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Etiquetas | Brexit | Unión Europea
Esta vez se volvieron las tornas

Niebla en el canal, Europa aislada de Gran Bretaña

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Este dicho que, al parecer, llena de orgullo a los británicos cuando quieren manifestar su prepotencia respecto al Continente europeo, y significar con ello lo poco que los europeos suponemos para ellos, esta vez, cambiando la oración en pasiva, podemos decir que, sin niebla, el Reino Unido ha quedado incomunicado con el Continente.

El irresponsable e ineficaz David Cameron, actuando como buen político, esto es, anteponiendo la mezquindad de sus intereses y los de su partido, sin pensar, por lo corto de miras que es, en las graves consecuencias que podría acarrear no sólo a Gran Bretaña, sino a la Unión Europea, propuso un referéndum, para que los británicos se pronunciasen a favor o en contra de continuar unidos al Continente.

La preferencia que se ha puesto de manifiesto en las urnas es que no quieren cuentas con Europa.

Parece ser que los que más se han decantado por esta decisión han sido las personas mayores de 50 años, quienes en una nostalgia incomprensible en el siglo XXI, han preferido seguir aferrados a la utópica y sin razón de ser en el mundo en el que vivimos de la grandeza del Imperio Británico. Hay quien asegura que la reina, aunque privadamente, se inclinó también por esta opción.

Imperio ¿de qué?, ¿grandeza de cómo? Ese Estado, no es ni más ni menos uno más de los del Viejo Continente, como pueda serlo Francia o Alemania. ¡Qué dejen ya de soñar, se despierten y vivan en el presente que es un mundo globalizado en el que todos dependemos y necesitamos de los demás!

Hoy no se puede vivir añorando glorias del pasado. También podría echarlas de menos España de cuando en su Imperio no se ponía el sol, pero ¿de qué serviría eso hoy día cuando la interconexión entre países es total y global?

La idiosincrasia de los ingleses ha sido considerar al resto de los habitantes del planeta como seres inferiores a ellos. Buena muestra dieron, cuando en tiempos de sus conquistas coloniales, creían que los indígenas eran seres imperfectos e indignos. Se puede comprobar viendo el mestizaje entre ingleses y nativos, con el que se produjo entre españoles y los pueblos a los que iban a civilizar.

Isabel la Católica les dio la ciudadanía hispana a todos los aborígenes de estas nuevas tierras, o sea, tenían los mismos derechos y deberes que cualquier castellano nacido en Toledo Córdoba o Valladolid.

La preocupación por culturizarlos fue tan grande que en muchas ciudades, casi recién erigidas, se fundaron universidades antes que en localidades castellanas.

Me gustaría saber cuántas universidades levantaron los británicos en sus colonias.

También es demostrable el estado en el que se encuentran los naturales de antes de la conquista, de la zona que hoy ocupa EE. UU, que viven en reservas que, aunque sea demasiado grueso expresarlo, más se parecen a parques zoológicos que a otra cosa. Cierto General dijo que el único indio bueno era el indio muerto.

Pero la realidad, sin paliativos, es que han creado un grave y serio problema, en primer lugar para ellos mismos, pues pronto comenzarán a crecerle los enanos y Gales, Escocia e Irlanda del Norte ya estarán a la espera de pedir su independencia del Reino Unido y veremos si no lo consiguen.

Pero también nos han creado un problema al resto de los europeos, ya que, con paciencia y tesón, y lo más rápidamente posible, habrá que desanudar las ataduras que nos unen, cosa que ha expresado muy bien un periódico inglés que en su portada ha colocado una composición en la que se ven rotas las cadenas que unían Gran Bretaña y Europa.

Muy bien, ¡Ya están rotas las cadenas, que se atengan a las consecuencias!

Quien primero va a sufrirlas es el propio David Cameron que ya ha manifestado que no es el timonel que puede dirigir la nao inglesa y ha anunciado que dimitirá dentro de uno meses.

Las consecuencias económicas han sido un terremoto que ha movido los cimientos de toda Europa: la libra se encuentra en su nivel más bajo desde hace muchos años. La prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles con vencimiento a diez años en relación a sus homólogos alemanes llegaba a escalar hasta los 167 puntos básicos.

Por otra parte el euro ha tenido una bajada de un 3% y se ha intercambiado a 1,1071.

Seguir enumerando consecuencias desastrosas ocasionadas por la inutilidad de David Cameron y la fatua actitud de la mayoría, aunque por poco, de los insensatos ingleses que no ha sabido votar con la cabeza y sí con la añoranza, sería una pérdida de tiempo, porque los medios de comunicación nos tienes saturados de ellas.

La fiesta no ha hecho nada más que empezar, esperemos que no sigan otros países con las mismas pretensiones y la Unión Europea no se descuartice, porque encontremos políticos de talla, arrojo y decisión para encarar esta adversidad y, si es preciso, reconducir, aunque sean con decisiones de nuevo cuño, lo maltrecha que ha quedado la UE, tras este nefasto suceso, lo lleven a cabo y que sigamos adelante sin los ingleses, que si han querido marcharse, en buena hora lo han hecho.

