Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Política | PP
La exigua cultura democrática de buena parte de la ciudadanía de nuestro país, es proverbial

El desencanto

|

Mariano Rajoy Brey, que tampoco es la alegría de la huerta que digamos, ha logrado alzarse de nuevo con el triunfo en unos comicios de lo más apáticos. Y aunque no hay porqué restarle méritos, resulta que la gente ya comenzaba a estar un poquito harta de mítines y diatribas que no nos llevaban a ningún lado. Cerca del cuarenta por ciento del censo global ha optado por hacer pellas, para poder disfrutar por el contrario de un largo día de playa antes que guardar cola un soleado domingo frente a las urnas. El asueto tira más, a las evidencias me remito, que cualquier fiesta de la Democracia, y por trascendentes que puedan resultar sus resultados para el futuro más o menos incierto de muchos de ellos, es por demás.

La exigua cultura democrática de buena parte de la ciudadanía de nuestro país, es proverbial. Si tuviese que ponerle nota, del uno al diez lo calificaría con no más de un cinco y medio, o a lo sumo un seis rascado, que tampoco es un suspenso puro duro claro está. Hemos pasado por épocas mucho peores en España, es cierto, períodos durante los cuales no se votaba ni en las juntas de accionistas. El que mandaba, por regla general el de más arrestos entre los de más arrestos, muy pocas veces, por no decir ninguna, sondeaba la opinión de nadie que pudiese hacerle sombra o pusiera en un brete sus cualidades innatas de oligarca.

Por esa razón me exaspera especialmente, no saben ustedes hasta qué punto, que ahora que tenemos la oportunidad de hacerlo libremente, después de padecer algo más de cuarenta años de dictadura franquista, la gente se tome tan a la ligera la fortuna de poder elegir a nuestros responsables políticos. Que no se molesten en perder ni diez minutos de su día libre para pasar por el colegio electoral, donde cumplir con un derecho inalienable por el que algunos se dejaron la piel, hace ya tanto tiempo que la mayoría de nosotros lo hemos olvidado.

El desencanto

La exigua cultura democrática de buena parte de la ciudadanía de nuestro país, es proverbial
Francisco J. Caparrós
martes, 28 de junio de 2016, 08:15 h (CET)
Mariano Rajoy Brey, que tampoco es la alegría de la huerta que digamos, ha logrado alzarse de nuevo con el triunfo en unos comicios de lo más apáticos. Y aunque no hay porqué restarle méritos, resulta que la gente ya comenzaba a estar un poquito harta de mítines y diatribas que no nos llevaban a ningún lado. Cerca del cuarenta por ciento del censo global ha optado por hacer pellas, para poder disfrutar por el contrario de un largo día de playa antes que guardar cola un soleado domingo frente a las urnas. El asueto tira más, a las evidencias me remito, que cualquier fiesta de la Democracia, y por trascendentes que puedan resultar sus resultados para el futuro más o menos incierto de muchos de ellos, es por demás.

La exigua cultura democrática de buena parte de la ciudadanía de nuestro país, es proverbial. Si tuviese que ponerle nota, del uno al diez lo calificaría con no más de un cinco y medio, o a lo sumo un seis rascado, que tampoco es un suspenso puro duro claro está. Hemos pasado por épocas mucho peores en España, es cierto, períodos durante los cuales no se votaba ni en las juntas de accionistas. El que mandaba, por regla general el de más arrestos entre los de más arrestos, muy pocas veces, por no decir ninguna, sondeaba la opinión de nadie que pudiese hacerle sombra o pusiera en un brete sus cualidades innatas de oligarca.

Por esa razón me exaspera especialmente, no saben ustedes hasta qué punto, que ahora que tenemos la oportunidad de hacerlo libremente, después de padecer algo más de cuarenta años de dictadura franquista, la gente se tome tan a la ligera la fortuna de poder elegir a nuestros responsables políticos. Que no se molesten en perder ni diez minutos de su día libre para pasar por el colegio electoral, donde cumplir con un derecho inalienable por el que algunos se dejaron la piel, hace ya tanto tiempo que la mayoría de nosotros lo hemos olvidado.

Noticias relacionadas

La ciudad de Barcelona, en favor de una transformación fantasiosa de sí misma, siempre bajo el paraguas efectista de la ‘sostenibilidad ambiental’, como socorrida coartada ejemplificada en su más que evidente y disruptiva conversión urbanística, se le adivina en su resultado final el poco o nulo interés por conectar con las necesidades vitales de una gran mayoría y en aquellos planeamientos al servicio de las personas.

El ADN de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, contendría la triple enzima trumpista (autocracia, instauración del paraíso neoliberal y retorno al "pensamiento único heteropatriarcal") y asimismo sería una "rara avis" que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional al ser una experta en las técnicas de manipulación de masas.

La inversión de inmuebles en España atrae a muchos extranjeros, por el clima mediterráneo agradable y las múltiples playas por toda su costa, lo que la convierte en un destino muy atractivo para vivir o pasar las vacaciones, esta es la razón de muchos inversores que buscan una segunda residencia o un lugar de retiro.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto