forma de financiar la ampliación de la sanidad de una política fiscal que Bush y los demás Republicanos impulsaron durante años.

La idea de Baucus consiste en gravar los denominados planes "Cadillac" de seguro – pólizas que supuestamente son tan caras y generosas que son artículo de lujo - en una iniciativa destinada a recaudar unos 215.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década, o aproximadamente la cuarta parte de los 800.000 millones que costaría la propuesta de Baucus. Las palabras "Goldman Sachs" son pronunciadas a diestro y siniestro por los que apoyan este impuesto, junto con la sobrecogedora afirmación de que un puñado de altos ejecutivos de la firma financiera disponen de pólizas de seguro que cuestan alrededor de 40.000 dólares al año.

Pero hay una razón de que Goldman Sachs sea entonado igual que un mantra - y no es valerse de la reforma sanitaria para vengarse de Wall Street. Se trata de crear una falsa impresión en torno a quiénes son los que van a pagar de verdad este impuesto. El objetivo es engañar a la opinión pública para inducirla a pensar que se está subiendo los impuestos a las rentas más altas. En realidad, se siguen sumando a los millones de la clase media.

"Coste elevado no es lo mismo que valor elevado", dice Elise Gould, una economista del Instituto de Política Económica especializada en salud que lleva mucho tiempo estudiando las propuestas de gravar las pólizas sanitarias exentas de impuestos hasta la fecha.

"Un plan puede ser caro por motivos diferentes a ser el más completo. Podría ser caro porque trabaja para un pequeño empresario, y los pequeños empresarios tienen que pagar mucho más que los grandes, tratándose incluso del mismo plan, "dice. "Lo mismo sucede si forma parte de una empresa en cuya plantilla hay gran cantidad de trabajadores de cierta edad. Sus primas van a ser más altas no porque tengan un seguro de lujo, sino porque salen más caros de asegurar."

Luego están los obreros de alto riesgo - bomberos, policías, mineros - que han negociado amplios (y necesarios) planes de seguro a través de convenios sindicales colectivos.

Y luego están los habitantes de Wyoming. Las primas de seguro medias varían ampliamente de un estado a otro. Y no son sólo los estados conocidos y caros como Nueva York los que verán a los residentes atropellados por la disposición "Cadillac". Maine, Alaska, New Hampshire y, sí, Wyoming se encuentran entre los estados en los que la prima media es inusualmente alta.

La propuesta de Baucus - una versión suavizada de una idea lanzada por el gobierno Bush en 2005 - crea un impuesto del 35 por ciento sobre las pólizas de seguro médico de 21.000 dólares, o más en el caso de las pólizas familiares. La prima media actual en el caso de las familias es de 13.375 dólares, según la Fundación Kaiser para la Familia. Aunque el impuesto se cobrará a las aseguradoras, la industria ya ha indicado que debe ser trasladado al consumidor.

El plan de Baucus exime inicialmente del impacto del impuesto a 17 estados de primas caras. Pero también eso es engañoso. La propuesta está estructurada de forma que la cantidad mínima necesaria para que sea gravado un seguro subiría a la par que el Índice de Precios al Consumo - pero no con la inflación del coste sanitario, que viene subiendo a un ritmo mucho más rápido que el coste de todo lo demás. Las pólizas de seguros de familia han crecido alrededor de un 5 por ciento en el último año, mientras que el precio de los bienes de consumo medido con respecto al IPC viene siendo estable o ha bajado.

El importe de los desfases equivale a otro impuesto encubierto, porque con el tiempo, el precio de cada vez más pólizas podría dispararse dentro del abanico de las llamadas "Cadillac". El Comité Conjunto del Congreso en Materia Fiscal, por ejemplo, sitúa el importe de la recaudación fruto del impuesto sobre las pólizas disparándose de 5.400 millones en 2013 a 53.700 millones de dólares en 2019.

Baucus, que aún carece de los votos para aprobar la medida en el Comité de Finanzas, ha dicho que está abierto a sugerencias de cómo cambiarlo. Debería abandonar este régimen fiscal y encontrar otra fuente de ingresos.

Si el objetivo es gravar a los ricos para pagar la reforma sanitaria, la Cámara ha hecho esto, al menos, de una manera sencilla, con su subida del impuesto sobre la renta a los estadounidenses de mayores ingresos. Si la intención es promover una vida más saludable, entonces la consideración del impuesto a las bebidas azucaradas - abandonado tras la intensa presión del sector - debe ser retomada.

Un impuesto que perjudica a los trabajadores de más edad y a las empresas que les contratan, que perjudica a aquellos que desempeñan trabajos de riesgo y dificulta que las pequeñas empresas ofrezcan un seguro, no está dirigido al mercado de los productos de lujo. Es un cacharro que merece ser desguazado.

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