Niebla en el canal, Europa aislada de Gran Bretaña

Esta vez se volvieron las tornas
Manuel Villegas
domingo, 26 de junio de 2016, 12:09 h (CET)
Este dicho que, al parecer, llena de orgullo a los británicos cuando quieren manifestar su prepotencia respecto al Continente europeo, y significar con ello lo poco que los europeos suponemos para ellos, esta vez, cambiando la oración en pasiva, podemos decir que, sin niebla, el Reino Unido ha quedado incomunicado con el Continente.

El irresponsable e ineficaz David Cameron, actuando como buen político, esto es, anteponiendo la mezquindad de sus intereses y los de su partido, sin pensar, por lo corto de miras que es, en las graves consecuencias que podría acarrear no sólo a Gran Bretaña, sino a la Unión Europea, propuso un referéndum, para que los británicos se pronunciasen a favor o en contra de continuar unidos al Continente.

La preferencia que se ha puesto de manifiesto en las urnas es que no quieren cuentas con Europa.

Parece ser que los que más se han decantado por esta decisión han sido las personas mayores de 50 años, quienes en una nostalgia incomprensible en el siglo XXI, han preferido seguir aferrados a la utópica y sin razón de ser en el mundo en el que vivimos de la grandeza del Imperio Británico. Hay quien asegura que la reina, aunque privadamente, se inclinó también por esta opción.

Imperio ¿de qué?, ¿grandeza de cómo? Ese Estado, no es ni más ni menos uno más de los del Viejo Continente, como pueda serlo Francia o Alemania. ¡Qué dejen ya de soñar, se despierten y vivan en el presente que es un mundo globalizado en el que todos dependemos y necesitamos de los demás!

Hoy no se puede vivir añorando glorias del pasado. También podría echarlas de menos España de cuando en su Imperio no se ponía el sol, pero ¿de qué serviría eso hoy día cuando la interconexión entre países es total y global?

La idiosincrasia de los ingleses ha sido considerar al resto de los habitantes del planeta como seres inferiores a ellos. Buena muestra dieron, cuando en tiempos de sus conquistas coloniales, creían que los indígenas eran seres imperfectos e indignos. Se puede comprobar viendo el mestizaje entre ingleses y nativos, con el que se produjo entre españoles y los pueblos a los que iban a civilizar.

Isabel la Católica les dio la ciudadanía hispana a todos los aborígenes de estas nuevas tierras, o sea, tenían los mismos derechos y deberes que cualquier castellano nacido en Toledo Córdoba o Valladolid.

La preocupación por culturizarlos fue tan grande que en muchas ciudades, casi recién erigidas, se fundaron universidades antes que en localidades castellanas.

Me gustaría saber cuántas universidades levantaron los británicos en sus colonias.

También es demostrable el estado en el que se encuentran los naturales de antes de la conquista, de la zona que hoy ocupa EE. UU, que viven en reservas que, aunque sea demasiado grueso expresarlo, más se parecen a parques zoológicos que a otra cosa. Cierto General dijo que el único indio bueno era el indio muerto.

Pero la realidad, sin paliativos, es que han creado un grave y serio problema, en primer lugar para ellos mismos, pues pronto comenzarán a crecerle los enanos y Gales, Escocia e Irlanda del Norte ya estarán a la espera de pedir su independencia del Reino Unido y veremos si no lo consiguen.

Pero también nos han creado un problema al resto de los europeos, ya que, con paciencia y tesón, y lo más rápidamente posible, habrá que desanudar las ataduras que nos unen, cosa que ha expresado muy bien un periódico inglés que en su portada ha colocado una composición en la que se ven rotas las cadenas que unían Gran Bretaña y Europa.

Muy bien, ¡Ya están rotas las cadenas, que se atengan a las consecuencias!

Quien primero va a sufrirlas es el propio David Cameron que ya ha manifestado que no es el timonel que puede dirigir la nao inglesa y ha anunciado que dimitirá dentro de uno meses.

Las consecuencias económicas han sido un terremoto que ha movido los cimientos de toda Europa: la libra se encuentra en su nivel más bajo desde hace muchos años. La prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles con vencimiento a diez años en relación a sus homólogos alemanes llegaba a escalar hasta los 167 puntos básicos.

Por otra parte el euro ha tenido una bajada de un 3% y se ha intercambiado a 1,1071.

Seguir enumerando consecuencias desastrosas ocasionadas por la inutilidad de David Cameron y la fatua actitud de la mayoría, aunque por poco, de los insensatos ingleses que no ha sabido votar con la cabeza y sí con la añoranza, sería una pérdida de tiempo, porque los medios de comunicación nos tienes saturados de ellas.

La fiesta no ha hecho nada más que empezar, esperemos que no sigan otros países con las mismas pretensiones y la Unión Europea no se descuartice, porque encontremos políticos de talla, arrojo y decisión para encarar esta adversidad y, si es preciso, reconducir, aunque sean con decisiones de nuevo cuño, lo maltrecha que ha quedado la UE, tras este nefasto suceso, lo lleven a cabo y que sigamos adelante sin los ingleses, que si han querido marcharse, en buena hora lo han hecho.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

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Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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