Y ya van cinco... o dos, depende de cómo se mire. El Barcelona arrancará la defensa del título liguero con la moral por las nubes tras conquistar su particular repóker, un hecho insólito hasta el momento. Nada menos que cinco títulos de cinco posibles, y todo ello bajo un espectacular ‘modus operandi’ que le está convirtiendo en equipo legendario a pasos agigantados. Esta vez no hubo juego brillante, ni grandes genialidades, ni siquiera el fútbol control al que nos tienen acostumbrados los chicos de Pep, de hecho fue un partido ramplón y hubo de esperar a la prórroga para imponerse por la mínima un Shakhtar Donetsk que le hizo despeinarse más de la cuenta. De una forma o de otra. Da igual, este Barça conoce todos los caminos hacia la victoria.

Cinco títulos dan para mucho, para marcar una época quizás, pero si algo nos hace intuir que este Barça seguirá en lo más alto de la ola es su inagotable fuente de recursos. Unos recursos autóctonos, creados a muy pocos metros del Camp Nou, con ADN propio y que, visto lo visto, son los mejores fichajes para Pep Guardiola. En Mónaco el héroe de la prórroga fue Pedrito -perdón, Don Pedro-, pero durante toda la pretemporada Guardiola se ha encargado de mostrar al mundo la enorme calidad que atesoran los chicos de La Masía. Pedro, Bojan, Jeffrén, Thiago, Gai Assulin o Jonathan dos Santos son algunas de las cabezas visibles de una cantera que no para de catapultar jugadores al primer equipo. Quizá sea un arma de doble filo, pues tanto abrir las puertas a los nuevos talentos ha provocado que el banquillo se haya quedado un poco corto (sobre todo en experiencia), pero también es verdad que el rendimiento de estos jóvenes ofrece pocas dudas, por lo menos a día de hoy.

Mención especial merece Guardiola, el principal valedor de la nueva generación de canteranos. Chapó por Pep, pues desde la famosa Ley Bosman parecía imposible que un equipo de primera talla mundial alinease en su once a siete jugadores criados en el filial. Al César lo que es del César, no es fácil dejar en el banquillo a jugadores consagrados para acabar una final europea con ocho jugadores criados en Can Barça sobre el terreno de juego. Saldrá mal o bien, pero esa es su apuesta… y de momento no le puede salir mejor. Colores a parte, hay que reconocer que este equipo está rompiendo todos los récords, por mucho que otros intenten tapar lo evidente.