La semana pasada hablé sobre las posibilidades de Alejandro Valverde, bajo el mismo título que preside este artículo, en la Vuelta a España, por llamarla de alguna manera visto el recorrido, que hoy mismo ya da el pistoletazo de salida en Assen. Comenté también sus rivales. Unos rivales que nombré sin saber aún la lista oficial de inscritos, pues por aquella fecha todavía no se había anunciado la composición de los conjuntos que formarán el pelotón de la edición más internacional.
Entre los candidatos a vestirse de oro en Madrid incluí a Andréas Klöden, quien no tomará la salida. Un enemigo menos para el murciano, que afronta la ronda española con el cartel de máximo aspirante. En sustitución del alemán correrá un hombre que ya le robó el triunfo a Valverde en una ocasión, Alexander Vinokourov. El kazajo, en principio, será el líder del Astana, aunque, por si su ausencia de la competición le ha pasado factura, Haimar Zubeldia estará dispuesto a coger el mando cuando la carrera así lo decida.
Junto a los anunciados hace ya siete días, los hermanos Schleck, Ezequiel Mosquera, Samuel Sánchez, Ivan Basso y Damiano Cunego, he de sumar a gente como José Ángel Gómez Marchante, al que habrá que tener muy en cuenta si deja la mala suerte a un lado, Juanjo Cobo, Robert Gesink, Rémy Di Gregorio o Kim Kirchen.
También estará Cadel Evans, el australiano que naufragó esta temporada en su principal objetivo, el Tour de Francia, y que afrontará la Vuelta con más rabia de la que acostumbra acumular cuando disputa una prueba.
Son ciclistas, sin lugar a dudas, que ocupan un importante papel en el panorama mundial, pero, ausente Alberto Contador y ausente Carlos Saste, Alejandro Valverde se presenta como el rival a batir.